Sentimiento y dacryfilia.

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¡Hola mis bonitos lectores! Muchas gracias por haberse tomado el tiempo para leer esta pequeña historia, perdón porque el capítulo quedó más largo, esta en mi naturaleza no saber resumir las cosas. 

¡Espero que les guste!

—¡Ash, despierta! —Un violento golpe retumbó por la habitación—

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—¡Ash, despierta! —Un violento golpe retumbó por la habitación—. ¡He dicho que despiertes! —Jade asomó su cabeza para contemplar la escena, si algo le enternecía el corazón era la amorosa manera en que su futura madre despertaba a su progenitor.

—Hoy es mi día libre, no me quiero levantar temprano. —Que el japonés empezase a tirar de las sábanas lo hizo reír, él se frotó los párpados, un bostezo perezoso retumbó bajo los reclamos de la pareja.

—¡Ash! —Anoche lo habían descubierto espiando detrás de la puerta para presenciar los aplausos, por eso lo habían invitado a su cuarto, poder dormir entre ellos dos lo hacía profesarse seguro, era casi como un nido construido a base de ternura—. ¡Aslan! —Otro golpe hizo eco por el lugar.

—No quiero. —Aprovechando un descuido, su padre metió al japonés entre las sábanas, él se restregó contra su pecho antes de volverse a recostar.

—Hoy es la reunión de padres de Jade, ya vamos tarde. —La lucha de Eiji pereció vergonzosamente ante el peso de la realidad—. Vamos a dejar una pésima primera impresión sino nos apuramos.

—Deberías ser una esposa más cariñosa para despertarme. —La escena le recordó a un lince feroz aplastando a un conejito.

—¿Qué quiere el americano delicado para levantarse?

—¡Besitos! —Aquellos profundos ojos cafés rebosaron cariño cuando se posaron sobre Jade, él se inclinó para presionar sus labios contra esa dorada matita.

—¿Mejor? —El más joven apretó sus párpados antes de asentir energéticamente, el rubor se le había expandido desde la nariz hacia las pecas, le encantaba ser consentido.

—A él lo despiertas con mimos. —Las palmas del rubio se deslizaron por la espalda del moreno, cada fibra se le erizó ante el terciopelo de los toques—. ¿Tienes favoritismos, onii-chan?

—¡Sí los tiene! —El infante exigió afecto al tirarse encima de su padre—. ¿Preparaste natto para el desayuno, Eiji? —El aludido apenas podía respirar, sus huesos crujieron al tener a esos dos arriba, la cama se había hundido como si fuese un abismo, lo matarían si lo seguían aplastando.

—Claro que sí. —Ash chasqueó la lengua, ofendido.

—Eres cruel con tu adorable esposo. —Él rodó los ojos, sus dedos se deslizaron sobre aquellas sedosas hebras doradas antes de suspirar, si lo seguía tocando de esta manera él no sería capaz de disimular lo mucho que le gustaba.

—¿Por fin van a aplaudir? —Una sonrisa coqueta le arrebató el aliento, era injusto que él fuese tan guapo.

—¿Qué dices? ¿Deberíamos darle el gusto a nuestro preciado hijo? —De las orejas le podría haber salido humo por lo apenado que se profesaba, la garganta se le cerró, las piernas le tiritaron.

Manual para un papá soltero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora