Parte sin título 22

74 7 0
                                    


Maite: Mañana este lío ha terminado. -dijo silencio para no preocuparse a su hermano -
Alfonso: Finalmente. -standing- Ahora déjame prepararme.
Maite: ¿Vas a salir otra vez? -pregunta curiosa-

Alfonso: Estoy almorzando con Annie. -smile-
Maite: Sospeché. Estás realmente enamorada, esa cara tonta te da por ahí. -ri-
Alfonso: -encabulado- Me erra a Mai.
Maite: -con el ojo bajo- Es sólo que nunca he seguido tu vida amorosa, para mí es nuevo.
Alfonso: -siéntate junto a ella en el sofá- Mai, sabes que ya te he pedido disculpas, eres mi hermana y ahora tenemos que empezar de nuevo, ¿no crees?
Maite: Sí. -abrazarse entre sí- Estoy seguro de que podrías compensar el tiempo perdido. -las dos risas Ahora vete mocoso, no quiero que mi cuñada te espere.
Alfonso: -escondiendo la sonrisa- soy un poco viejo para que me llames mocoso, ¿no?
Maite: Nunca. -dijo emocionado-

Se ríe, la besa en la frente y camina hacia la habitación. Allí se vistió y cuando regresó a la sala de estar ve a Maite acostada en el sofá, tocándole el pelo.

Alfonso: ¿Estás bien?
Maite: Sí.
Alfonso: ¿No sientes dolor?
Maite: A veces, pero pronto pasa. -responde envolviendo una pequeña mecha, sin mirarla-
Alfonso: -la mirada sospechosa- De acuerdo, ya voy. Cualquier cosa llámame. -ya estaba en

la puerta cuando la oyó llamarlo- Maite: Poncho! - Está de vuelta en la habitación a toda prisa - Casi me olvido de decirte, la suerte es un poco raro hoy.
Alfonso: ¿Por qué crees eso?
Maite: Siempre está tan emocionado y hoy pasamos toda la mañana acostado y tranquilo. Ni siquiera comiste.
Alfonso: ¿Dónde está?
Maite: En mi habitación.

Alfonso fue a la habitación de su hermana y vio a la Suerte tirada cerca de la ventana, donde un rayo de luz pasó a través de la cortina semestó y lo golpeó. Incluso con el dueño en la habitación ni siquiera se movió, continuó con la cabeza apoyada en las patas delanteras mirando un punto fijo, apareciendo totalmente desanimado.

Alfonso: Hola chico grande, ¿qué pasó? -acercarse al perro-

Suerte miró al propietario y poco después volvió a hacer frente a lo que estaba viendo. Alfonso lo toma en su regazo y se sienta con él en la cama, el perro miró mientras Alfonso se acurrucaba en él. Suerte laiu y comenzó a llorar suavemente.

Alfonso: Suerte, quedarte en el interior te está haciendo daño. Te llevaré a dar un paseo conmigo.

Siguió abrazando al perro hasta que se sintió mejor. Cuando esto sucedió se levantó para irse, antes de advertir a Maite.

Alfonso: Ahora y yo lo haré. Me llevo Suerte conmigo.
Maite: Bien, buen almuerzo.

Horas antes...
Sam llama a Zack.

En

el teléfono Sam: Tengo buenas noticias. Necesito que vengas al baño cerca del bar.
Zack: Espero que eso sea lo que estoy pensando.
Sam: Te esperaré afuera. Estoy en la puerta 12.
Zack: Espera, estaré allí. -se apaga

Sam sale y espera a Zack, que llega en menos de 10 minutos.

Zack: ¿Y qué?
Sam: Ella está ahí apuntando a una puerta.

Zack ni siquiera deja que el niño termine de hablar y ya está entrando en el lugar, cuando entró vio a Anahí arrojado junto a algunos coágulos, además de desmayarse, tenía los brazos y las piernas atados y tenía una cinta pegada a su boca. Zack se desvía de varias cajas y basura esparcidas por el lugar y cuando se acerca se da cuenta de que no es Maite.

nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora