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Alfonso regresa al pasillo donde está Anahí y ella tan pronto como lo ve se asusta.

Anahí: Poncho!? ¿Estás bien?
Alfonso:
Anahí: Debido a que no parece - pasa el pulgar en su labio - estás sangrando y tu ojo está hinchado, vamos tras alguna enfermera.
Alfonso: ¡No! No puedo alejarme de Maite.
Anahí: Dijiste que no ibas a hacer nada, ahora estás herido, tienes que cuidarlo -señalando
a su cara- Alfonso: Yo no iba a hacer nada, pero ellos fueron los que dejaron a Mai así.
Anahí: -con los ojos anchos- Oh Dios mío.
Alfonso: El chico que vino aquí otro Zack... Quieren sacarte de aquí, pero no te dejaré.
Anahí: Muy bien, quédate aquí y llamaré a una enfermera para verte.
Alfonso: Así que no me importa.
Anahí: Genial, vuelvo enseguida.

Anahí fue a buscar una enfermera y Alfonso aprovechó la oportunidad para llamar a Hugo.

En
el teléfono celular de Alfonso: Zack y Sam que lastiman a mi hermana. Son de ese lugar donde la encontraste. Necesito que los detengas, quieren seguir lastimándola.
Hugo: Volveré a ese lugar para verlos.
Alfonso: De acuerdo. ¿Conoces a dos guardias de seguridad confiables?
Hugo: Sí.
Alfonso: Quiero contratarlos para empezar un trabajo lo antes posible. No deben salir del frente de la habitación de Maite, deben seguir protegiéndola en todo momento. Hugo: Hablaré con ellos, mañana por la mañana trabajarán para ti.

Alfonso: Muchas gracias -off-

Anahí viene del pasillo solo, con una toalla en la mano y se sienta junto a él.

Anahí: Viene la enfermera, me dio esta tela para limpiar la sangre. ¿enlatar? -haciendo mención de la limpieza de su cara-
Alfonso: Claro. Anahí: Si me duele, me avisa.

Se acercó a la toalla del corte que Alfonso tenía en el labio y destrozó suavemente, el pequeño trozo de tejido blanco que tocó su piel se volvió rojo, pero como Anahí frotó el paño contra la herida menos la sangre salió. Alfonso sintió una quemadura en su lugar, pero nada que no pudiera ignorar para no dejar a Anahí preocupado. Trató de mantener su enfoque en el moretón, pero cuando se dio cuenta de que estaba mejor, miró hacia arriba y lo encontró con los ojos de Alfonso y así quedaron hipnotizados hasta que fueron interrumpidos por la enfermera que venía hacia ellos. Se alejaron y prestaron atención a lo que tenía que decir.

Enfermera: Aquí está el hielo y la pomada, simplemente pasarlo tres veces al día en el lugar hinchado que mejorará. -entregar ambos objetos a Alfonso- Si necesita más hielo, pregúntele a cualquier enfermera que pueda encontrar.
Alfonso: Gracias.

La enfermera se fue dejándolos solos otra vez.

Anahí: Voy a... ¿Vas a pasar la noche aquí?
Alfonso: Voy sí, dentro hay un sofá que se ve cómodo -sonrisa- Quiero estar al lado de él cuando se despierte.
Anahí: Bueno, tengo que irme, cualquier cosa me llame.
Alfonso: De acuerdo, antes de que te vayas, ¿puedes hacer algo?
Anahí: Por supuesto.
Alfonso: ¿Te importaría pasarme la pomada en el ojo?

Ella sonrió en la forma de traje que él hablaba, tomó el tubo de pomada de sus manos, puso un poco en la suya y tomó la marca púrpura debajo del ojo izquierdo de Alfonso, pasó delicadamente la crema a través de toda la longitud de la mancha. Esta vez se alejó más y miró lejos de él cuando sus ojos se encontraron. Tan pronto como terminó, devolvió la pomada y se levantó.

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