4- "i wanna be your man"

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DICIEMBRE 2019 

Inicio flashback

Hacía calor, el ventilador parecía no funcionar porque sus cuerpos sudaban más de lo normal. Sin embargo, seguían en esa cama sin haber puesto alarmas, ella entre sus brazos demasiada cómoda que soportaría más tiempo. Trataba de conectar con los latidos de su corazón quizás un intento de sincronizar con su respiración, porque ella no podía mirarlo pero sí que podía tocarlo.

- Un movimiento en falso y nos estrellamos -demasiado tarde, caen, de alguna manera solo ella sale "ilesa" - Buenos Días.

-Creo que no puedo respirar -le mira con cara de cachorrito lastimado. Evidentemente ella lo esta aplastando, puede sentir sus huesos, sus músculos "Es tan fuerte"

-¿Por qué te moviste? –ella se levanta dejando al dramático para que se retuerza con comodidad, puede comprobar que llevaba solo unos calzoncillos- Vístete que tengo todo un cronograma

- Si señora.

Con una mirada traviesa va al baño, camina tentando con cada paso, esperaba ser seguida más que nada porque el señorito estaba igual de sudado que ella, así con el cabello todo pegado en la frente. Y vaya sorpresa la suya.

-¡Flavio! -dijo apenas salir de la ducha. Estaba ya todo vestido tomando su café, parecía recién duchado.- No creí que fueras tan cochino...

- Te tardaste en salir y tenía hambre -dijo mientras iba por otra tanda de tostadas, otro para ella. Y pensó sí con eso trataba de ablandarle o nunca tuvo intensión de seguirla.

-Y tonto –ve que trata de procesar la información. El de verdad seguía dormido y ella no puede con tanta... lentitud- Te esperé

-oh... Preparé el desayuno-almuerzo

Y ella era blanda...

Esa tarde recorrieron la isla aunque tampoco había mucho, unos pocos bares que gustaba frecuentar, una iglesia donde se quería casar, una plaza enorme para una pequeña población, un muelle con mirador que fue de lo que más gusto, y una playa, la más mágica que sus ojos pudieran ver. Y así cumplió la promesa, porque ella se pasaba noches enteras hablando de la isla que no podía faltar en sus vacaciones de verano, y él se hartó de imaginarse momentos con ella. Y como sí de una lista de pendientes lo último del plan del día fue "ver el atardecer juntos".

-Mañana quiero conocer a tus amigos. –juraba que su chico parecía un niño pequeño encantado con cada detalle de su isla, y le encantaba.- ¿Vendrán?

-Es tradición nuestra bebé –apenas puedo hablar. Compraron helado y este se derretía tan rápido que fue toda una carrera tratar de salvar algo, ninguna novedad, nunca fueron buenos comiendo helados.- ¿Qué te pareció la isla? A que tenía razón, es lo mejor que viste en tu vida –Flavio rodo los ojos- tienes mucha suerte.

-El mini tour no estuvo tan mal pero temo haber estado muy distraído con la guía turística –ahora ella rodo los ojos- tal vez deba hacer otro tour... uno más exclusivo. -chilla por dentro. Con esa cara inocente que ponía y con esa sonrisa de tramar cosas, las risas no tardaron y tanto que lo que quedaba de su helado, por distraída, cae sobre su falda favorita, ahora es él quien rie pero más que nada de sus gestos, alguna vez dijo que le gustaban. 

-¡Esto es tú culpa! A mí las tonterías no me gustan –miro su falda resignada, no podía odiarlo, no podía enfadarse ahora mismo- ¿Te gusta?- tampoco puedo evitar manchar su carita con lo que quedaba de helado, total ya está tirado y faltaba un poco de justicia- Ay lo siento.

Los ojos de Flavio pasaron a ser dos líneas que al rato hizo que soltará una carcajada, tal vez ahora sus ojos también son dos líneas. Entonces, suena una alarma, un molestoso ruido que la asusta por unos segundos hasta que cae en negación, no puede creer que haya puesto una alarma para ver el atardecer. Y no sabía sí ponerlo en la categoría romántico o cosas que hace Flavio.

-Tu ereh tonta –eso la saca de sus pensamientos. El pobre tenía helado casi por toda la cara, un cuadro y ella Picasso.- Samanzi 

Sentados en el mirador mientras fingian que solo existian los dos

Aquí estaban, en una isla con un atardecer de película pero ellos tratando de contemplar al otro. Pudo sentir su mano buscando la mano de su chico, la que esta pegajosa con helado, pudo ver sus mejillas con algo de rubor pero seguro que ella estaría más roja. Sin palabras, un momento ellos dos bajo un cielo naranja, como sí el mundo estuviera ardiendo, y sí hubiera sido el final de todo lo que conocía no encontró mejor lugar, ni mejor compañía.

-No puedo creer que hayas puesto una alarma.

fin de flashback

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capitulos cada fin de mes 


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