Ella está tumbada en la camilla de aquel hospital, siente que la están tocando, y que le hablan personas que no consigue ver. No puede reaccionar, está inmóvil, pero quiere decirles a esas personas que ella sigue aquí, que sigue viva.
Hablan de quitarle la máquina a la que está conectada, la que la mantiene viva. ¡No! Sino sí que se acabará todo. Quiere decirles a esas personas que no desistan, que sigan intentándolo. Pero... ella tiene que poner de su parte... Intenta moverse, pero su cuerpo no responde. Lo intenta aún más rato, hasta que consigue mover el dedo meñique, pero nadie lo ve. Intenta abrir los ojos, cosa que no le sirve de nada. Su mente le juega una mala pasada, tiene dos caminos que elejir: por un lado, la vida eterna, el estar con sus abuelos fallecidos; y por otro lado, el despertar y ver cómo reaccionan las personas que tiene en esa habitación al oírla hablar.
No sabe qué camino elegir, pero, oye que se abre la puerta de ese hospital, y entra una voz conocida la cual echa mucho de menos; su mejor amiga. La chica la coge de la mano, y le dice cuánto la echa de menos y que quiere que vuelva, que sabe que la está oyendo. Pero nadie responde.
''¡Quiero que sepas que te quiero! ¡Quiero que sepas que estoy viva! ¡No me voy a rendir!'' Intenta decir ella, pero no puede.
''Mueve la mano, vamos, sé que puedes''.
''Quiero el camino de la vida, quiero estar al lado de ella''.
''Por favor...''
Suena un pitido continuo, todos lloran, se acabó.
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He aquí mis escritos.- Vic.
RandomAvestruz. Ahora que tengo tu atención, quiero pedirte un favor: entra en mi mundo. Sí, puede que los primeros relatos asusten tu mente, la utilicen, la manipulen y hagan que piense sobre las razones de la vida; mas he de decirte, amigo, que eso no...