IV

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UA

(...)

Cuando desperté, me sentí como si hubiese corrido una maratón de no sé, quizás unos diez kilómetros, santa mierda, me dolía todo el cuerpo. Resulta que me había dormido en la mesa, en la jodida mesa, pero me entendía, pasé toda la noche empacando.

—¿Qué hora será? —busqué mi celular, al principio no daba con el, pero después de hacer un mínimo desastre lo encontré bajo unas bolsas. —Mierda, ya casi son las ocho.

Pedí un taxi con una app que había descargado, la verdad es que no suelo usar mucho el celular, pero cuando lo necesitaba si que era útil, además... Mi fondo de pantalla es algo inspirador... Tomé mis maletas, bolsos y otras cosas para comenzar a sacarlas del departamento, cuando ya todo estuvo en el pasillo, comencé a llevarlos al elevador, otra vez terminaría hecho polvo.

—Oh, joven Kirishima —una voz serena y notablemente mayor se escuchó detrás de mí.

—¿Uh? Señor Shishido, buenos días —hice una reverencia y sonreí, se trataba del dueño del edificio.

—¿Ya te vas? Es una pena, extrañare tu actitud positiva —el hombre de unos cincuenta años suspiro con pesar, era un señor muy amable.

—También extrañare este lugar... ¡Y a usted por supuesto! Muchas gracias por el tiempo de estancia, pero esta decisión que la academia tomo, parece ser buena, después de todo, es para protegernos —me explique con rapidez, no me gusta dar explicaciones, siempre me pongo nervioso y digo cosas raras.

—Es verdad, ustedes han tenido muchos problemas con los villanos, al menos allá hay héroes que pueden protegerlos —comentó con una sonrisa cargada de nostalgia.

—Si, es muy admirable... ¡Oh, por cierto! Los dueños deben venir en unos minutos, aquí está la llave, mi taxi ya debe de haber llegado, debo irme —le entregué la llave, él la tomo y se fue, yo seguí metiendo las cosas al elevador, ya casi estaba todo.

Ya sentía la adrenalina en mi cuerpo, era emocionante. Entre al ascensor y marque la planta baja, apenas las puertas se cerraron, nuevamente escuché sonar mi celular.

¿Hola? —saludé interrogativo, tenía la maña de no ver quién llamaba al contestar.

Hola Bro... ¿Cómo estás? ¿Ya vienes? —se trataba de Kaminari, uno de mis amigos de la academia, se le escuchaba raro, no sé, quizás nervioso.

Eh... Si, estoy bien. De hecho, estoy en el ascensor ahora mismo —respondí con una sonrisa, aunque él no pudiera verla.

—Oh, si, bueno... Los chicos ya están acá, solo faltas tú —menciono al parecer incomodo, sabía que algo pasaba, tal vez hizo alguna tontería y está en problemas.

Ya salí del ascensor, voy a tomar el taxi, nos vemos allá —me despedí, le hice una seña al taxista y él se acercó, tomó algunas maletas para llevarlas al auto.

Yo tomé mi bolso y algunas otras cosas, las saque del edificio, me subí al asiento trasero y el conductor arrancó. Yo miraba por la ventana, sentía mi corazón latir más rápido, era sofocante pero soportable. Veía los edificios pasar, las personas ir y venir, los autos a nuestro alrededor.

"La UA solo nos dará descanso los fines de semana... Extrañare pasear por las calles después de las clases"

He cambiado mucho en estos días, mi confianza ha aumentado considerablemente, antes no podía actuar sin cuestionarme muchas veces si era la decisión correcta o me paralizaba del miedo.

"En parte, Bakugō me ayudó mucho, cuando lo conocí, supe que lo seguiría a donde fuera, me ayudó a superar muchos obstáculos, aunque no directamente"

Ya no me paralizó, ahora me muevo así no lo quiera, ahora mi cuerpo si reacciona, ahora puedo saltar al fuego para salvar a quien lo necesite. En Bakugō encontré la fuerza y el valor necesario para moverme, para ser un héroe.

—Hemos llegado —dijo el hombre de cabellos castaños, sus ojos verdosos me observaban a través del retrovisor.

—Oh, si —bajé del auto y cerré la puerta, el señor abrió el maletero y me ayudó a sacar las cosas, las puso en la entrada, le pagué e hice una pequeña reverencia en agradecimiento.

Observe lo grande que era la academia, las puertas frente a mi eran gigantescas, este será un gran paso para avanzar como héroe.

—¡Kirishima! —no pude evitarlo, sonreí apenas escuché mi apellido, mire bien y vi a tres personas aproximarse.

—¡Oí, chicos! —agite mi mano con alegría, ellos sonreían, llegaron hasta a mí y tomaron algunas de las cosas.

—Te ayudamos, bro —inició Sero con gran entusiasmo, tomó un bolso, Mina agarro un pequeño saco y Kaminari me ayudó con la maleta.

Llevamos todo hasta los dormitorios, al llegar todos estaban en la sala común, estaban hablando animadamente y apenas me vieron se acercaron a saludar, desde Midoriya, Uraraka, Iida y Yaoyorozu, hasta Tokoyami, Shoji, Koda y Jirō.

Luego me llevaron hasta mi habitación, cuando puse el pie en ella, sentí que sería un nuevo ambiente al que le daría mi toque, un nuevo refugio, mi nuevo hogar.

—¿Quieres que te ayudemos a desempacar? —Ashido estaba muy servicial, no es muy normal en ella, pero hoy quería hacerlo yo solo.

—No, lo haré yo, está habitación será la más masculina del mundo —mis palabras les sacaron una sonrisa a los tres y entre bromas e incluso empujones, se fueron.

"Los vi a todos, menos a ti, Bakugō"

Continuará...

Bueno, habrá más avance en los próximos capítulos, pero por los momentos, desarrollaré la llegada a la academia y algunas situaciones más, pronto habrá desenlace y vendrá el final, cómo les dije, está será una historia corta.

Mina

Inside of me (Boku no hero Academia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora