Había hecho desidia durante esos días, pensando en sí debería asistir a la fiesta de Malleus o decir que no había tenido tiempo por mero capricho. Sin embargo, había llegado a la conclusión de que sería algo muy infantil y grosero no asistir al cumpleaños de aquel joven.
Ese día, se había organizado desde temprano, para poder hacer sus rutinas de belleza, algo de gimnasia y cardio, dejando algunas actividades a sus pequeñas papas que iban por buen camino puliendo su belleza, no era un trabajo sencillo pero poco a poco veía sus esfuerzos relucir.
Logrando finalizar con sus rutinas a tiempo, había decidido hornear algo especial para Malleus. No porque Malleus fuese especial para él, no... Simplemente porque quería demostrar que era perfecto en todo. Así que, tomó los más frescos y mejores ingredientes para hornear unas deliciosas galletas espolvoreadas con azúcar glass, llevando en el centro mermelada natural que él mismo había elaborado con las mejores manzanas y duraznos que pudo obtener.
No era por ser narcisista, o quizás un poquito, pero le había fascinado el sabor de la mermelada, y esperaba que Malleus pensara lo mismo.
Terminó por limpiar todo lo que utilizó para empacar las galletas en una caja blanca con listón rojo, llevándolas a su cuarto. Debía tomar una ducha, el día se estaba acabando demasiado rápido con tantas cosas por hacer, de un lado a otro... Apenas y podía suspirar pero no doblegarse.Tras tomar una ducha, decidió arreglarse, cuidando cualquier mínimo detalle en su vestimenta, cabello y maquillaje, utilizando aquel perfume que había halagado Malleus, solo porque le gustaba, no por algo más, después de todo era su creación.
Una vez listo, impecable y limpio, decidió partir al dormitorio de Diasomnia, aún cuando el ocaso yacía tiñendo el cielo de colores tan armoniosos como pinceladas.
Podría ir ensimismado en su mundo, pero, ¿no le parecía un día normal como cualquier otro? Es decir, no veía a alguien fuera de lo común, aunque claro, no era como que los jóvenes fuesen muy revoltosos cuando de fiestas de cumpleaños se trataba, pensaba que eso se debía a que no era el cumpleaños de alguien tan llamativo y risueño como Kalim, si no del mismísimo Malleus Draconia, uno de los magos más fuertes, temido por algunos, respetado por otros. No le dio mayor importancia y cruzó ese espejo.
Sabía que pudo haberle comentado a Rook, pedirle que le acompañara, pero de antemano era de conocimiento suyo que Malleus parecía incomodarse con la presencia de ese rubio, casi como si pudiera emitir un sonido de desagrado desde la garganta de un poderoso dragón. Era mejor evitar los problemas, además de que... ¿No había estado algo ausente Rook ese día? ¿En dónde se había metido? Le sorprendía que ni siquiera se hubiese aparecido para cuestionarle a donde iba o sugerir que le seguiría como su más leal sombra o incluso halagar su belleza.
Se limitó a suspirar, negando con pesar. Era mejor así, quizás... Después intentaría hablar con él.
Sin embargo, al ser recibido por unos jóvenes en la entrada principal del dormitorio de Diasomnia y dirigirse a la sala de recepción, se encontró con algo bastante curioso.
— ¡Ha llegado, Vil-Senpai! Del dormitorio de Pomefiore —Avisó un jovencito de primer año bastante entusiasmado.
Eso llamó la atención de Lilia quien parecía descifrar algo hasta ese momento.
— ¡Oh! Has llegado, ¿todo bien en el camino? —Preguntó curioso el joven de aspecto vampírico. Pero, aunque Vil intentó ponerle atención, veía a ese par de "escoltas" de Malleus actuando un poco extraño.
— Sí, todo bien, ¿Sucede algo? —Decidió cuestionar Vil al ver como Sebek se llevaba la mano derecha a la sien, negando un par de veces, Silver, en cambio, mantenía una mirada un tanto severa sobre el joven.
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My Sleeping Beauty
FanfictionUna historia en la que se verán envueltos en aventuras, travesuras graciosas y sucesos inimaginables. Como un simple juego se encaminará a celos, hechizos, y un profundo sueño... El más famoso hechizo de una antigua bruja, ha regresado.