¿QUE QUIERES DE MI? || Dane DeHaan || Gay

Capítulo N°2

-¿Qué tal me veo?.- Mi voz sonó como la de un hombre con demasiada confianza, ella negó con la cabeza y empezó a reírse, me las quitó y se las colocó ella.

-Querido, no te quedan para nada bien, me quedan mejor a mí. Se los colocó y alzo las cejas en muestra de que a ella le quedaban mejor.

-A ti te quedan muy bien Spencer, a ti todo se te ve bien.- Le tomé la mano y con el dedo grande acaricie el dorso de esta, la guíe hasta mi auto. En todo el corto camino estuvo con la cabeza agachada. Estando en el estacionamiento del edificio y viendo que no había nadie alrededor. La apoye dulcemente sobre mi auto, ella levantó la vista, le quite los lentes y los coloqué encima del auto, apoyé mi mano derecha sobre el auto y con el brazo izquierdo apegué su cintura hacía mí.

-Creí que solo sería una pequeña salida al Pier.- Se sonrojó y acercándose más a mí, me besó, casi al instante le correspondí, sus brazos se cruzaron detrás de mi cuello.

-Pues la salida sigue en pie.- La alejé, abrí la puerta del copiloto y le hice una pequeña reverencia en señal de que pasará.

-Eres un amigo, no un mayordomo, yo puedo abrirme sola la puerta ¿No lo crees?.- Me guiñó el ojo y entró al auto tomando la confianza de abrirme la puerta desde su asiento.

-Eh, tranquila muchas confianzas ¿no? .- Ella asintió mientras se quitaba los lentes y los colocaba en su cartera.-Puedes dejarla en ese maletero.- Me miró extrañada.

-¿Eh?.- Negó con la cabeza, yo le apunte hacía en pequeño compartimiento que se encontraba delante de ella.

-Que si deseas puedes dejar tu cartera allí.

-Vale, gracias.- Abrió el mini compartimiento y sacó un mapa, hizo un espacio y asentó su cartera, cerró la compuerta, abrió el mapa agitándolo de arriba abajo.-Dime que si lo utilizas y no lo tienes de adorno.-Reí ante eso.

-Sí, si lo uso, tu qué crees que compraría un mapa de buena calidad para no usarlo, recuerda soy nuevo en esta ciudad.- ¿Nuevo en esta ciudad? La conozco desde niño, pero bueno, el tiempo se encargó de que la olvidase, lamentablemente el tiempo no desea que olvide del todo mi pasado. Di un leve suspiro y tome el mapa, incorporándolo en la maletera, Spencer no dijo nada más.

Prendí el auto, y con un pie en el acelerador salimos de ese estacionamiento oscuro. Cruzando la ciudad de Los Ángeles, las bellas luces se reflejaban en todo el auto, debo decir que esto es lo mío. La belleza artificial que decora a este lugar es lo que más me gusta, si esta ciudad fuera menos lujosa, con más montañas, con más belleza natural obviamente no sería de mi agrado.

Rodeamos la bahía de Santa Mónica para poder llegar al Pier, las luces de los juegos se podían divisar desde lo lejos, la enorme montaña rusa iluminada por luces LED era la que más llamaba mi atención desde que la vi.

Estacioné el auto cerca de allí. Salí del auto y ágilmente le abrí la puerta a Spencer. Negó con la cabeza en señal de desaprobación. Sacó ambos pies del auto y aún con el cuerpo dentro recordó que tenía su cartera en la maletera, la sacó haciendo caer unas cuantas cosas al piso del auto. La ayudé a salir ofreciéndole mi brazo quien no se negó en tomarlo.

-¿A dónde iremos?

-¿Pues aquí no? Al Pier.- Reí ante lo que dije.

-Eres tonto, me refiero ¿dónde iremos primero?¿A qué juego? Para especificar.

-¿Tonto yo? Pero si tú no te explicas bien.- Balbuceó algo inaudible y luego se rió a carcajadas, su risa fue tan contagiosa que yo también me reí.