trocitos de mi ser

inocente

Eres el beso más inocente que he dado. Recuerdo el momento como si hubiera pasado hace minutos.
Estabas tú, estaba yo y los nervios como si fuéramos el primer amor de la otra, que se podían sentir tan fuerte llegando al punto de ser tangibles.
Recuerdo tu sonrisa tímida, recuerdo tu risa que apenas pude escuchar, recuerdo tu mirada esperando que yo tuviera la iniciativa. Y la tuve.
Mi mano tocó tu cuello, no de una manera sexual, sino para acercar tu rostro hacia mi, quería tenerte lo más cerca posible, que sintieras cuanto me atraías, cuanto estaba dispuesta a dejar, cuanto amaba ese momento. Recuerdo que en mi cabeza todo lo que podía pasar era que estaba sucediendo, te estaba besando, nuestros labios se tocaban, se exploraban, con timidez, como si fuéramos niñas de primaria.
Al terminar, estaba llena de ganas, no de otro beso, aunque eso es discutible, sino de bajarte todo lo que me pidieras de cielo. Estaba segura de lo nuestro y que me daba igual si duraba menos de lo que sentía que debía, pero era lo correcto. Tú acariciando mi cabello mientras yo me perdía en tu cara. Tú recostada en mi hombro mientras yo hablaba bobadas. Tú sentada en mi cama abrazando mi peluche diciendo cuanto me adorabas. Yo te sigo adorando, nunca lo dejaré de hacer.

Fue más corto de lo que hubiera querido, fue nuestro primer y último beso. Fuiste mi amor más inocente, más indefenso. Te guardo en una cajita de cristal entre mis recuerdos. En el tuyo no entra ni sale nadie, solo yo cada vez que te pienso