Relato XXIII.

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No sé cómo me siento ahora mismo. Es algo así como enfadada, a punto de explotar como una bomba de relojería, como un coche que arde en una calurosa tarde de verano, como un tornado que se mueve rápido.
Me siento algo así como débil, como las hojas que se desplazan movidas por el tornado, como la ropa que es salpicada por el barro que es atropellado por un coche, como una marioneta utilizada por un titiritero (el cual, dejadme que os diga, es manco).

Me siento algo así como triste, como una fuente que mana agua sin cesar, como una cascada que llora sin parar.

No quiero que nadie me diga lo que está pasando. No quiero que nadie me diga: "eh, estás enamorada" o me hagan corazoncitos con las manos, o que me recuerden cada vez que me doy la vuelta que siento algo por alguien.
No quiero que mi amiga me diga: "fuiste tú la que me lo dijiste" y me mire como si estuviera enfadada conmigo. No digo que deje de ser realista, que me gusta que lo sea, pero que, por favor, pare de mencionar todo con la mirada.
No quiero que me digan: "te enamoras a la velocidad de la luz", porque no es verdad. Y si dices eso, lo siento, pero me conoces poco. No estoy enamorada, sólo me gusta, o no, no lo sé.

Quiero que todo acabe ya de una vez, que me dejen pensar en paz, y que por favor se muera unos días para poder vivir.

He aquí mis escritos.- Vic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora