Mi brazo se tambaleaba, de un lado hacia otro sin control, al igual que mis piernas, que con el movimiento chocaban los talones de mis pies cada dos por tres. Mi cabeza estaba apoyada en el pecho de la persona que me cargaba. Uno de sus fuertes brazos por debajo de mis rodillas y el otro en la espalda. Fui abriendo los ojos lentamente, mi mente se iluminó al ver las ropas verdes y desgastadas de Pan. No hice movimientos bruscos, no quería que él supiera que estaba despierta, por muy débil que estuviera, capaz era de hacerme andar lo que quedase del camino. Mi vista se alzó levemente, permitiéndome apreciar el cuello y la mandíbula del chico. También pude observar la oscuridad de la noche, con las estrellas brillando a gran distancia de nosotros.
Tardé unos quince minutos en oír los gritos de júbilo de los niños perdidos, la luz descompasada de la hoguera me golpeaba la cara, acompañada del calor del fuego.
- ¿escuchas la música? - dijo Pan de repente, me tensé al instante, mi plan de que no supiera que estaba despierta había fracasado estrepitosamente.
- ¿debería? - dije tranquilamente y acomodando mi cabeza en su pecho.
- todavía es pronto. - volví a cerrar los ojos.
"No debes perder la esperanza" La voz de Jack resonó en mi cabeza.
Escuché las pisadas fuertes de Pan al subir las escaleras. Escuché el chirrido de las bisagras cuando empujó la puerta de la cabaña con el pie y entré de espaldas. Al igual que escuché la puerta de mi habitación. Para ojos de Pan, yo había vuelto a dormir, por ello, él me dejó delicadamente sobre la cama, apartó las sabanas y me cubrió con ellas. Durante unos segundos no escuché nada más, pero seguía sintiendo su presencia en la habitación. Después, un gruñido frustrado y un fuerte portazo que podría haber despertado a todo el campamento.
A la mañana siguiente no me demore demasiado en levantarme de la cama y vestirme con ropa limpia. Al salir afuera todo estaba en completo silencio, no se escuchaba absolutamente nada, ni niños perdidos, ni el canto de los pájaros, ni el movimiento de las hojas de los arboles,... nada. El sol empezaba a salir y a teñir el cielo de naranja, era precioso ver como contrastaba con el mar azul.
Escuché el sonido hueco de las tablas de madera de los escalones de la cabaña. No me giré, seguí observando el cielo.
- has madrugado demasiado, deberías descansar - dijo detrás de mi.
- no lo necesito, estoy bien - dije tranquila.
- pues haz lo que quieras, excepto acercarte a la playa, yo tengo cosas que hacer - escuché sus pasos hacia la dirección contraria, me giré rápido y lo detuve.
- ¡espera! - grité, demasiado alto para como quería que sonara. - ¿puedo ir contigo? - pregunte algo nerviosa e incomoda.
- no - dijo serio, volvió a girarse para seguir su camino.
- al menos... déjame darte las gracias - le interrumpí, él no se giró, hizo oídos sordos y siguió su camino.
Dudé si seguirle o no, tenia curiosidad para saber que era eso que ocultaba, que tenia que ir tan temprano a resolver, y completamente solo. Normalmente se llevaba a Félix con él por si algo salía mal.
Me decidí por seguirlo, se que no debería, pero la curiosidad es más fuerte que el deber.
Le perseguía entre los árboles, escondiéndose detrás de sus gruesos troncos. Procuraba no pisar rama u hojas que pudieran crujir. Andaba a la vez que él para que nuestras pisadas se acompasaran. El olor a agua salada se metía por mi nariz tan fuerte que dolía.
Pan llegó a la costa. Para no ser descubierta y poder observar y escuchar con facilidad, me acerqué al tronco de un árbol al borde de la arena. Con mucho cuidado de no caer, lo fui escalando, con un pie detrás del otro. Una vez en la copa, me metí entre las hojas.
Pan caminó hasta la orilla, haciendo que sus pies se mojaran con el agua de las pequeñas olas que llegaban.
Acercándose con prisa venía un bote.
El pequeño barco de madera atracó, subió el bote levemente a la arena para asegurarse de que no se fuera a ningún lado.Eran los piratas del barco. El tal Jack Sparrow se acercó con arrogancia a Pan, estiró el brazo hacia él, con la palma hacia arriba, con una sonrisa. Pan dejó caer sobre ella una bolsa marrón, cuando ésta calló, el sonido metálico de las monedas fue claro.
- la tal "Jones", es una chica peculiar - dijo Jack mirando la bolsa.
- no es una Jones - contestó Pan serio y tajante.
- ¿Seguro? Ella dijo que era una Jones - insistió interesado.
- no lo es... Fuera de mi isla - Pan se dió la vuelta decidido a desaparecer.
- esta isla... - le interrumpió Jack para detenerlo - es... Interesante - dijo pensativo.
- ¿Intentas decirme algo? - dijo Pan volviendo a girarse, caminó hacia ellos amenazador.
- bueno... - dijo con una sonrisa - podríamos pasar unos días... - Pan se quedó en silencio, mirándoles con los brazos cruzados y tensando la mandíbula.
"Oh, dios mío" "Why is he so fucking Hot?"
- ... O no - dijo el pirata volviendo a su postura anterior con una mueca. - caballeros, vámonos, no queremos molestar - dijo andando hacia atrás.
Me sentía terriblemente traicionada.
¿Cómo se atrevía a engañarme de esa manera? La ira me comía por dentro. Él había traído a esos piratas. Él había ordenado mi secuestro... esto no quedará así.Si tenía un problema grande, definitivamente era ese: la sed de venganza.
Bajé del árbol, me di la vuelta y volví por donde había venido hacia el campamento.
Mi cabeza trabajaba al 100%, planeando todo tipo de posibilidades de actuar con sus consecuencias.
Esto es la guerra.
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Prohibido (Peter Pan) *FINALIZADA*
FanfictionLa hija de el capitán Killian Jones y la salvadora Emma Swan. La ignorancia mata. "si ves ojos verdes, corre. - ¿Y si no lo hago? - puede que sea lo último que veas." "- ¡AHHHHH...! - escuché el gritó de dolor de mi madre, alcé la mirada para ver la...