Cap.5: "Verdadera piel"

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Rogerina leía sentada en las gradas del campus universitario concentrada en sus próximos exámenes, últimamente había estado perdiendo el tiempo con Freddie, Tim y Brian, aunque realmente ella no creía que eso fuera perder el tiempo, pero sus padres no dejaban de recordarle que debía enfocarse en sus estudios.

- ¿Quién es la estudiosa ahora?

La chica se sobresaltó, estaba tan atenta a sus apuntes que no noto en que momento Brian se sentó a su lado, lo miro con una mueca de fastidio pero esto no borro la sonrisa de la cara del muchacho, y entonces la rubia presintió que algo sucedía. Brian nunca pasaba tiempo con ella en la universidad, como mucho se acercaba rápidamente para informarle sobre los ensayos de Smile y se retiraba, pero esta vez estaba allí sentado junto a ella irradiando mucha confianza.

- Escuche que pasas mucho tiempo en el local de mi hermano
- Si, es muy carismático... Pero no venía a hablarte de él, quería saber si... ¿Querías salir esta noche?
- Si, recuerdo que hoy tenemos ensayo
- No, me refiero después del ensayo, nosotros dos... Solos

La rubia empalideció analizando lo que acababa de escuchar, desde que Brian había conocido a Roger lo notaba más simpático con ella, no es que antes no lo fuera, pero ahora se animaba a interactuar más al punto de hacerle aquella propuesta sin pudor alguno. Los nervios la consumieron, su mente se hizo un nudo al igual que su garganta y la repuesta salió fría y seca de entre sus labios.

- ¡¿Le dijiste que no?!
- ¡Claro que le dije que no! La invito a Rogerina, no a mí

Roger frustrado le contaba sus penas a Freddie, como de costumbre, mientras fumaba un cigarrillo tras otro, apoyado contra un ropero antiguo a la venta en el local aprovechando la ausencia de clientes o visitas.

- Un momento... ¿Estas celoso de Rogerina?
- ¡¿Qué?! ¡No! Eso sería estúpido
- Porque eso parece Roger, claramente Brian está interesado en ser tu amigo, pero con Rogerina aparenta tener planes más interesantes...
- Eso no va a suceder

Contesto Roger con un dejo desilusión en la voz mientras soltaba el humo lentamente de entre sus labios melancólicamente. Freddie asombrado se puso en pie de un salto.

- Un momento... ¿Te gusta Brian?
- Ummm... No
- Lo dudaste
- ¡No! Rogerina probablemente solo quiera divertirse un poco y ya
- Te estas metiendo en terreno peligroso, cariño ¿Cuánto tiempo crees que se coma el cuento?
- Ya veras que no va a suceder nada
- Te hago una apuesta, si te enamoras de Brian le dices la verdad... Y me debes una cena
- De acuerdo ¿Y si yo gano?
- Yo invito la cena
- Ummm... No, si yo gano quiero que de una maldita vez salgas del armario... Y una cena

Freddie en desacuerdo con aquella propuesta estuvo a punto de objetar con el índice en alto, pero las campanadas del antiguo reloj de la tienda lo interrumpieron llamando la atención del rubio.

- ¡Debo irme, tengo ensayo!
- ¡Siempre cambian sus días de ensayo y nunca me avisas!
- ¡Es por culpa de los exámenes, no es muy difícil atender un local vacío!

Le grito Roger huyendo nuevamente, como tantas otras, dejando solo a su amigo maldiciendo en múltiples idiomas viéndolo partir. El trayecto del local a su casa no era muy largo, abrió la puerta anunciando que había llegado, le era costumbre sabiendo que su madre probablemente estaría presente, y efectivamente la encontró sentada en la sala viendo televisión.

- Llegue
- ¡Cuidado donde pisas! Estuve toda la tarde trapeando
- Si, mamá
- Si vas a volver a salir no llegues tarde o sabes que tu padre se enojara
- Si, mamá

Roger respondió de manera automática mientras la mujer le hablaba sin quitar los ojos de la pantalla, pero él con otras preocupaciones en mente subió escaleras arriba a su habitación.
Su camiseta fue remplazada por una delicada camisa, los pantalones por una falda, el secador le ayudo a darle más volumen a su pelo, eligió un moño que le quedara bonito, lápiz labial, pestañas, rubor, sombras, las brochas se deslizaban por su suave piel dejándola brillante, se miró una última vez al espejo comprobando que todo estuviera en orden y tomando su abrigo salió por la puerta trasera de la casa, como de costumbre, evitando a su madre.

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora