JiMin y Jungkook unirían sus reinos, pero los aleja la guerra y la infidelidad de Jungkook.
El mundo que JiMin conocía se derrumbó, y él tendrá que tomar decisiones con la cabeza y no con su roto corazón.
- Mención de guerra, infidelidad y muerte de...
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― Tienen dos minutos.
La sirvienta hace un ademán indicando que los guardias la sigan y cierren la puerta, JiMin y Jungkook quedan en la misma habitación; el primero en abrazar al otro es Jungkook quien estrecha a JiMin entre sus brazos.
― ¿Cómo estás?
Se separan un poco y juntan sus manos, se miran al otro y sonríen con tristeza; sus trajes son hermosos y sus cabellos están bien arreglados, además maquillaron muy bien la mejilla de JiMin y no se nota el moretón, sin embargo detrás de las telas bonitas se esconde su unión sinónimo de su condena.
JiMin besa la mano de Jungkook. ― Bien, en lo que puedo estar... solo estuve pensando. ― Baja un poco la cabeza pero sin dejar de ver sus ojos celestes, y Jungkook acuna su mejilla.
― ¿Sobre qué, hyung?
JiMin apega su rostro a su suave tacto. ― Hay que escapar Jungkook.
― ¿Escapar?
Asiente suavemente. ― Ya pensé en todo, podríamos escapar al bosque, yo lo conozco bien, mi padre me enseñó los lugares seguros.
En sus ojos ve la desesperación, el ruego de que acepte su plan para escapar de aquella ceremonia. Jungkook solo sujeta sus antebrazos y respira con calma.
― Ya es muy tarde. ― Su voz es suave, JiMin lo mira sin entender. ― Estamos a punto de ir a la ceremonia, frente a todos los invitados de reinos vecinos y gente importante... no hay manera de escapar, hyung. Pero...
― ¿Pero...?
Toma sus mejillas. ― Podríamos tomarlo como un plan B; si algo malo pasa hay que correr hasta el bosque, hasta lo profundo del bosque donde te pedí que te casaras conmigo.
JiMin sonríe suavemente, se aleja para sacar de su cuello un collar donde conserva el anillo. El tallo fue usado como anillo y una pequeña flor blanca descansa el medio. Aquella flor no se ha marchitado a pesar del tiempo, es más, permanece intacta.
― La he mantenido conmigo y sigue como la primera vez que me la diste. ― Besa sus labios a lo que Jungkook sonríe y acaricia con su pulgar el borde de su cicatriz. ― Si nos separamos hay que encontrarnos ahí...
― Entonces si algo pasa, si Hana hace algo, ese será nuestro punto de encuentro, hyung.
En ese momento su momento fue interrumpido por la misma sirvienta de hace unos minutos, entran los guardias detrás de ella.
Ya es hora.
Se toman de las manos, son arreglados por última vez en manos de la mujer y luego escoltados por los guardias hasta el salón principal. JiMin puede escuchar detrás de las puertas la suave música y a las personas charlar. Sujeta la mano de Jungkook con firmeza y él le devuelve el apretón para darle seguridad.
