Capítulo 8: Sonreía

108 5 2
                                    

Hoy sería un nuevo día para poner en práctica lo que me había propuesto, por ello llamé a Ashton para que me haga un favor; para algo están los mejores amigos.

-Hola podrías pasar por mi, es hora de ir a casa te lo agradecería mucho- si, era muy directa al momento de pedir ayuda.

-Hola Annie, claro que si. Justamente íbamos para allá queriendo repetir lo de la noche anterior- rió con ternura

-Está bien, tal vez podríamos hacerlo. Adiós Ash

-Adiós- dijo e interrumpió la llamada.

Era buena idea pasar un día entero en la piscina, divertirnos cantando y tomando fotos, era una gran ayuda para comenzar el proceso de olvidar.

Volver a ser la chica sonrisas pero no falsamente, como cuando eramos niños y vivíamos sin preocupaciones, podíamos estar completamente solos y tristes; y luego pensábamos nada más en una tarta de queso con chispas de colores y chocolate derretido; un videojuego, un muñeco, las risas hasta que llegamos a la pre-adolescencia y luego la vida pasa como si se tratará de flash y ya somos adultos.

No diré que en nuestra infancia no hubo veces en las que la tristeza no se ampliaba por unas horas mas pero realmente era tan sencillo distraernos y olvidar porque la esperanza estaba irrompible en algún rincón de nuestras almas pero crecer te cambia, aunque no lo desees, aunque hayas cambiado solo un poco. Cambias, esa es la razón por la que eres mas fuerte y reacio a tanto.

Ashton llegó al fin con un hematoma en la mejilla izquierda y agradecí que haya interrumpido a mi mente que nunca se callaba; se había dado contra una de las ventanas del auto del novio de Jazmyn, el vidrio trasero estaba roto a causa de embestir contra una columna.

Y ya pues que era tan fácil de poner los pelos de puntas, claro que estaba totalmente histérica, nerviosa, llorando por lo que hubiera sucedido con ellos. Obviamente tendría que calmarme, estar tranquila porque ellos estaban vivos y a mi lado.

Mis dilemas internos repletos de la negatividad que la vida me había obsequiado a lo largo de los años lograron que el proyecto de mejorar se quedará entre los recientes cristales rotos y en aquel italiano.

Extrañaba tanto a Lucas, demasiado, pero ni eso impediría que de una vez por todas mi dignidad se mantuviera. Con lo que hizo había arruinado todo, podría perdonar cualquier error pero nunca una infidelidad, y peor que lo haya hecho con ella y no haya sido un beso y nada más.

Era lo más doloroso que había pasado en mi vida luego de la muerte de mi primera mascota, había leído en muchos libros y revistas de tontas ideas que presuntamente están comprobadas que la primera ruptura es la que mas daña y te marca la vida y tenía bastante razón. A pesar de que en realidad no habíamos dicho un "adiós esto termina aquí" y conociendo su orgullo que era mucho mas fuerte que el mío con la pelea ya estábamos increíblemente separados como si hubiéramos roto de la peor manera.

-Annie baja a tierra, olvida el país multicolor con Lucas y los corazones.

Ahora la consecuencia de no haberles dicho lo que estaba pasando, tendría que explicarles todo en un segundo pero no estaba de humor para eso, la situación empeoraba cada día mas y no, no y no, esta mañana al prender el iPhone luego de un día y medio no había ninguna señal de vida de él, ni por telepatía o señal de humo se había comunicado.

-Ya no estoy con él. Perdón por no contarles.

-Annie explícamelo todo ahora mismo.

Mi amiga era tan insistente y me conocía tanto como una hermana o fácilmente como una madre.

-No, he dejado unos cupcakes en el horno pero de todos modos se acabó y no hay vuelta atrás, olvídalo.

-No te escaparás tan fácil Anelisse Evans Wolff - insistía

Una chica solitaria menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora