Por la manana..

562 11 1
                                    

Mientras todos buscaban que desayunar, que eligir entre todas las comidas que habian en la mesa, yo trataba de eligir el mejor lugar para buscar a escondidas al joven Donatello, lo buscaba y buscaba no lo podia encontrar, mis ojos no podian dar con su paradero entre todas esas persona, de repente escuche una voz que venia desde lo mas lejano pero muy cercano a mis oido....

-Que hace escondida aqui hermana?- Era justamente el que tanto mi corazon buscaba, era el, era justamente su voz, una voz tan varonil y fuerte, tan profundo como truenos en un dia lluvioso pero suave como la voz de un locutor melancolico en un programa de radio en un sabado soleado, si, era el joven Donattelo, justamente posado detras de mi, empeze a sonrojarme, balbuciaba respuestas que mi corazon no transmitian, estaba confundida sobre que iba a responder y sali corriendo del miedo a pasar verguenza.

Mientras caminaba velozmente, se me acerco Sor Alejandra y me pregunto por la razon de mi apuro, simplemente no supe que contestar y me quede callada bajando la cabeza, me envio para donde Sor Andrys la madre superiora, hoy era dia de revision y chequeo, justamente el dia en que el Padre Nestor venia.  Caminaba por el corredor, senti una mirada inquietante mirandome, cuando voltee no se encontraba nadie, solo vi una pequena sombra en lo lejano desapareciendo, segui mi trayectoria para el despacho de Sor Andrys, desde lejos se escuchaban las carcajadas de la Sor, ya todas sabiamos lo que significa eso, segui caminando y lentamente abri la puerta, con un poco de curiosidad en la mirada eche un vistazo para poder ver lo que se estaba produciendo detras de esas puertas. Ahi justamente estaban dos nuevas hermanas, Sor Andrys y el Padre Nestor conversando, las muchachas tenian la fladas subidas mientras Sor Andrys observaba al Padre Nestor inspeccionando el cuerpo de las nuevas hermanas.

-Disculpeme por mi falta de respeto Padre- rapidamente dije, ya que se habian dado cuenta de mi presencia tras de la puerta, el Padre como siempre me dijo que me acercara, me bendijo con un beso en la mejilla, me dijo que no me preocupara y que me preparara que despues de estas dos sigue mi inspeccion, me dieron silla en una esquina a lo lejos obsevaba como el Padre tocaba y movia suavemente los pezones de las hermanas, mientras Sor Andrys se introducia la mano entre sus piernas por dentro del vestido, empezo a exitarse, y a morderse los labios hasta sangrar, mientras mas movia las manos el Padre mas sangraba la Sor, el Padre termino con su acto de purificacion, ya sabia que era mi turno, me llamo y me quite el vestido, era delante del unico hombre que me he desnudado desde mi llegada al convento, el unico hombre que me ha tocado, el que me ha tocado y ha provocado muchas sensaciones desconocidas al  tocarme los senos o rozar su lengua alrededor de mis labios vaginales y cuando juega con mi clitoris para ver si se endureze, el unico  hombre, perdon ya paso de ser un simple humano a ser un Santo, bendito seas San Nestor.
Como ya era de rutina me chequeo los senos, me felicito por sus tamaños, pasaba sus manos en mi clitoris, miebtras introducia sus dedos en mi vagina, jugaba dentro de mi  para provocarme una ereccion y que se me endurecieran los pezones mas y mas la unica parte del cuerpo humano que el Padre se deja enganar y tentar, el ama todos los tipos de pezones, sean chicas, grandes, duras o blanditas pero las que son rectas, esas les encantan, me arrecosto sobre el escritorio y me puso de espalda para revisar si aun seguia siendo pura, mientras tanto Sor Andrys en toda menopausia, provocaba con su cuerpo un pequeño sauna, empezo a a tocar mi parte trasera y jugetear con mi ano, el Padre se unia en el acto  amamantarse y a morderme los pezones.
Sor Andrys solo se daba el placer de juguetear con mi ano, empeze a perder el habla, solo gemia de gusto, y satisfacion, le decia al Sor Andrys que parara, ella no escuchaba, solo seguia pasando sus dedos suavemente en mi ano y los labios de mi vagina, de tanto roces no pude contener mas los liquidos que parecian olas salvajes que tenia que dejar salir, en un punto cumbre del climax deje salir todo, desate las cadenas de esas olas y ensucie el piso, el Padre Nestor, me felicito por haberme llegado, por tener unos senos tan ricos, Sor Andrys me mando a vestirme, y mando a las nuevas chicas a limpiar el acto impio que deje en el piso. Al terminar la visita el Padre nos bendijo a todas y partio, Sor Andrys nos envio a cada una nuestras habitaciones.

-Tienes lindos pechos- exclamo una de las nuevas hermanas.

-Gracias?, Cual es su Nombre? la mia es Ana Nicoles pero me llaman hermana Ana-

-Mi nombre es Michelle, la calladita es mi hermanita Mirelis, no habla mucho, nuestro padre me descubrio teñendo sexo con mis dos primos, mientras ella masturbaba a su novio, por eso nos enviaron aqui, para que cambiemos, para el es un metodo de castigo- De camino, hablamos de cada una de nosotros, ella me conto sobre todo lo que ha hecho, me quede atonica de saber que a su temprana edad ha hecho mas cosas que una actriz porno, nos fuimos a cenar, mientras en la cena buscaba si veia el joven Donattelo, pero parecia que salio con sus amigo Elie, el joven Charlie y el monaguillo Irvin, estos cuatros casi siempre andan juntos, me fui a acostar y justamente me tocaba Michelle de compañera esa noche.

-De quien es esa foto- Pregunto ella mientras me observaba admirando aquella senora, no la conteste solo me voltee y me dormi.

El jardinero y la monjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora