Capítulo 6: Estamos bien

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Estaba sentada en una banca frente a un comercial muy conocido y entonces envie un texto a Elián para que viniera a buscarme. Aún tenía puesta la remera enorme del Real Madrid que me había prestado Lucas, unos pantalones largos de pijama, unas chanclas, mi vestido y zapatos de anoche en las manos.

Me veía totalmente mal físicamente como lo estaba en mi interior, Elián estaba tardando ya como media hora
y a cada segundo que pasaba mis ojeras estaban mas marcadas y mi cabello mas alborotado.

Lo llamé y Aleisha murmuró un Hola con una voz bastante ronca, pregunté por Elián y me dijo que seguía dormido entonces tome mis cosas y busqué un taxi.

Le di la dirección de la casa quinta, no estaba de ánimos para ir a casa ahora mismo. Pronto estuvimos allí y bajé apresuradamente no antes de pagar. Me atendió un nuevo empleado, me tendió las llaves de todas las habitaciones y en instantes fui a buscar un bikini y protector solar.

Este lugar era uno de los bienes mas preciados de mi familia a parte de los autos. Mi padre y madre eran propietarios de una cadena de supermercados no muy famosa pero daba sus frutos; oh no hablando de familia, mi celular tenía mas de 20 llamadas perdidas de mamá y otras 40 de papá, 2 de ahora que eran de Elián.

Olvidé avisar a mamá que dormiría en lo de Lucas, es que era la primera vez que me quedaba después de una fiesta y bueno para que, primeramente escribí un texto a mamá:

Hola, lo siento por dormir fuera de casa y no habertelo dicho. No te preocupes por mi estoy en la propiedad familiar. Adiós.

Estaba ya bastante fatigada para tener que responder preguntas obvias.

Nuevamente marqué el número de Elián y le deje un correo de voz diciendo que estaba bien y en dónde me encontraba.

A papá no le diría nada porque de todas formas me regañaria sin parar ya sea por mensajes de texto o como sea.

Lo raro era que mi ex novio no estuviera ya dejandome mil notificaciones en el móvil.

Ok eso era mucho mejor, no lograría ignorarlo de lo contrario, amaba tanto a ese chico con acento dulce.

Me coloqué el bloqueador por todo el cuerpo y me quedé media hora escribiendo en un pequeño bloc de notas que encontre como por arte de magia en aquella reposera.

Con desgano me metí en la piscina y nadé hasta cansarme. Era una linda mañana de sabádo, estabamos en plena primavera pero las flores y los colores del día no lograban alegrarme del todo y para distraerme un poco más fui a la cocina.

Milagrosamente en la heladera estaban todos los ingredientes que necesitaba para preparar una lasagna deliciosa, sin embargo eso era dudoso dado lo mal que me iba en la cocina además de los deportes, y ni hablar de la carencia de paciencia que me caracterizaba.

Comencé a picar tomates, locotes y cebollas; que por cierto no me hacían lagrimear; y también las odiaba pero era necesario agregarlas a este plato.

Apagué mi teléfono y seguí cocinando, metí la tarta al horno y preparé zumo de uva.

Ya se sentía el aroma a mi creación, era bastante comida para mi sola asi que llame a mis amigos y también encontré licores y variadas bebidas.

Jazzy, Fred y Ashton llegaron rápidamente y mi mejor amiga adicta a los selfies empezó a sacar millones de fotos, yo con mi sonrisa de niña; el cuerpo mojado y con la bikini, Ashton y su bigotito y Jazzy con su bikini y pareo rosa abrazada de Fred.

Nos sentamos a comer y a reírnos, no les conté nada de lo que paso, las cosas pueden estar bien aunque realmente no lo estén.

Terminamos y dejamos todo en el lavabo para ir a hacer clavados en la piscina.

Al final estoy bien...

Una chica solitaria menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora