trocitos de mi ser

Platónico

Ella es diferente, me repito, el nombre de ella se siente distinto en mi corazón que los anteriores amores, probablemente sea porque ella es la razón que no concilio el sueño rápido en las noches, y me cuesta evitar levantar las comisuras de mis labios frente a sus mensajes. Probablemente sea platónico, que sea inalcanzable me hace querer estar con ella, sostener su mano, mirarla fijamente a los ojos y decirle que todo estará bien, que nos quedan mil kilómetros por recorrer juntas.

Probablemente es el que sea difícil tener una relación estable con una persona inestable como yo, que hoy quiero algo y mañana no, pero a ella la quiero para todo el mes, para los días de semana y los sábados y domingos, para la primavera y para el invierno, para cuando esté en sus mejores días y se ame a sí misma y cuando no lo haga y sienta que no hay un futuro, quiero estar ahí para recordárselo. Que nunca dude de nuestro amor, pero es imposible...

Porque es platónico.

Probablemente sea una ilusión que mi pobre y solitario corazón se inventa sentimientos por sí solo, una fantasía que no hace más que crecer frente a la innegable realidad de que no va a suceder.

Porque ella es diferente, es misteriosa, no la logro descifrar y eso aumenta mi curiosidad, hacia lo que la hace llorar en las noches, y la atormenta a lo largo del día, de sus miedos, de cómo sigue adelante a pesar de tener el corazón roto. Oh, cuanto apreciaría que rompiera mi corazón, solo para decir que me amó, o por lo menos fingió hacerlo, tanto como yo lo hago, que imagina tantas cosas que podríamos ser pero no somos, como yo lo hago, que arriesgaría lo que sea por intentarlo lo nuestro, como yo lo haría. Pero no es así, o por lo menos no lo logro ver.

Quizás la amo, pero sé que es mentira, de amarla seria platónicamente.