Capitulo VIII ✔

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—No quieras jugar conmigo Ariana—siseo con enfando- no me conoces en apsoluto, pero, ¿qué creés? Yo tengo meses observando tus movimientos... pero eso tu ya lo sabías ¿no?—pregunto con soberbia mientras sonreía en arrogancia.—¿Como es que estuviste el lunes en el callejón?—esta ves lo pregunto con cero gracia, es obvio que el ya sabe que era yo la de aquella noche, aquí el único problema es que yo no sé y ni tengo idea de todos de los disparates que me están pasando. Sus ojos seguían estrujando mi rostro poniéndome más nerviosa de lo que ya lo estaba y eso no ayudaba en nada ante la situación.
Muy bien tengo dos opciones, puedo seguir negando lo ocurrido, rogando a Dios en que Eithan me creea al ver que no cambio mi versión o aceptar que todo lo que esta pasando es obra Satanás, o que, simplemente, ya perdí la cabeza.

—Mira te seré honesta, desde que apareciste me han estando sucediendo cosas extrañas, ¿vale?, no tengo una respuesta del porqué pasa, o algo relacionado, simplemente puedo decir que que cada día que pasa estoy más aterrada que el anterior y no se como controlar o parar en definitiva todo este maldito acertijo.—Le solté todo sin más cual demente encerrada en un manicomio, tal ves pensará que estoy loca o ¡yo que sé!, pero ya estoy arta de todo esto y me aterra excavar a fondo por lo que pueda encontrar. Jamás creí que realmente existiera algo más aya de lo humanamente posible, a lo que me refiero con esto, es que nunca creí que existiera algo sobrenatural, por así decirlo. Lo cierto es que ahora ya no estoy tan segura de mi afirmación.

La mirada de Eithan era indescifrable, me desespera esta faceta suya, sin embargo su vista sigue perdida en mi persona, como si estuviese buscando alguna respuesta, lo cual es lógico, todo lo que le dije suena de locos. No me gusta que nadie me mire fijamente y en especial él, siento que Eithan solo con mirarme logra cabar en lo más profundo de mi ser y sacar a flote todos mis miedos, mis secretos, mi pasado.

—Di algo si, lo que sea. Solo, no te quedes callado que me frustras.—hable nuevamente pero en un vos baja, pasé mi vista hacía mi cómoda y me acerqué a ella importandome muy poco el hecho de que Eithan se encuentre en mi habitación.

Tome algo de ropa decente, unos vaqueros rotos de cintura alta y una camiseta negra con el logotipo de Instagram, (esta ves no olvide el sostén) solo para aclarar y me adentre al pequeño baño. Una ves dentro cerré la puerta pero en segundos reaccioné. ¡Eithan está en mi habitación! y para variar se de buenas fuentes que los hombres suelen ser muy fisgones. Abri un poco la puerta de modo que solo saliera mi cabeza, Eithan seguía estupefacto en su lugar pero cuando escucho que abrí la puerta puso su vista en mi.

Una sonrisa ladeada se dibujó en sus labios y ¿cómo no?, soltó uno de sus comentarios sarcásticos.

—Dejame adivinar...! ¿Quieres que entre contigo no?, descuida, estoy acostumbrado a ese tipo de antenciones. Lo sierto es que, no me interesa follarte Ariana. No te ofendas pero no eres mi tipo. —Dicho esto, ignoro mi reacción y se fue a sentar a mi cama.
Pero, ¿¡Será imbesil!? ¡Quien mierda se cree este tío!, decir que estoy ofendida es poco. No eres mi tipo esas malditas palabras se quedaron rondando en mi mente con la indignación y la vergüenza presente. Yo lo único que hiba a decirle es que no tocara nada de mis cosas, jamás pensé invitarlo al baño conmigo.
En este preciso momento estaba deceandole la peor de las torturas, esque, ¿¡Sera idiota!?, Como se le ocurre decirme semejante cosa. Cerré la puerta fuertemente ignorando el pinchazo de dolor que se formaba en la boca de mi estómago, me senti ¿mal?, no lo se, pero la experiencia no me gusta nada.

Me vestí rápidamente y me observé unos momentos en el espejo, no es la primera ves que alguien me dice que no soy de su agrado, algunos chicos del colegio lo dicen en ocaciones pero de mi madre aprendí a que cuando eso pase me vea en un espejo y observe todas mis cualidades y mis defectos. Me enseñó a amarme tal como soy, pues en esta vida nadie es perfecto ni en el físico ni mentalmente. Todos somos imperfectamente perfectos a nuestra manera. Sonreí para mi misma pero cuando tenía pensado salir Eithan solto un grito de dolor, fue fuerte y agudo que proboco diera un brinco en mi lugar.

—¡MIERDA!

Salí del baño a toda prisa y lo encontré tendido en el lienzo de la habitación retorciéndose de dolor como si algo estuviera lastimandolo, sus gritos eran tan desgarradoras que me asusté a nivel de no saber que hacer.

—MIERDA ARIANA, ¡¡HAS QUE PARE YA!!—grito nueva mente y yo me quede en signos de interrogación, ¿acaso esta diciéndome que haga que pare lo que sea que le esté lastimando? sin saber muy bien que hacer me acerque lentamente a él, tenía sus ojos cerrados y estaba apretando tan fuerte su labio inferior que una pequeña línea de sangre resbalan por la comisura de su boca. Esta apretando fuertemente su brazo derecho mientras pequeños gritos salen salen de sus labios. Cuando llegue frente a él me puse en cunclillas y tomé su cara entre las palmas de mis manos obligándole a mirarme. No tengo idea de lo que hago pero si le duele el brazo talvez pueda ayudarlo poniéndole alguna pomada o algo así, pero primero necesito que deje de gritar como si estuviesen arrebatandole la vida.

—Eithan,¡ mírame!, —Abrio sus ojos depositandolos en mi rostro, están rojos eh hinchados.—Necesito que te calmes, respira lentamente, relájate.—Pasaron un par de segundos y al parecer lo que le sugerí funciono por que empezó a respirar con normalidad, poco a poco sus gritos disminuyeron convirtiéndose en apenas audibles quejidos. Una ves más calmado le ayude a incorporarse para sentarlo en la cama, lo que no me esperaba es que al momento de tomar su antebrazo se sintiera algo espeso y tibio. Trage fuertemente denegando la nueva necesidad de soltarlo. Es sangre, El olor metálico no tardo en hacerse presente inundando mis fosas nasales de el tan peculiar a hierro, volte mi vista a donde hace apenas unos segundos estaba Eithan tendido y estaba en lo cierto, ahí en el mismo lugar había un pequeño charco color Carminsin, mi garganta se secó y el miedo surgió en mi sistema con una pregunta ¿Que mierdas pasó?

Deposite al chico en la cama y esté recargo su cuerpo en la cabecera de la misma. Su mirada estaba perdida, estaba observando un punto fijo en la pared, sus antiguos gemidos de dolor ya habían sesado y eso logró aliviarme, un poco al menos.

Espere y espere durante varios minutos pero el parecería no querer hablar, haci que tome la iniciativa. Ni siquiera me había movido de mi lugar seguía parada aún lado de la cama observandole esperándo alguna explicación. Además el aroma a sangre comenzaba a mararme y con el solo hecho de pensar que yo tenía que limpiar me daban arcadas, no soy una persona fanática de la sangre. Es más, no comprendo como es que a algunas personas les agrada o al menos saben como manejar una situación que implique sangre. Los doctores por ejemplo.... y para ser honesta no comprendo por qué no eh salido corriendo de aquí.

"¿Sera por que es tu habitación Ariita?"

"Touch Consiencia mía, touch"

—Eithan, ¿qué acaba de pasar?—pregunte por fin, dejando atrás mis pensamientos y enfocandome solo en lo que hace unos segundos precencie.

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The Secret Of The Forest Donde viven las historias. Descúbrelo ahora