"Tengo miedo." Se dice a sí misma.
La chica lleva mirando media hora esos pequeños y afilados objetos de metal.
"Estoy asustada." Se repite a sí misma.
No quiere hacerlo, no quiere fallar a las personas que la quieren.
Pero, ¿de verdad alguien puede quererla?
Oh, vamos.
Sólo hay que mirarla.
La chica sale de sus pensamientos y acerca su mano hacia aquel objeto y lo coge con suma delicadeza.
El filo de la cuchilla aprieta el brazo de la chica, la cual no hace ni una mínima mueca de dolor.
ha sobrepasado sus límites. La chica está cada vez más tensa, no para de salir sangre. "Corre a por papel, idiota." Piensa. Hace caso a su mente y coge papel para seguidamente apretarlo con fuerza contra su brazo.
Cuando consigue hacer que la sangre cese de salir, recoge la cuchilla en la pequeña caja que guarda entre dos de los libros de su gran estantería.
"No quiero que nadie lo vea. No quiero que nadie se preocupe." Piensa ella, mientras se mete en la cama.
"Mañana tengo clase, mañana será otro día..." Se repetía una y otra vez.
Pero, desgraciadamente, no hubo un "mañana".
Y la encontraron, fría, con sus sábanas envueltas en sangre.
ESTÁS LEYENDO
He aquí mis escritos.- Vic.
AcakAvestruz. Ahora que tengo tu atención, quiero pedirte un favor: entra en mi mundo. Sí, puede que los primeros relatos asusten tu mente, la utilicen, la manipulen y hagan que piense sobre las razones de la vida; mas he de decirte, amigo, que eso no...