-Eso decía él, James siempre decía que estaría para mi.- Agachó la cabeza y mordió su labio inferior. Me hace sentir tan culpable y es que lo soy.
-Ahora estoy yo.- Quité las manos del volante para poder tocar la suya pero casi al instante de tocarla, apartó su manos, como si me estuviese evitando, la miré, tratando de ver sus ojos, tratando de descifrar el por qué de ese reflejo.
Soltó una lágrima y dio un largo suspiro, continué el viaje. Llegamos al edificio de apartamentos, ella mantenía la cabeza agachada, no levantaba la vista, pero por sus mejillas se veía como las lágrimas caían, era desgarrador ver eso.
-Spencer.- Tomé aire y forcé una sonrisa -Mira, ya llegamos, por favor, baja para poder enseñarte tu apartamento.
-¿Mi apartamento?.- Llevé la mano a mi cuello, creo que aún le es difícil de asimilar el hecho de decir apartamento en lugar de casa.
-Sí linda, tu apartamento, estaremos separados por un pasillo, un pasillo y dos .- Soltó una risa y levantó la cabeza, sacó una gafas de sol de su bolso y se las puso, movió el retrovisor de manera que ella se pudiera reflejar en el espejo y acomodó su cabello.
-Bien, vamos que de seguro debes estar cansado.- Ambos salimos del carro y vino uno de los porteros a llevar el auto y otro para llevar el equipaje de Spencer.
En el pasillo hacía los elevadores pude divisar a lo lejos al estúpido de Collins, estaba hablando con la hermana de su mujer difunta... Como odio a esa mujer, siempre la odié por el simple hecho de intentar seducir a Bert. Sacudí la cabeza para tratar de no pensar en ello.
Traté de apurar el paso para que él no me viese pero fue en vano, sus ojos parecían imanes ante mi presencia, siempre que trataba de pasar desapercibido, él ya me estaba siguiendo con la vista, maldito Collins.
Apresuré aun más el paso y fue una gran suerte el ver que los elevadores iban bajando, me paré al lado de Spencer, al abrirse la puerta fui el primero en entra, luego el botones y por último Spencer, marqué el botón P7. No pasaron más que unos pocos minutos y llegamos al pasillo que iba a dividir de ahora en más nuestros cuerpos.
-Spencer tu habitación es la N° 198 y la mia la N°188, si necesitas algo solo toca la puerta y saldré para ayudarte.-Ella asintió e indicando al botones donde dejar sus cosas, se adentró en su apartamento y ambos cerramos nuestras puertas.
Me lancé hacía el sofá de mi salón y tomando el control remoto, encendí el televisor, con movimientos insistentes de mis pies logré sacarme los zapatos, apoyé los brazos debajo de mi cabeza. En la T.V. estaba dando un programa acerca de psicópatas y como volvieron a la normalidad tras pasar por un proceso evolutivo bajo un tratamiento estricto que ofrecía un centro de ayuda psicológica, por dentro estaba muy tranquilo, sabía que yo podía contra todo esto solo, pero por alguna extraña razón no estaba del todo seguro, aunque prefería creer que sí podía.
-¿Puedes abrir la puerta? Soy Bert.- Golpeó tres veces la puerta, lo que significa que venía solo. Bueno al menos no trajo a Sonja, la hermana de Milia la ex esposa de Bert, la cual murió de cáncer.
-La llave está donde siempre, puedes entrar.- Cambié de canal cuando oí la puerta abrirse, vaya suerte la mía, una película de gays, él se percató de ello y una sonrisa se dibujó en su rostro, al parecer le causaba gracia que yo viese este tipo de películas.
-Buenas Noches Declan, supongo no estás ocupado como para salir a pasear ¿No?.- Me senté en el sofá y recostando mi espalda hacía atrás negué con la cabeza. En mi estómago se empezaron a sentir como hormigas caminando en ese sector, era molesto seguir sintiendo eso.
-¿A dónde desea ir el señor?.- Dio un paso y dejando el abrigo sobre el perchero al lado de la puerta se dispuso a paso lento acercarse a mi, su mirada se veía distinta, sus ojos se tornaron oscuros, demasiado atrayentes, su barba estaba corta, se veía bastante más joven así y ni que decir de su cuerpo, él siempre fue de los que asistía sin falta al gimnasio y vaya que su cuerpo era demasiado hermoso.
-Bueno, si me lo preguntas, me encantaría ir al Bogstake ¿Recuerdas que allí es dónde hablamos por primera vez?.- Bien, bravo, ahora siento que me empiezo a sonrojar, no me gusta sentirme así pero el hecho de recordar me sacó una sonrisa, claro que lo recuerdo.
