El Deseo de un Mago

Capítulo 4

Antes de que mi vida anterior se redujera a cenizas, estoy seguro de que tenía una familia. Estoy seguro de que tenía amigos. No, sabía que tenía ambos, pero no importa cuánto lo intenté, no podía recordarlos. Ni el rostro de mi madre, ni si yo era un niño feliz o no, ni si era un niño popular o respetuoso. Todo es una bruma. Pero lo que sí recuerdo es que me quitaron todo eso.

Hay rascacielos que se elevan hacia el cielo oscuro sobre mí. En mi memoria, alcanzan las negras gotas de humo, dando la impresión de que vuelan y perforan el cielo, continuando por siempre. Entonces, ver los cuerpos en llamas salir disparados del humo que los rodeaba y estrellarse contra las calles en llamas, en un intento de escapar de los edificios en llamas, hizo que su intento de escapar pareciera aún más horrible e inútil. Aparte de esos edificios colosales en pie, todo lo demás se derrumbó y quedó en ruinas. Las únicas cosas que existían en esa ciudad eran las llamas, los pocos edificios cuyas estructuras permanecían en pie, el agujero gigante en el cielo que derramaba el agua negra y las llamas carmesí... y yo.

Sin embargo, lo único que me consuela de este horrible evento es que supe lo que sucedió a continuación. Sí, después de que me derrumbe en la ciudad en llamas, lista para morir, una hermosa mujer me encuentra y me salva la vida. Abro los ojos y la veo... " Salvar una vida significa no salvar otra " Esas palabras familiares que murmuró cuando me abrazó... resuenan dentro de mí.

Sí, ese es el final feliz habitual de este sueño, pero esta vez algo es diferente. Este no es el final reconfortante de la horrible pesadilla que siempre veo. No, si ese fuera el caso, la lluvia caería sobre nosotros, la ciudad no estaría todavía en llamas y ella, Irisviel, estaría llorando con una cálida sonrisa. Pero no. Las llamas arden brillantes, más brillantes que nunca, lo único que cae del cielo es oscuridad y más caos, y la mujer que me sostiene me mira con una mirada de odio mientras grita. Aunque sí llora; lágrimas de sangre, eso es.

La horrible imagen comienza a reducirse y lo único que puedo distinguir es a la iracunda Irisviel que ahora me aprieta en sus extremidades inhumanamente fuertes mientras nos rodea un halo de fuego.

" Muere ". La primera vez que lo dice, no lo proceso; porque la voz con la que habló Irisviel no era la suya, sino una voz profunda y miserable.

" ¡ Muere !" La segunda vez, tuve que aceptar el hecho de que era ella quien deseaba mi muerte. Su rostro se contorsiona de una manera que ningún ser humano debería, ya que su mandíbula parece desquiciarse y su boca se abre mucho más de lo posible.

" ¡MUUEEERRREEEEE! " Me alcanza con las manos y las aprieta alrededor de mi garganta mientras las llamas envuelven y envuelven nuestros cuerpos. Su rostro, su figura, su ser; se derriten encima de mí mientras ella suelta un grito infernal y yo regreso gritando con igual esfuerzo, fuera del terror.

Mis ojos se abren de golpe y me levanto de un salto desde donde estoy acostado en el piso duro, sintiendo mi corazón latiendo contra el interior de mi pecho. Mi voz se apaga cuando veo que me he despertado y me doy cuenta de que estaba gritando cuando lo hice. A pesar de que hace un poco de frío en el cobertizo, puedo sentir mi cuerpo resbaladizo por el sudor como si las llamas del sueño realmente me estuvieran afectando. Miro mi mano derecha y veo la hoja de papel de lija apretada con fuerza entre mis dedos. Lo dejo ir y lo veo revolotear hacia el suelo, dejando al descubierto la piel de la palma de mi mano derecha con un tono rojo furioso, lo que indica lo irritada que está. Debo haberlo sujetado con mucha fuerza mientras dormía. Está irritado, pero no sangra ...

Me levanto y hago todo lo posible por olvidar la horrible pesadilla mientras camino hacia el estante de herramientas junto a la puerta del cobertizo. De todas las veces que lo he tenido, nunca había sido tan oscuro y espantoso ... Miro hacia atrás a las piezas de madera y herramientas al azar en la parte superior del tapete y suspiro de decepción. "Supongo que anoche fue una noche de decepciones y fracasos ..."