capitulo 38

22 2 0
                                        

Una vez sola le pregunte como se llamaba, pero me dijo que sería mejor que no lo supiera por mi propio bien, ella lo decía como si yo tenía posibilidad de salir de este maldito infierno. La pelirroja comenzó a limpiarle las heridas a Zander, pero él no se quejaba, le paso un algodón lleno de alcohol por la nariz para que despertara. Sin toda esa sangre se podía ver mejor su cara, la pelirroja le quito la camisa en sangrentada y tomo el botiquín que había traído, comenzó a caminar a las escaleras y yo la retuve.

- Por favor no te vayas – le suplique, ella parecía ser la única normal – te lo pido – dije comenzando a llorar

- Sé que es difícil por lo que estás pasando querida – comento – pero te prometo que él no te hará nada – indico, solo la mire confundida y ella me regalo una sonrisa – todo acabará – y se fue

Me daba miedo cuando Hugo abajaba al sótano, ya no lastimaba a Zander ahora era todo lo contrario, ya no quería seguir ahí, ya no quería vivir más, porque me pasaba esto a mí.

Llegaba siempre con una botella de alcohol, se sentaba en el peldaño y me miraba tras darle unos tragos. Cuando se lo agotaba tiraba a un lado la botella y se acercaba, me tomaba de los tobillos y me posaba debajo de él. Luchar era inútil, ya que no ganaba nada con eso, está sucia, llorar era el único método que me queda.

La pelirroja se encargaba de darnos la comida, como Zander aún se encontraba débil ella le daba de comer, en cambio yo no comía solo quería morir de hambre y terminar con mi sufrimiento.

Todo pasaba tan rápido y ya estábamos a dos semanas de mi desaparición y no escuchaba nada acerca de que me estuviesen buscando, en cambio Zander se encontraba mejor. Cuando vio como me encontraba me decía que, si estaba bien, y obvio yo mentía, la pregunta llego a mí de repentinamente.

- ¿Por qué te a traido aquí? – pregunte

- Si te lo digo, me detestaras – indico

- Solo dímelo, ya soporté todo esto, soportare lo que sea que ibas hacer – exprese con voz cansada

- Iba hacerte lo mismo que está haciendo él – dijo mientras bajaba la mirada

- ¿Por qué hacen esto? solo dime él por qué – dije mientras unas lágrimas rodaban en mi mejilla

- Porque somos unos malditos enfermos – dijo una voz masculina, ambos volteamos a ver Hugo se encontraba ahí de pies con sus manos en sus bolsillos, camino hasta nosotros y se detuvo frente de ambos, el olor a alcohol se podía sentir impregnado en su ropa – te ves aún muy hermosa – dijo inclinándose de cuclillas hacia mí, rozo su pulgar y yo aparte mi rostro no quería saber nada de él.

Pude ver cómo fruncía el ceño, se levantó de golpe, comenzó a dar vueltas en círculos y vino hacia mí me dio una bofetada y luego grito que, porque no cooperaba, claro que no lo haría y mil veces estando muerta antes de hacer todo lo que él me diga.

Lo iba a volver hacer, pero esta vez Zander me defendió se había podido soltar le dio un golpe fuerte en la parte de la cabeza que lo hizo caer, me desato y salimos de ahí, la luz del día nos golpeó a nuestro alrededor solo había árboles y la cabaña de la cual habíamos podido escapar, eso demostraba que estábamos en el bosque.

Comenzamos a correr hasta alegarnos de esa cabaña, me caí barias veces por el montón de ramitas que había y por el terror de que él viniese detrás de nosotros. Ya habíamos corrido mucho me sentía cansada sentía que ya no podía más.

- Ya detente por favor, no puedo ya no puedo – dije muy cansada

- Creo que ya estamos bien – dijo

- No creo que podamos avanzar la noche esta cayendo – le informe

- Dormiremos aquí mañana continuaremos – indico

El ruido de aullidos no me dejaba dormir, pero eso a Zander no le molestaba, poco a poco me dormí.

El canto de los pajarillos sonaba muy bien, era como estar en mi habitación, pero eso no era así, me levante muy lentamente y pase mi mano por mis ojos. Miré a todos lados porque no encontraba a Zander, estaba entrando en pánico hasta que lo vi.

- ¿Dónde estabas?

- Lo siento, fui por unas vallas para que comamos – indico, vio mi nerviosismo y volvió a hablar – no fue mi intención dejarte sola – yo solo asentí a un si como respuesta

Seguíamos luchando por salir del bosque, pero para nuestra respectiva estábamos muy lejos de llegar a tocar la carretera.

Zander se encargó de apagar la fogata que aún seguía encendida o lo que quedaba de ella, luego seguimos nuestro rumbo para salir del bosque, pero sentía que en vez de salir nos adentrabamos más, jamás había conocido más halla de lo principal de este bosque, mamá decía que era peligro andar por ahí sin conocerlo.

Ya nos habíamos alegado mucho de dónde habíamos pasado la noche, íbamos en silencio, eso ayudaba para apreciar los sonidos del bosque.

Por error pise un tronco hueco y caí al suelo, zander me ayudó a levantarme me había lastimado el tobillo el dolor era leve pero dolía al apoyarlo para caminar

- segura que estás bien - dijo preocupado

- si, solo fue una pequeña torcedura podré caminar bien - le indique

- si quieres te puedo cargar para que no lo hagas mucha fuerza

- no estoy bien ya te dije - el tenía aún esa expresión de procuración, de seguro pensaba que nos podrían encontrar por que yo lo iba a retrasar pero podía caminar bien, con dolor pero bien

La caminata siguió, no se si era mi imaginación o el cansancio pero había escuchado ramitas quedarse.

- zander - le llamé

- ¿que pasa?

- escuché algo - dije mirando hacia tras de mí, volteaba a ver a todos lado tenía un mal presentimiento y no era nada lindo.

- ¿qué escuchaste? - pregunto

- ramas quebrarse detrás de nosotros - respondí

- debió haber sido un animal - fue lo único que dijo y siguió caminando, me había quedqdo unos dos segundo ahí parada y mirando a todos lados y luego lo seguí.

Él iba más adelante de mi, pero el sonido de ramas romperse detrás de nosotros lo seguía escuchando.

Fue todo tan rápido, alguien me tomo de atrás atrapando mis brazos y a zander le habían dado un golpe que lo hizo caer al instante.

Asesino En SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora