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Siempre había escrito de mis tormentos, hasta que llegaste tú, y ahora me encuentro fantaseando con experiencias que me gustaría vivir contigo, y solo contigo, las palabras se escriben por sí mismas con las puntas de mis dedos, como si el teclado fuera tu cuerpo, y mi deseo de tocarlo y explorarlo se revelará con oraciones. Oraciones mezcladas, donde el encontrarle el principio o el final llega a ser imposible, y lo único que logro transmitir es el sentimiento de cómo se siente el tenerte aquí, y el que sea tu decisión el quedarte.

De cómo se siente tu mirada sobre cada cosa que hago, o como puedo quedarme soñando con tu sonrisa mientras hago todo menos dormir, o incluso de lo confortable que se siente el ser el verdadero yo alrededor de ti.

Sé que en algún punto escribiré de tormentos de nuevo, probablemente de los que consiga en ti, o de los que causes en mí, o de los que creemos juntas; pero inevitablemente quiero disfrutar de este momento, de paz, de serenidad que me traes. Me considero enamorada permanentemente del amor, y lo diré cuantas veces sea necesario, porque a veces ese infante lastimado que vive en mí duda, este momento y el tenerte en mis pensamientos resuelve esa incertidumbre.

Mi parte favorita de cada historia, sea de amor, o aventura, es el inicio. Se siente como los personajes con sus inocentes cerebros y sus ingenuas expectativas creen que todo será sencillo, o que lo predecirán y sabrán que hacer, puedo escuchar mi propia risa frente a mi yo de mi primera historia. Y aunque ahora crea que ya no soy ingenua, o inocente o mi absurda creencia de que no habrá ningún inconveniente, que será color de rosa, y que terminaremos cabalgando a través de un bosque mágico hacia un atardecer no se encuentre tan presente, o en eso me engaño, no sueño de más. No me permito soñar más allá porque sé que terminará, sin embargo quiero disfrutarlo al máximo y hacer como que eso no ocurrirá. Mi lado pesimista está en una constante lucha con mi lado cursi, romántico sin salvación. Es una guerra en mi interior, y pareces ser la única que calma a los soldados, es como si llegaras con una brisa llena de paz, que a la vez crea un caos en mí.

Todos mis sentidos entran en estado de alarma. Y sé que hacer en cualquier situación, menos cuando estoy cerca de ti.

Si esto tiene un final, no quiero que llegue. Quiero que desde la primera oración hasta la última encontrarnos rodeadas de esta emoción inexplicable.

Gracias por inspirarme a escribir de algo más a parte de demonios, llanto y encierros. Por darme la oportunidad de hablar de un desastre que se siente increíble, mejor que algunos ordenes. Gracias por ponerme de cabeza cuando pensé que no lo necesitaba.

trocitos de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora