27: Un carta, un perdón.

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Toma aire.

El pecado más grande del alma es lastimar al inocente,
Nadie debería sentir a su corazón de esta manera ausente.

Sus ojos conectan con los suyos, hablando desde adentro de su persona. JiMin no pretende apartar su mirada de la profunda como el océano que aquel hombre posee.

Su pulgar limpia una pequeña gota de diamante en su mejilla con sutileza.

Los sueños en lo que creíamos se hacen cenizas en minutos,
Nuestras esperanzas se han hecho quebradizas en segundos.

Su mandíbula tiembla, quiere decir algo y no puede. No cuando Jungkook toma su rostro con tanto cariño.

Se siente tan perdido, como si un mar de aguas tranquilas rodeara sus cuerpos.

¿Acaso el dolor se marchará de sus vidas?

Me consumo en las llamas de tus ojos helados,
Me he convertido por ti en un despojo de emociones rotas.

Hipnotizado por sus palabras cierra los ojos y apoya su rostro en su mano buscando más caricias. Frunce el ceño.

―Jungkook...

Está bien así, está bien tal cual
El dolor me lo merezco, igual su veneno ajeno es letal.

Forma puños con sus manos en la camisa del menor, arruinando la tela tan fina.

¿Es posible que algo se sienta tan lejano pero íntimo al mismo tiempo?

Aunque extrañe todo tu ser,
Todo está destrozado y tengo al responsable en mi reflejo.

Niega con la cabeza. No quiere rendirse ante sus palabras, no quiere volver a los brazos suyos sin antes sanar... Pero es tan difícil.

El amor es difícil.

Pero si me necesitas ahí estaré
Si quieres que vaya hasta el fin del mundo, correré
Y si no me quieres cerca, lo soportaré

Jungkook lo obliga a verlo alzando su rostro, y una pequeña sonrisa surca sus labios.

Tiene una expresión abatida en el rostro. La nariz rojiza como sus mejillas, las pestañas húmedas por las lágrimas y una sonrisa agotada en sus labios rosáceos.

Pero jamás te dejaré, porque mi corazón te ha elegido entre el alboroto de estos días

Su voz se quiebra y algo dentro de JiMin se remueve.

No quiere a nadie más y yo tampoco.

Lo tiene tan cerca que sus narices se rozan con delicadeza, sus ojos parecen cerrarse para disfrutar mejor el contacto íntimo.

Jungkook no puede soportarlo más y acorta el mínimo espacio entre sus labios para tratar de besarlo.

Porque realmente necesita saber que no todo está perdido...

Vuelve a la realidad.

―No.

JiMin da un paso atrás alejándose del menor y se consuela a si mismo abrazando su cuerpo. Baja la mirada evitando la oceánica.

―JiMin...

―El poema es hermoso, pero no. Solo no.―Niega suavemente, su voz es cansada.

¿Pero quizás sus miedos son reales?

―Nunca seré capaz de expresar por completo cuánto lo siento.

JiMin niega cortando las palabras que Jungkook tenía planeado decir. Se mueve momentos después entre en silencio y tensión de la habitación. Recoge una flor rota en el suelo, y la observa entre sus manos.

―Mira a esta flor Jungkook. Es una de las flores del jardín.―Da un paso hacia él y estira la flor frente suyo.―Puede que tus disculpas sean sinceras, pero no confío más en ti. Como esta flor nuestro amor está roto, hecho pedazos.―Suelta la flor y esta cae en los zapatos del menor, quien tiene una mirada intranquila en el rostro.―Y necesita sanar.

Jungkook forma puños con sus manos y baja la cabeza, rendido. Asiente sin dejar de ver el suelo. Se siente pequeño bajo la mirada del mayor, porque el amor que allí había ya no lo ve más, no como antes. Hay tristeza, hay rencor, hay un pasado del que nadie podría escapar tan fácil.

Jungkook lo sabe, y lo entiende.

―Tienes razón, después de todo yo debo ganarme tu perdón.―Alza la mirada y sonríe de manera lastimosa.―Esperaré porque algún día me perdones, no me voy a rendir. Seré un hombre, aprenderé de esto, seré mejor por tí.

―No, Jungkook.―Se acerca, toma una de sus manos y la coloca en su pecho. Lo mira.―Debes ser mejor por ti mismo.

Jungkook asiente. El de ojos rojos se aleja.

Sus miradas ya no están en una guerra, las aguas se han calmado y el fuego ha disminuido; ahora el tiempo es quién tendrá la última palabra.

El tiempo en el que sanen será la decisión final.

―Vamos con nuestros padres.―Dice JiMin extendiendo una mano hacia él.―Pero ni una palabra de esto a ellos, ¿está bien?

Jungkook toma su mano mientras limpia su rostro de los rastros de lágrimas secas.

―Es un secreto, lo entiendo.

―Gracias.




































































Sí, JiMin no ha perdonado a Jungkook y no lo hará tan fácilmente. ¿Creían que él sería tan tonto? Nop.

Jungkook ha dejado en claro sus sentimientos, y no se va a rendir por su amor.

Cortito porque el siguiente capítulo será largo y más les vale no lincharme, ¿sí?

Los adoro, see you later ❤️

Corazón Traicionado | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora