Capitulo 18

5.6K 608 44
                                    

ᴰᴵˢᶜᵁᴸᴾᴱᴺ ᴸᴼˢ ᴱᴿᴿᴼᴿᴱˢ

Gulf

Estaba listo para esto. Estaba listo para saber quién era el otro padre biológico de mi hijo. Estaba listo para averiguar por qué me abandonó por todos estos años. Estaba listo para la conclusión, listo para avanzar, y estaba listo para patearle el trasero. 

Yihwa estaba esperando afuera de mi casa cuando aparcamos. —Instalé una sala de interrogación en el sótano de Singto porque era más oscuro. Habría usado el tuyo, pero no había un cuarto. ¿Una alberca de pelotas? ¿En serio, Gulf? 

—Te dejaré jugar ahí más tarde—prometí. 

—Oh, lo sé—sonrió. —La siguiente cena familiar es en tu casa.—Avanzó hacia la casa de Singto. —¿Listo para conocer al papi de tu bebé? 

Por supuesto que lo estaba. —No.—De acuerdo, tal vez no lo estaba. Mew tomó mi mano y le dio un ligero apretón. 

—Al menos no es mal parecido—dijo Yihwa en un intento por hacerme sentir mejor. Me hizo sonreír, pero tuvo el efecto opuesto en Mew. —Por supuesto, no es ni de cerca tan atractivo como Mew. —añadió para divertirlo. 

La anticipación me estaba matando. La seguimos hasta el interior de la casa y bajamos al sótano. El cuarto estaba casi completamente a oscuras con nada más una lámpara sosteniéndose sobre la mesa. Estaban llevando esto del rollo del interrogatorio a los extremos. Vi alrededor de Singto, al culpable amordazado y atado a una silla. Viéndome de vuelta estaba un rostro que no había visto en estos siete años. 

Krist estaba parado detrás de él, golpeando la macana de Singto contra su mano. —Atrapamos a este chico malo rastreando alrededor del exterior de tu casa. No fue tan rudo cuando arrastré y pateé su trasero.—Pulió sus dedos en su playera. —Solamente otra cosa que aprendí en rehabilitación. 

—Khom.—gruñí. —¿Qué diablos? Fui bueno con tu horripilante trasero. ¿Cómo pudiste hacerme eso a mí? 

Yihwa jaló la mordaza fuera de su boca. —Él te hizo una pregunta.

Me lanzó una mirada. —¿Qué?—siseó. —No es como si te hubiera lastimado o algo. Te merecías lo peor.—Vi rojo. Quería golpearlo demasiado, pero sabía que sólo me iba a lastimar mi maldita mano. 

Sintiendo mi dilema, Mew gentilmente me movió hacia un lado. —Permíteme.—Juro que escuché un hueso romperse cuando lo golpeó. 

—Aquí, Mariquita.—dijo Krist, ofreciéndome la macana. —Dale con el palo. 

—¿Crees que dejarlo embarazado no es lastimarlo?—gritó Mew, listo para golpearlo otra vez. 

—¿De qué diablos estás hablando?—Khom contestó enojado. —No lo dejé embarazado. 

¿Qué? Jalé a Mew para atrás.

—Pero, la máscara... 

—Solía estar obsesionado contigo. La tomé la noche en que la dejaste caer en ese jodido baile aburridísimo. Estabas demasiado ocupado para darte cuenta—se burló. 

Gulf Kanawut: Secuestrador | ᴹᴱᵂᴳᵁᴸᶠ|#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora