¡Por fin vacaciones!

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El timbre sonó y todos los alumnos corrieron hacia las puertas del instituto con alegría. Sería la última vez que pisarían el centro antes de las vacaciones de Navidad.

Los estudiantes estaban entusiasmados, ya que las últimas semanas habían estado cargadas de examenes y trabajos. Ahora podrían disfrutar de unos días rodeados de amigos y familia sin preocupaciones.

Ana Dames había sido una de las primeras en atravesar las puertas. Y no sólo porque quería salir ya de allí, sino porque tenía prisa. Dos calles más arriba sus nuevos amigos la estaban esperando en una cafetería para celebrar las merecidas vacaciones.

-¡¿Qué tal?! ¡Me han dicho que Milagros os ha dejado salir una hora antes! ¡¡Que suerte tenéis!!

- ¡Sii! ¡Milagros es súper buena gente! - Exclamó Lena.

Lena era la mejor amiga de Ana. Se conocieron el primer día de clases, y pasadas unas semanas, se volvieron inseparables.
Lena también le había presentado a Ana su grupo de amigos, con los que había encajado muy bien. Desde ese momento, solían quedar los fines de semana y habían cogido mucha confianza.

-Bueno Ana, siéntate. ¡Que no mordemos! - Añadió Marcos entre risas.

Marcos era el mejor amigo de Lena. Era un chico alto y moreno con los ojos azules y una sonrisa preciosa.
A Ana le encantaba hablar con él, era muy amable y siempre estaba de buen humor.

-Si si, ya voy. - Dijo la chica sentándose al lado de Lena. - Por cierto, ¿dónde está Jack?

- Aah... no ha podido venir. Su madre lo ha llamado a última hora para que la acompañase al dentista.

Jack era el último miembro del grupo. Era un chico muy simpático y abierto con el que podías hablar de todo.

-Que pena... Justamente hoy. - Dijo Ana disgustada.

-Bueno, ¡vamos a pedir ya la comida que me muero de hambre!

-¡Opino lo mismo!

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