capítulo 1

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Me encontraba sentada en la ventana de mi cuarto, el viento azotaba muy fuerte, el cielo comenzó a nublarse; los árboles se agitaban de un lado a otro, me llamo la atención ver a un sujeto con capucha enfrente de mi casa era extraño, parecía observarme, pero no podía ver su rostro estaba completamente oscuro, cuando de repente la luz de un rayo me nublo la vista haciéndome cerrar los ojos y voltear mi rostro; cuando vuelvo a buscar al sujeto este ya no se encontraba en ese punto. Me alejé rápido de la ventana y la cerré, esto era realmente raro era la cosa más extraña que me había pasado.

- Hija – me hizo saltar de un susto mi mamá – ¿estás bien? te ves pálida

- Si... si estoy bien no pasa nada

-¿Segura? – dijo acercándose hacia mi

- Sí ¿para que me quieres madre?

- Tu papá te llama

-¿Para qué me quiere? y no es mi padre

-No lo sé, te espera en su oficina, y si es tu padre te estuvo cuidando desde que eras pequeña

Salí de mi habitación y no quise decirle nada más, así que me dirigí a la oficina de Emiliano, su pelo era rubio lo tenía desordenado como que, si se pasara la mano en este a cada rato, de ojos azules claro y su corbata estaba aflojada algo le molestaba.

Toque la puerta – ¿para qué me quieres? – creo que ya sabía para que era

Hizo una seña con la mano que era un pasa

- Mamá me dijo que me buscabas ¿Pará que me quieres?

- Sé que no te gusta que te pida favores – ya sé a qué va esto – pero necesito que me ayudes en algunas cosas

Emiliano me pedía que lo ayudara cuando tenía mucho trabajo pendiente, pero porque mamá le decía, su trabajo era muy agotador, ser contador era muy estresante en mi punto de vista.

-¿Qué quieres que haga? – digo sentándome en el sofá que tenía por la mesa de noche

-Necesito que me veas si algunas cuentas están bien si quieres puedes hacerlo aquí o en tu habitación.

-Lo haré aquí por si alguna duda te preguntó

Esto era bueno ya que mamá prefirió que aparte de mis clases del diurno también reciba clases de contabilidad los sábados. Ya que decía ella EL TIEMPO ES ORO Y LO TENEMOS QUE APROVECHAR AL MÁXIMO

La noche ya había caído, revisar tantos papeles te hacia olvidar de todo hasta de tu propio nombre.

-¡Alexia!

En realidad, esto sí que te distrae mucho.

-¡ALEXIA! – escucho que decían mi nombre y era Emilio

-¿Qué pasa?

-Ya es muy tarde tu mamá me mataría si sabe que te fuiste a dormir muy tarde

-¿Qué hora es?

-Las dos y quince de la madrugada, si faltan papeles por revisar, déjalos, esos los revisare después, tu ve a dormir

-Está bien, solo quedan como unos diez o cinco, pasa buenas noches

Salí de su oficina, pero antes de todo quería un vaso con agua así que baje a la cocina, con mi vaso en mano iba subiendo las escaleras, cuando escuche un ruido que provenía de esta así que me dirigí de nuevo a esta, pero no había nada así que di la vuelta y me dirigí de nuevo a las escaleras iba subiendo los primeros escalones, cuando escuche que dijeron mi nombre detrás de mi

-Alexia – me quede congelada, no sabía qué hacer y escuchaba que se acercaba

Piensa en algo, muévete, grita, pero has algo

Me decía yo misma, cuando pensé en Emiliano grité su nombre, los pasos sede tuvieron; escuché correr a Emiliano escalones abajo, la persona que venía tras de mi salió corriendo

-¿Qué pasa? – me dice preocupado

- Hay alguien dentro de la casa

-¿Pero qué dices?

-¡hay alguien aquí, salió corriendo a la cocina! - Emiliano se dirigió a la cocina y fui detrás de él, pero no había nadie

Como pudo salir sin hacer ruido

-No hay nadie

-Pero si había alguien aquí yo lo escuche

-Pero no hay nadie, debes estar muy cansada y el cansancio hace que veas o escuches cosas que no están ahí, ahora ve a tu habitación y descansa alexia

-Pero había alguien

-No hay nadie solo ve a descansar – dice con voz cansada

Subí a mi habitación puse el vaso en la mesa de noche y me quede viendo un punto fijo pensando en lo que había pasado, Emiliano debe tener razón solo es el cansancio el que me hizo imaginar todo eso, me acomode en mi cama y dormí.

***

la alarma sonaba y sonaba no quería levantarme, me sentía muy cansada.

-Alexia – era mamá desde el otro lado de la puerta

-Estoy despierta – digo con voz perezosa, mamá siempre llamaba a la puerta para asegurarse de que estuviera despierta y no me durmiera

Me levante y me dirijo al baño después de una larga ducha me a lista y baje a la cocina, Emiliano se encontraba en un extremo del comedor con su teléfono en mano y mamá en el otro, así que yo me acomode en medio de los dos.

-Buenos días - digo

-Buenos días cariño – dice mamá y Emiliano solo levanta la vista y la vuelve a poner en su teléfono.

Terminé de desayunar y fui en busca de mi mochila, me despedí de mamá y salí. Mi sorpresa fue encontrar a Emiliano fuera de su auto, era raro ya que siempre cuando salía yo el ya no estaba, pero mi sorpresa fue lo que dijo

-Te llevare al tu colegio

-Preparatoria – corrijo y solo hizo una mueca, se dirigió al otro extremo del auto para acomodarse en el asiento del piloto y yo en el de copiloto.

En todo el camino reino el silencio, era raro en verdad nunca me había llevado a la preparatoria, pero mi actitud con él aún no cambiaría, la otra vez escuche a mamá que le decía que tratara más conmigo, para que yo no sienta rencor hacia él por tratar de remplazar a papá, pero había algo en mí que lo aceptaba, pero otra que no; mamá tenia siempre razón, él me cuido desde pequeña, pero yo jamás lo vería como un padre sino como un remplazo. el silencio se rompió a unas cuadras de la preparatoria.

Asesino En SerieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora