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Los dos, más el guardia de seguridad, suban al coche de Alfonso y van al apartamento de Maite, ella estaba tan emocionada y habló tanto que ni siquiera estaba intimidada por la presencia del guardaespaldas. En el destino, Anahí ya estaba con Suerte esperándolos, mientras abrían la puerta el perro corrió y saltó al regazo de su dueño, Maite mientras miraba toda la habitación adornada con vejigas, una mesa central llena de sus golosinas favoritas y se atascó en la pared una pancarta escrita "¡Bienvenido de nuevo, Maite!", terminó emocionante y dejó algunas lágrimas cayendo.

Anahí: -Acercarse- Si has mejorado rápidamente estando en el hospital, te curarás mucho más rápido ahora que estás en tu esquina. -hugher-

Maite: Si me ayudas, ¡lo haré! -deslu- ¡Todo es hermoso!
Anahí: A tu hermano se le ocurrió la idea, la organicé mientras estabas en el hospital.

Maite: -mirando a Alfonso- Oh, por eso no querías dejarme salir temprano.
Alfonso: Es... Pero valió la pena esperar un poco más, ¿no?
Maite: ¡Por supuesto! ¡Me encantó la sorpresa! Ahora discúlpame que compraste todo lo que me gusta comer.
Alfonso: Nada que exagerar, todavía estás en tratamiento, tienes que seguir controlando tu dieta.
Maite: ¿Compras todas estas cosas calientes y quieres que mire fijamente? Es sólo por hoy

- y sales hacia la mesa de comida - Alfonso: Ya eres grande...
Maite: Soy -muerde un pedazo del pastel y me ensucia las manos, dejando caer un poco de la crema en el suelo- Tal vez no... - mirando lasuciedad-

Todo el mundo se ríe, la suerte sale del regazo de Alfonso y lame la crema del suelo, Maite sigue comiendo y hablando con Anahí, mientras que Alfonso pasa las instrucciones al guardia de seguridad sobre cómo cuidar de su hermana ahora que ya no está en el hospital y también muestra la habitación que puede quedarse mientras está en la casa. Alfonso vuelve a la habitación y se acerca a ambos.

Alfonso: -pasando un brazo en la cintura de Anahí y tirando de él para ti- ¿De qué te ríes?
Anahí: -sosteniendo la risa- Nada...
Maite: Asuntos de mujeres hermanitas.
Alfonso: Siempre das esa excusa cuando no quieres decir algo.
Maite: -irónico- Pero qué inteligente mi hermanito. -Anahí ri- Voy a buscar algo de beber. -y va a la cocina-
Alfonso: -mirando a Anahí- Todavía te ríes, ¿qué pasó?
Anahí: -deteniendo la risa y sonriendo- ¡Qué curioso...
Alfonso: ¿No me lo vas a decir?
Anahí: No.
Alfonso: -dale un poco- ¿Y ahora?
Anahí: si hablas en serio- ¿Qué es eso? ¿Crees que puedes convencerme con un beso?
Alfonso: Aham - darle otro pequeño sello - y ahora?
Anahí: No voy a decir...

Alfonso se acercó más a ella y pegó sus labios a los suyos, besándola apasionadamente, ambos perdidos en sus mundos son interrumpidos por Maite que regresó con su bebida en la mano.

Maite: ¡Hola tortolitos! -las dos partes y mírala asustada- No puedes hacer estas cosas delante del niño. -apunta al suelo mientras se ríe

Alfonso y Anahí miran hacia dónde apuntó Maite y ven la Suerte quieta, mirándolos. Después de que la presencia se note, el perro sale de la habitación.

Alfonso: La suerte es un buen amigo y no nos ha interrumpido. –lanzar una mirada de desafío a la hermana-
Maite: Ai, de acuerdo, ya no lo hago. -y se sienta

junto a la mesa con comida- Alfonso: -mira a Anahí y date cuenta de que ella es roja, se acerca a su oído y susurra- ¿Has cambiado de opinión o tendré que intentarlo de nuevo?
Anahí: -Da una ligera bofetada en su hombro y también susurra -Entonces yo digo. -Alfonso sonríe

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