*Flashback*
-¡Declan! Sigue así y me iré, lo digo en serio.- Y al fin lo dijo, está mujer cuando bebe no hay quién la pare, su cabeza se pone al revés cada vez que absorbe alcohol y ahora debo aguantarla, lo que hago por mi familia.
-Vamos Milia, debes divertirte, solo un rato más.- Ella negó con la cabeza y salió del Pub, esta mujer no es para las fiestas. Yo seguiré bebiendo, con tal, yo estoy solo y puedo seguir bebiendo.
-Disculpa ¿Eres Declan?.- Oh... Pero si es novio de Milia, ay no recuerdo su nombre, solo sé que es mayor que yo con tres años y menor que Milia con 8... Ja, a ella siempre le gustaron los menores. No me retractaré, está loca y tiene buenos gustos.
-Sí, soy yo ¿ Tú quién eres?.- Extendió su mano en señal de saludo, la tomé y con un leve apretón de mano sentí un cosquilleo en mi estómago, creo que él se dio cuenta, sus labios se curvaron, su sonrisa es muy bella.
-Soy Bert Collins, novio de Milia.- Titubeo dubitativo, al parecer no está del todo convencido de su noviazgo, tenía una muy buena apariencia, ojos celestes turquesa, cabello rojizo anaranjado y una fiel y amigable sonrisa.
-¿Cómo sabías que era yo y que estaba aquí?.- Apuntó entre la multitud y pude ver a Sonja, la hermana menor de Milia, ambas eran como gatas solo que Milia era más calmada a la hora de 'cazar hombres'.
-Te reconocí desde lejos, no todos aquí tienen la belleza que tú tienes.- Asentí con la cabeza, éste hombre es muy guapo, hay que aceptarlo.
*Fin del Flashback*
-Pues vamos, me vendrá bien beber luego de mucho tiempo de no tomar ni una gota de alcohol.
-Coge tu saco y vamos.- Me acerqué hacía el perchero y sin moverme de allí me puse el saco, él hizo lo mismo y sin darme cuenta me tomó de la mano y otra vez el cosquilleo, maldito Collins, sabe muy bien lo que puede o no provocar en mi.
-Para que lo sepas yo también siento eso, pero a diferencia de ti, sé disimular.- Me miró y seguido de eso me guiñó el ojo. Salimos de mi apartamentos tomados de la mano, teniendo el cuidado de que nadie nos viese.
***
-Busca un lugar donde podamos sentarnos y conversar sin que nos interrumpan, mientras yo iré a pedir unos tragos.- Me alejé y me dispuse a buscar el lugar donde aquella noche estuvimos juntos por primera vez. Al fondo del local había una mesa rectangular para cuatro, era el lugar con menos iluminación y poco vista por los demás, perfecta para nosotros. Seguro a él le gustará que escoja ese lugar.
-Sabía que escogerías estos asientos.- Sonrió y sentándose al lado mió asentó las bebidas en la mesa.
-Oh vaya, margarita y un Hot Beach, lo recordaste.- Asintió, acercó sus labios a los míos, su nariz junto a la mía, su respiración lenta, sus ojos clavados en los míos, no lo soporte más, luego de mucho tiempo tomé la iniciativa yo y besé sus labios, nuestras lenguas no se separaron, él mordía mi labio sin piedad alguna y yo hacía lo mismo, necesitaba sus labios, el calor de su cuerpo, una sensación embriagadora, sin duda, jamás nos olvidaremos, nacimos para estar juntos, eso es seguro.
-Ahora no podrás negar que deseabas besarme, que deseabas tenerme cerca tuyo.- Sonreí y tomando un largo trago del margarita volví a besarle, esta vez fue un corto beso, me separé de él y junte nuestras manos.
-No, tienes razón, no puedo negarlo, amo tus besos tanto como el tenerte cerca, sabes muy bien eso. Será la última vez que diga eso.- Sonrió victorioso, sus brazos se cruzaron detrás de mi espalda y atrayéndome hacía él, seguimos en nuestro mundo, besándonos sin pena alguna, sin recordar el hecho de que alguien podría vernos, no nos importó nada, tal como en los viejos tiempos.
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¿QUE QUIERES DE MI? || Dane DeHaan || Gay
Novela JuvenilHubo una persona en aquel tiempo dónde era pesadilla y rebeldía, tanto fue su amor por esa persona que toda su maldad se convirtió en lo contrario pero no fue así por mucho tiempo ya que es persona estaba comprometida con alguien a quien no amaba, f...