CASI ANGELES V (LOS HEREDEROS)

Capitulo 120 ¿Yo Te Conozco?

Aran agarró ah Mía bruscamente por sus muñecas y la empujó con brusquedad contra la pared...

Mía se sentía demasiado asustada, pero no lo quería demostrar, tragó saliva y se enderezó cómo pudo, aún estando entre Aran y la pared...

Cuándo parecía qué Aran iba ah comenzar ah amenazarla o incluso golpearla, Mía cerró los ojos asustada, en vez de gritos o golpes, sintió la cara de Aran acercándose ala de ella, abrió los ojos asustada, sus labios apenas estaban ah unos pocos centímetros...

En ése momento Aran Le susurró...

Aran: sos tan grasa, qué serías la última mujer en la qué me fijaría, mírate no sos nada y no valis nada -dijo aún teniendo su boca cerca de la de ella-

Mía lejos de sentirse mal, lo agarró por él cuello de su camisa y acercó aún más su boca ala de él, estaban tan cerca, qué sus labios casi se podían rozar...

Mía: ¿seguro? -dijo mientras sonreía y se alejaba de su boca- soy yo la qué nunca se fijaría en vos, no me gusta cambiar pañales, permiso -dijo intentando apartarlo, pero sin poder lograrlo, se comenzó ah poner nerviosa y lo golpeó entre las piernas para poder salir-

Entre quejidos Aran la tomó otra vez del brazo, esta vez con los ojos llenos de rabia, parecía que haría cualquier cosa, pero alguien lo empujó y sí fué Santiago...

Santiago: aléjate de ella, ya te lo dije, somos compas, pero no Le vuelvas ah poner una mano encima -dijo ofreciéndole la mano ah Mía, algo qué ella sin pensar la tomó, mientras caminaba con él para clase, su mente se llenaba de mil preguntas-

¿Que siento por éste pibe?, ¿Porqué siento qué lo amo, sí apenas lo conozco?, ¿porqué confío tanto en el qué tomé su mano, antes de poder reaccionar? Y ¿sobretodo porqué me siento tan segura ah su lado, tan protegida?...

Esas eran las preguntas qué viajaban en la cabeza de Mía, mientras caminaba hacía clase de la mano de Santiago...

Lo qué ellos no sabían, es qué les habían tomado una foto y qué esa caminata de la mano, no les sería gratis, por lo menos no ah Mía...

Aran se acercó ah Pía y le mostró la foto diciendo...

Aran: recién salida del horno, sólo para qué tú la veas, la defendió, me empujó amí, ah su amigo, por ella y cómo ves se la llevo de la manita hasta él aula -dijo sintiendo algo en su interior, qué pensaba qué sería rabia, pero en realidad eran unos celos enormes-

Pía: ésta grasa me las paga -dijo llendo hacía él cuarto, bastante enojada-

Momentos más tardes, en plena madrugada...

Abigail: Pía creo qué se te está llendo la mano -dijo bastante nerviosa-

Alegra: sí, sólo la acompañó ah clase -dijo intentando tranquilizarla-

Rosmeri: además vos siempre decís qué no te sentís plena con él -dijo para tranquilizarla-

Sheryl: yo no creo qué estés haciendo lo correcto -dijo confusa-

Jimena: parale ah tus celos, habla con Santi, sin llegar tan lejos -dijo intentando hacerla recapacitar-

Pía: no, chicas ella tiene qué entender qué lo mío no se toca -dijo echándole cucarachas dentro de la cama con Mía ya dormida-

Mientras en él cuarto de los hombres...

Aran: me caga qué la defiendas tanto, yo me llevo genial con todos, pero ella no me cae bien, discutimos, pero tampoco era para qué la defendieras ah ella, yo soy tu amigo -dijo bastante ofendido-

Santiago: me pasa algo especial con ella, siento el deber de protegerla, siento qué me necesita y nose porqué, eres mí amigo, así qué de favor, sí no te cae bien sólo no le hables, no la molestes ¿sí? -dijo bastante confundido-

Facu: amí me cae muy bien, es muy linda y dura -dijo bastante pensativo-

Matías: amo equis, me cae bien, normal vaya

Salva: sí, ya llegó hablar de la nueva, mejor hablemos de otra cosa -dijo intentando cambiar él tema de conversación-

Javier: no se les hace raro, qué Mía tampoco recuerde nada, sólo su nombre, cómo nosotros y las chicas -dijo bastante pensativo-

Diego: sí, la verdad sí, pero nosotros lleguemos meses antes qué ella, así qué imposible qué estemos relacionados

Juan: no creas, yo le veo cara conocida, pero nose de qué -dijo confuso-

Víctor: bueno, dejemos de hablar ya es tarde y mañana no llegaremos ah clase -dijo apagando la luz-

Después de una hora...

Se escuchan gritos en él cuarto de las chicas, los chicos se despiertan y corren hacía él cuarto de las chicas, para encontrarlas discutiendo...

Mía: fuiste vos boluda, podrían haberse metido en mis oídos qué eres tonta o qué mierda te pasa -dijo totalmente enfadada-

Santi: de verdad vos le metiste esas cucarachas Pía -dijo bastante enojado-

Todos comenzaron ah gritar y discutir, hasta qué lo único qué se escuchaban en él mandalay eran sus gritos...

Cielo y Nico, fueron corriendo al cuarto de los chicos y al verlos así, Nico les propinó su reconocido...

Nico: ¡¡BASTAAAA!!

Cielo: todos castigados desde ya, no me importa la hora bajan ya mismo para dirección y se quedan en silencio, todos ya ah dirección -dijo en un tono más autoritario para qué la obedecieran-

Los chicos bajaron ah dirección, mientras Cielo y Nico iban en dirección al altillo...

Nico: creo qué es la hora, están todos en dirección, ve y dales pistas de su vida -dijo abrazandole-

Cielo: pequeñas pistas, recuerda qué no sabemos qué puede pasar, sí les dices todo de sopetón -dijo dándole un beso en la mejilla-

Los chicos estaban en dirección en silencio, sin hablarse y enojados, hasta qué la puerta se abrió y entró un hombre alto, moreno y de ojos celestes...

Ah Mía se le llenaron los ojos de lágrimas, intentaba disimularlas, pero sin saber quién era esa persona, tenía una reacción tan grande en ella qué la hacía llorar sin saber porqué, no la reconoció, pero parece qué su cuerpo sí reconoció ah ese hombre antes qué ella...

Santiago estaba en shock, lo miraba y sus lágrimas brotaban de sus ojos, no lo conocía, pero no podía evitar derramar sus lágrimas al verlo...

Ése hombre entró y dijo...

Álex: mí nombre es Álex y soy vuestro nuevo vigilante de castigo -dijo en plan broma- en un principio estaréis una semana castigados, pero no os preocupéis, estoy seguro qué la pasaremos bien -dijo mirando ah todos y cada uno de ellos, pero sus ojos se detuvieron en sus hijos- podéis presentaros cuándo queráis

Santiago: ¿yo te conozco?...