CAPÍTULO 4

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I Feel Like I'm Drowning de Two Feet

No sé qué esperaba, era obvio que Aiden no iría a clase a primera hora de la mañana. No después de haber estado en mi club y sabe dios que estará haciendo con esa pelirroja. Una parte de mi, una muy muy pequeña, siente curiosidad. Prometo que es una parte minúscula.

—Tierra llamando a Kath.

Cass me pasa una mano frente a la cara, sacándome de mis pensamientos. Hoy luce distinta, noto que tiene un nuevo brillo en sus ojos azules. Ella siempre tiene cierta luz en la mirada, pero hoy resplandecían más que nunca. Sinceramente, tengo mucha suerte de tener su amistad. Cass es una persona super altruista, generosa y divertida. Todo lo contrario a mí. Supongo que el universo por una vez se ha apiadado de mi colocando un pequeño ángel en el camino.

—Perdona. —Sonrío. —No he dormido nada pensando en todos los trabajos que tengo atrasados.

—Si quieres puedo ir a tu casa y ayudarte, yo casi he acabado los míos.

Oh ingenua Cass, no son esos trabajos los que me quitan el sueño.

—Tranquila. —Aprieto suavemente su mano mostrando mi agradecimiento. —Me las apañaré. Mejor cuéntame que es lo que te tiene tan contenta porque es obvio que hay algo.

—Verás... —se mira los dedos. —Jules me ha pedido que lo acompañe a una fiesta. Quiere que vaya como su acompañante.

—¿Otra fiesta? Si todavía no ha llegado ni la del sábado.

No entiendo como Jules puede llevar ese ritmo de vida. Puedo entender todo ese rollo de que solo se es joven una vez, la vida hay que disfrutarla al máximo y todas esas frases inspiradoras de internet pero de verdad, hay un límite para todo eso. Me compadezco de los órganos vitales de Jules, en serio. Su hígado tiene que ser todo un cuadro, porque me consta que Jules cada vez que sale es para desenfrenarse al máximo. El año pasado hubo varios escándalos a su alrededor, muchísimas chicas montando espectáculos en la cafetería pensando que el polvo de la fiesta anterior había sido una declaración de amor en toda regla. Ilusas. Aunque sin duda el escándalo más gordo que gira en torno a Jules había sido la expulsión de una profesora al descubrirse que tenían una aventura. Muy fuerte, sí.

—Este sábado es en su casa, pero la semana que viene tengo entendido que será una fiesta de lo más extravagante. —extravagante significa niñatos fingiendo comportarse con trajes caros mientras no paran de pasar bandejas de cocaína. —Aunque hay algo que...

—¿Hay algo que...? —La invito a que siga hablando.

—Creo que me ha invitado para molestar a Petra. La fiesta es en su casa.

Petra D'Angelo. Por ahí decían las malas lenguas que había sido el gran amor del mujeriego Jules Miller. Ahora tiene mayor sentido todo eso de la fiesta extravagante. Petra es hija de una familia italiana asquerosamente rica y sinceramente, puedo intuirme de dónde viene tanto dinero, aunque no seré yo quien la juzgue. En mi primer año de universidad, Petra y Jules eran "la pareja". Esa que cuando la ves pasar no sabes a quien envidias realmente, si a ella por tener a un chico así o a el por tener semejante diosa a su lado. Petra no solo es rica, es una diosa en la tierra. Ojos negros como la noche acorde a su larga melena azabache, curvas despampanantes y unos labios que incluso yo me he llegado a plantear besar.

—Tiene que superarlo ya. Que asimile que Petra lo cambió por otro. —Mi voz empieza a delatar que estoy un poco molesta. —No vayas Cass, no entres a esas mierdas.

—Es mi única oportunidad de tener algún avance con él, Kath.

Frunzo los labios, molesta.

Me duele ver que mi amiga está dispuesta a conformarse con tan poco, con migajas. Porque eso es lo que Jules le ofrece: diminutas e insignificantes migajas. No quiero que salga herida, pero sé que si empiezo a soltarle una charla sobre amor propio y empoderamiento femenino no conseguiré nada, solo quitarle la felicidad que está sintiendo. Mi lado de amiga responsable me grita que la detenga, que no vale la pena dejar que sonría como una tonta para que luego venga el llanto. Ignoro esos gritos. Total, no entiendo bien los sentimientos de las personas.

El Juego de la ArañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora