capítulo 16

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No sabéis lo bien que dormí esa noche.
Con Pan sometido, un techo y paredes que me protegían del frío, un blandito colchón en vez de los barrotes de esa pequeña jaula, una cómoda almohada y unas calentitas sábanas. Hacia tiempo que no dormía de esta manera.

Cuando me desperté al día siguiente, lo primero que hice después de alistarme fue mirar por la ventana de la cabaña, el sol estaba bien alto, seguro que ya era alrededor de medio día.

Salí de la habitación, aunque agradecería más haberme encontrado con el pasillo de mi casa de Storybrook, también se agradecía haber vuelto a la cabaña de Pan.

Siempre se prefiere un hotel a una tienda de campaña.

Ese día hacia bastante sol y no había viento, perfecto.

Caminé por el campamento observando todo lo que hacían los niños perdidos, que no era mucho.

- tú - señalé a un niño que pasaba por ahí - tráeme algo de comer - le ordené, el chico me miró raro, pero a los 5 minutos me trajo dos manzanas verdes - ¡Eh, chico! - llamé a uno de otro lado, éste me miró igual que el anterior - Pan a ordenado que tengo que estar lo más cómoda posible y que cumplais mis órdenes, haz algo para taparme el sol - dije con superioridad sentándome en un tronco.

- a mi no me han dicho nada - dijo con el ceño fruncido.

- pues claro que no, Pan tiene cosas más importantes que ir uno por uno detrás de vuestros culos diciendo lo que tenéis que hacer - dije sería para parecer creíble, el chico no se movió del sitio - ¿Me vas ha hacer llamarle? ¿Sabes lo que te hará cuando sepa que le has hecho venir por no cumplir una orden suya? - amenacé.

- vale, vale - dijo cuando estaba apunto de llamar a Peter a gritos, sonreí con arrogancia.

- bien, ahora que nos entendemos... Tengo mucho calor, solucionalo.

¿Estaba mintiendo? Sí ¿Me estaba aprovechando? Obviamente ¿estaba siendo egoísta? Está claro ¿Se lo merecían? Por supuesto.

Que Pan no pasará casi tiempo en el campamento era maravilloso, al ser la única chica y dormir en la cabaña de Pan tenía un extraño poder, y les decía que Pan había dicho algo, se lo creían y hacían todo lo que pedía por miedo a lo que pasará si no lo hacían y era cierto. Simplemente maravilloso.

Hacia mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien mintiendo, pero claro que siempre tenia que venir alguien a arruinarlo. En este caso, el mismísimo Peter Pan.

- ¿Que están haciendo? - dijo confundido apareciendo junto a Félix justo delante nuestra.

Sin duda alguna la escena era de película. Tres niños me abanicaban despacio con unas hojas grandes, otros tres sostenían una tabla de madera con palos que me tapaban del sol, otros dos me daban masajes en los pies, otro chico me estaba leyendo un libro que habían encontrado por allí y otro me acercaba la bebida con pajita para beber cuando quería. Y yo, estaba tranquilamente tumbada en una hamaca que había ordenado construir, con los ojos cerrados, escuchando la lectura tranquilamente y disfrutando.

Me incorporé cuando escuché la voz de Pan, con unos gestos les ordené a todos que se dispersáran, me baje y me puse las zapatillas. Me acerqué a Pan con una sonrisa tranquila.

- obviamente están cumpliendo tus órdenes - pase al lado suya y desaparecí entre las plantas escuchando la voz de Pan ordenando a todo el mundo que se pusiera a trabajar. Luego escuché sus pasos detrás mia, sonreí aún más inconscientemente.

Me detuve y esperé a que apareciera, así lo hizo.

- ¿Me estás diciendo, que has conseguido engañar a todo el campamento haciéndoles creer que yo había dicho que cumplieran todas tus órdenes? - dijo con las cejas alzadas, yo asentí orgullosa, él sonrió y se pasó la lengua por delante de los dientes de abajo. - he de reconocer que me has sorprendido, Tali - dijo caminando a paso lento hacia mí.

- no es la primera vez que escucho eso.

- me recuerdas a Garfio en sus mejores tiempos... narcisista, ingeniosa, mentirosa, astuta, pero hay algo que él no tiene y que tú sí.

- ¿Y que es eso que tengo? - dije con una sonrisa divertida, él se detuvo a centímetros de mi.

- esa maldad en la mirada...

- ¿Yo? ¿Mala? No, por favor, imposible - dije sobreactuando - la hija de la Salvadora y el capitán Killian Jones no puede ser una mala persona, ¿Cómo va a serlo si vive rodeada de cuentos de hadas? - dije terminando con una sonrisa.

- claro, que tonto he sido al pensar que la nieta de Blancanieves pudiera tener una pizca de maldad - dijo siguiéndome el juego, me acerqué un poco más y pasé mis manos por detrás de su nuca.

- has sido muy tonto - dije en bajo y jugando con un dedo con el pelo de su nuca. Peter cogió mucho aire y luego lo soltó acompañado de un pequeño gruñido.

- juegas sucio - dijo con la voz grave.

- tú también - dije al notar sus manos en mi cintura.

- Eres una chica mala, Tali.

- lo sé, y te encanta.

- estás loca.

- lo sé, y me encanta. - finalmente acorté la distancia en un impulso por la tensión y excitación que había en el aire y lo besé.

Me separé un momento y me quedé paralizada mirándole. De verdad que estaba completamente loca, cómo se me ocurre besar a la persona que me ha tenido encerrada durante días casi sin comer, que primero secuestró a mi hermano y luego me secuestró a mi, que me clavó una espada... Pero... Es que era tan guapo... Y esos ojos verdes... Esa manera que tenía de sonreír y levantar la ceja al mismo tiempo... Esa maldad, sin duda tenía problemas con las personas malas.

Pero, qué puedo decir, ¿A quien no le gustan los psicópatas? Son perfectos.

- Pet... - no pude terminar su nombre cuando estampó sus labios contra los míos. Mi excitación se apoderó de mí, ya me daba exactamente igual lo que había hecho. Besaba de una forma tan salvaje y apasionada que no podía ignorarlo.

Cuando volvimos a separarnos por falta de aire, le agarré de la camiseta y le empuje hacia atrás hasta chocar su espalda contra el tronco de un árbol.

- eres un chico malo - dije sin despegar mis ojos de los suyos, el sonrió con malicia.

- lo sé, y te encanta - en un movimiento rápido cambió las posiciones quedando yo entre el árbol y él.

- eres salvaje.

- lo sé, y me encanta - lo atraje hacia mi de un tirón y esta vez fui yo la que dirigió ese alocado beso. En medio del beso noté como su mano jugaba con la parte baja de mi camiseta, advirtiendo que quería quitarla, corté el beso a la vez que agarraba su mano.

- relájate mi duende, estamos en Nunca Jamás, donde el tiempo no corre - dije con una sonrisa, me separé con cuidado, caminé unos pasos sin mirarle pero notando la suya en mi y justo antes de desaparecer le eché una última mirada.

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AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH

POR FIN.

BRRRRRRRRRR

Prohibido (Peter Pan) *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora