18: Tu cometiste pecado...

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―Al fin llegas.

El viento sopla contra el rostro de la mujer que tiene el mentón alzado, sus cabellos largos y lacios se mueven con delicadeza. Tiene los brazos cruzados sobre su pecho, y su pierna derecha está descubierta, buscando tentar al hombre a tan solo metros suyo. Su rostro es difícil de descifrar.

¿Molestia? ¿Recelo?

Sus cejas juntas, su lenguaje corporal cerrado y sus ojos grises queriendo intimidarlo.

―¿Estás molesta, Hana?―Avanza unos pasos hacia ella.

No rompe el contacto visual, solo entrecierra los ojos.―Lo estoy, sí.―Pasa sus manos por su pecho.―Y es tu culpa, Jungkook.

Él toma sus muñecas con cuidado y las aleja de su torso.―Por favor, Hana...

―¿Por favor, qué?―Jungkook no responde, solo se aleja unos centímetros y suspira.―¿Ya sabes lo que te diré?

―Claro que lo sé... Te conozco, nos conocemos hace años, puedo presentir cuáles serán tus palabras.―Su mano acaricia su cuello sintiéndose cohibido bajo la dura mirada de ella.

La mujer pasa su mano por sus propios cabellos oscuros y pasa su irritante mirada por todo el cuerpo del hombre, lo pone nervioso.

Esa mirada gris y llena de resentimiento.

Jungkook cuando la conoció, tenía una mirada dulce e inocente. Ojos grises que transmitían la paz de una brisa de aire tranquila por la mañana, una tranquilidad que lo atrajo para ser su amigo. Pero fue tan ingenuo que nunca se percató de la ambición tras esos aparentemente inocentes ojos.

―Deberías dejar esta farsa. No lo amas a él, me amas a mí, ¿Entonces porque actuas como si quisieras alejarme? ¿Acaso me quieres dejar sola? ¿Como hace un año?―De repente el rostro de la chica reflejaba tristeza.

El oji-celeste se siente mal. Un apretón en su estómago llamado culpa y una sensación extraña recorriendo sus venas llamada arrepentimiento, lo hizo recordar lo que hace un año ocurrió.

Él quiso terminar con ella cuando se dio cuenta de que realmente quería esperar a JiMin hasta el último de sus días y besar a Hana se sentía tan incorrecto cuando en las noches soñaba con su amado de ojos rojizos.

Hasta ese momento la muchacha era tan linda con él, lo cuidaba y preguntaba por su día. Cada mañana desayunaban juntos y cada noche se deseaban las buenas noches. Hana logró que Jungkook le tuviera tanto cariño que cuando ella le propuso ser más que amigos, él aceptó sin saber realmente lo que esa conllevaría.

Cuando le dijo a la chica que realmente quería alejarse de ella, que se iría lejos con su tío NamJoon en tierras lejanas del Norte para formarse como soldado con los mejores, ella se tiró de rodillas al suelo para suplicarle que no se vaya de su lado, que no tenía madre, ni padre, ni hermanos, que estaba sola y si se alejaba, ella moriría. Él había tomado una decisión, el llanto se la chica lo hizo dudar pero de igual forma a la malana siguiente partió al campo de su tío, más en medio camino les informaron que Hana había caído enferme y estaba en mal estado.

Tuvo que volver para saber su estado.

Hana le exigió que se quedara a su lado entre lágrimas, porque si se volvía a ir, ella definitivamente moriría. Y Jungkook tuvo que crear una excusa para quedarse en el palacio de su familia.

Jungkook se resignó a caer en sus redes.

No quiere dejarla y que ella caiga enferma y muera. No podría cargar con eso, porque la quiere demasiado, lo cuidó mucho tiempo, y porque se sentiría tan culpable que acabaría con su propia vida.

Un caballero del Norte es valiente y fiel, siempre honesto; él debe aspirar a ser así. Si daña a alguien, no debe tener piedad de sí mismo y quitarse la vida por la deshonra de dañar a un inocente.

―No quiero dejarte sola, no quiero que se repita la misma historia, pero debes saber que en algún momento me casaré aunque la boda sea postegada, eventualmente pasará y déjame decirte que no estoy en contra de ello.

―¿Entonces estás dispuesto a casarte con él?

―Lo estoy, Hana. Soy un hijo del imperio del Norte, no puedo simplemente ignorar mis obligaciones.―Dice firme en su palabra.

¿Y mi corazón...?

―Lo entiendo, mi príncipe.―Una sonrisa falsa surca sus labios.―Pero recuerda que no puedes casarte y tenerme como amante...―Su mano acaricia su pecho y sube por su cuello hasta deslizarse a sj hombro izquierdo.― Así que te propongo algo, y quiero que me escuches bien.―Acaricia la zona.

―¿De qué se trata, Hana?

Jungkook realmente no entiende la situación. Los gestos de la mujer son calmados pero por dentro suyo siente inquietud por lo que pueda salir de su boca.

Ella roma su hombri y lo obliga suavemente a que se incline hacia ella, cuando lo logra acerca su rostro a su oreja y susurra.―Pues que escapemos... ¿Te gustaría escapar conmigo?

¿Qué? ¿Escapar?

―¿De qué hablas? No sería capaz de hacerle eso a mi familia, ni a JiMin.

―Piensalo, no te obligo a nada, Kookie.

Él se aleja una vez más y frunce el ceño.―No me digas así, además ¿Crees que esa es una solución? Hana, por favor...

Sus ojos celestes tratan de suplicarle a la mujer para que desista de aquella idea tan descabellada a su parecer, pero se rinde cuando los labios de ella forman una sonrisa ladeada.

―Solo piénsalo, ¿Está bien? No te obligare a nada que no quieras.―Lo abraza con cuidado, con el cariño que dice tenerle. Jungkook le devuelve el gesto.―Sabes que siempre estaré oara cuidarte, si te digo esto es porque quiero que hagas tu vida al lado de la mujer que amas; yo.―Acaricia su mejilla.

―Hana, yo...

―¿Entiendes eso?

Él asiente y baja la mirada con una mirada seria, ¿Como puede hablarle de manera tan suave y sin embargo hacerlo sentir tan mal en solo segundos? No es consciente de las malas intenciones, pero siente que algo no anda bien.

Su corazón le grita, le advierte que algo no está bien.

Sus labios se rozaron, y sería solo eso, más la mujer inclinó su torso hacia Jungkook y sus labios juntó. Su larga y blanca pierna descubierta acaricia la contraria, su mano se coloca en la nuca de Jungkook donde siente las puntas onduladas del cabello ajeno, largo y suave. Lo atrae para hacer del beso uno más profundo.

Se dejan llevar apesar del riesgo.

Unos pasos se acercan creando un terrible y vacío eco en el salón, que acompaña los chasquidos de sus labios, porque ellos siguen en su burbuja de ilusión. No se percatan cuando esos mismos pasos se detienen a tan solo metros.

Hay un testigo de la escena, y no es solo la Luna.




























































He visto que hay nuevas personas leyendo y dejando sus comentarios, no crean que no me doy cuenta siempre estoy al pendiente de sus notificaciones ksjdkdks

Bienvenidos a los nuevos, y a los que llevan más tiempo me disculpo por haber estado inactiva casi dos semanas creo :^(

En fin, ¡ahora volverán las actualizaciones dobles por semana!

See you later

Corazón Traicionado | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora