41: Escapar de mí.

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El tiempo vuela y en una semana ambos estarán en el altar real para por fin ser esposos.

Eso tiene muy felices y emocionados a los prometidos amantes jóvenes.

―¿Qué color usarás, Jungkookie?

―Hm... blanco, supongo.

JiMin alza las cejas.―¿Un traje blanco para la boda? Uhm... Quizás un celeste te representaría más.

Jungkook lo piensa.―Puede ser... ¿Lo dices por mis ojos?―Le sonríe de lado al hombre echado sobre él.

JiMin asiente y ríe suavemente.―Tus ojos celestes casualmente tienen el color de la bandera de tu reino. Los amo, definitivamente el celeste es tu color. Tranquilo, tímido... lindo.

Jungkook se ruboriza un poco y con su mano acaricia la cicatriz que cruza el rostro de su prometido.

Lo mira con amor en sus pupilas.

―Y el rojo tu color. Eres apasionado, eres fuerte, valiente... también tus ojos representan el color de tu bandera, ¿Curioso, no?

―Mucho, sí.―Pega su oreja a su pecho y suspira, sintiendo los latidos de su corazón.―Por cierto...

―¿Sí?

Descansa su mentón en su pecho para poder verlo.―¿Cuando se irán los Kim?

―Hoy, de hecho, creo que será dentro de poco. No puedo dejar de escuchar a los sirvientes ir de un lado al otro para organizar la despedida de los Kim... nuestros aliados.―Dice lo último con mala cara.

JiMin frunce el ceño suavemente, casi nada, su mirada se pierde por la habitación del menor.

Ambos no están de acuerdo con el manejo del reino de los Jeon.

Tocan puerta y eso saca a JiMin de sus pensamientos. Jungkook sin querer realmente debe levantarse de la cama para abrir la puerta.

―Principe, su madre y padre los esperan en la entrada para despedir a los Kim.―Dice un guardia con una reverencia.

Jungkook asiente.―Ya vamos, gracias.

El guardia se retira y Jungkook cierra la puerta para acercarse a su prometido. Toma las manos de este quien sigue echado sobre la cama, lo impulsa con cuidado hacia adelante para tenerlo sentado al borde de la cama.

Besa sus manos.―¿Vamos?

JiMin suspira pero termina aceptando.―No queda de otra.

Realmente no quisiera acercarse a los Kim, especialmente a Taehyung, aquel maldito venenoso.

Se levanta y coloca sus zapatos para caminar tomado de la mano de Jungkook hacia la entrada del palacio. Llegan, ahí están los Kim charlando con los Jeon y Hana.

Sonrisas falsas en sus rostros.

―Oh hijo, JiMin, ya están aquí.―La madre de Jeon los recibe atrayendo la mirada de todos los presentes a los príncipes.

JiMin se siente incómodo pero mantiene su espalda recta y mirada neutra. Jubgkook sonríe levemente para saludar.

―Buenos días, rey y reina Kim.―Hace una pequeña reverencia.

JiMin también la hace, pero no dice nada. Mira a Lisa al lado de sus padres y a Taehyung detrás de ellos. Prefiere evitar su mirada pero siente la contraria sobre su cuerpo, hasta Jungkook parece notarlo por lo que aprieta suavemente su mano.

―Es una lástima que nos dejen tan pronto.―Dice la reina Jeon, su esposo a su lado asiente.

―Es nuestro deber volver a nuestro reino y manejar ciertos asuntos.―Responde el rey Kim.

Los reyes hablan entre ellos y de un momento a otro se despiden para subir a sus caballos pero los Jeon deciden acompañarlos hasta la salida. Hana se va por su lado sin siquiera mirarlos, JiMin y Jungkook se dan media vuelta para volver a su habitación pero una grave voz los detiene.

―¿No piensan despedirse?

JiMin aprieta los dientes y aprieta la mano de Jungkook. El príncipe de ojos celestes le da una rápida mirada a su prometido y suspira.

―¿Qué? ¿Piensan ignorarme?―Se escuchan sus pasos detrás suyo.

JiMin gira su rostro dejando a Kim ver su perfil.―No te acerques.―Su voz suena firme.―Vete con tu asquerosa familia.

Taehyung sonríe y suelta una carcajada que coloca nervioso a Jungkook.

―Decir asquerosa a mi familia no me ofende, ya sé que lo son. Los odio profundamente, pero claro... esa es otra historia.―Lame sus labios.―Ahora, antes de irme quiero dejar algo en claro.

Jungkook gira por completo encarando a Taehyung, teniendo detrás suyo a un serio JiMin quien no apartaba su mirada del príncipe Kim.

Sus miradas chocaban entre el fuego vivo y el veneno ardiente.

―Lo que tengas que decir, hazlo.―Espeta Jeon.

La mirada de Taehyung es burlezca y esa sonrisa ladeada en sus finos labios lo acompaña. Pasa se lengua por sus labios antes de hablar.

No podrán escapar de mí.

Sin más se da media vuelta y sale por la entrada al palacio de la dinastía Jeon. JiMin y Jungkook se quedan en sus sitios, no dicen ni hacen nada. Reaccionan cuando escuchan los trotes de los caballos alejarse del palacio.

Se miran entre sí, sin dejar de soltar sus manos.

Preocupados, porque estar rodeados de enemigos es un constante peligro. Cada día, cada noche, un gran estrés para ellos y una amenaza para su felicidad.

―Tranquilo hyung, él no podrá hacer nada, en una semana nos casaremos y todo esto quedará en el pasado.―Besa su mejilla para tratar de calmarlo.

JiMin pasa saliva y baja la mirada.―No quiero que quede en el pasado, quiero enfrentarlo, quiero... quiero hacer algo, no confío en él.―Junta ligeramente las cejas.

Jungkook toma sus mejillas con amor.―Yo tampoco, pero seamos positivos, él estará lejos en su territorio. Nadie nos hará daño aquí.

JiMin asiente y besa rápidamente sus labios. Ambos vuelven a la habitación del menor.

Corazón Traicionado | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora