Caos

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Verlos tocarse el uno al otro no me era de extrañar ni un misterio nuevo a mi mirar, era algo simplemente normal para mi desde hace años de inspecciones con el Obispo o estar observando a mis tios en el piso, me eran ya de costumbre, era mi cultura ver a dos seres amarse, aferrarse el uno al otro, besarse, morderse hasta el punto de aveces lastimarse en un acto de lujuria o pasion, mi mente se encontraba en otro lugar, en la dimencion del dolor y sufrimiento, lugar de todas mis preocupaciones, aun me preguntaba si era un sueño cuando me encontre a aquel persona en la banca, no podia ser un sueño, ya que en el ahora mismo estoy sentado al lado de Donattelo, apoyando mi cabeza sobre el, por Dios! Yo estare soñando?

-Se encuentra comoda- Me pregunta ya que se habia dado cuenta que mi mente no esta presente en el momento, que mi mirada divagaba entre los colores de los arboles y las formas de las nubes.

-Podia usted dejar de preocuparse por mi?  Ya no soy una niña sabia?-

-Pero por Dios, porque tanta agresividad, solo queria saber en que pensaba- Me dolio la manera en la cual le conteste, no se que me pasaba, porque actuaba asi, si el es el hombre de mi vida y perdiciones.

-Disculpame es que no me encuentro muy bien hoy-

-Se le nota, desde que te encontre esta tarde, no ha estado actuando bien-

-Algo me preocupa, sera estupido pero este es un sueño?- Es raro preguntar en un sueño a las personas que estan en ellas si estas soñando, las respuestas que te daran seran las respuestas que te satisfaceran ya que en tus sueños tu eres el que domina.

-No creo-

-Esta seguro o no-

- Se lo voy a comprobar- Se empezo a acercarse a mi rostro, mientras mis manos y sus manos se encadenaban, mis latidos se acceleraron con la misma rapidez que mi garganta se secaba, me sentia mareada y respiraba muy rapido, podia sentir como su respiracion penetraba mis poros, oia sus latidos calmantes y podia ver como sus labios se acercaban a las mias y lo empuje.

-Que piensas que estas haciendo?-

-Comprobandote que no estas soñando-

-Y tenias que tratar de besarme?-

-Hey ustedes dos pueden dejar su pelea- Dice el joven Irvin.

-Disculpenme, yo en si no deberia estar aqui- Me fui del lugar con el corazon en las manos, malgaste una buena y perfecta oportunidad con el Donattelo , segui caminando y sentia que me iban siguiendo, mi sombra se mezclaba con la de otra persona al mismo tiempo que esos brazos me sujetaban.

-Tu de nuevo, no puede ser-

-Ana para de correr, sea como sea, debes de enfrentarme-

-No quiero hablar con usted, deje de perseguirme, eso es un acoso-

-Que pare de perseguirla ella dijo, no oyo?- Los dos nos volteamos a ver quien era el, ya se me hacia conocido esa voz.

-Obizpo Nestor, disculpeme su señoria-

-Estas perdonada mi hija, pero digame que esta pasando aqui con este inmundo pecador-

-Señor Obizpo, le ruego su perdon, no es nada de lo que usted cree, solo queria compartir algunas palabras con Ana-

-Ana? Ya no hay respetos para nuestras hermanas-

-Hermana Ana, pido disculpas por mi falta-

-Disculpas y excusas, eso es lo que estoy escuchando- Ya las cosas no se encontraban bien entre ellos y tarde o temprano el Joven Donattelo seria expulsado por mi culpa.

-La culpa es mia, Obizpo, le permiti al Joven llamarme por mi nombre-

-Usted sabe que esto es una falta verdad, y aun que se lo permitieras el deberia desacordar contigo, esto es una falta muy grande y se metece un acto de correccion-

-Que toda la culpa y castigo caiga en mi!- Dijimos al mismo tiempo.

-Ya veo como son las cosas entre ustedes, Joven tendremos una practica en el despacho de Sor Andrys pronto, por mientras usted Hermana Ana acompañeme a su habitacion, que hoy toca inspeccion y quiero que sea privado -

-Esta bien Obizpo- Conteste mientras el Joven Donattelo se alejaba direccion al despacho de la sor Andrys y yo a mis aposentos. Al llegar a mi lugar el Obizpo se me avento encima y me empezo a acariciar pero mi cuerpo lo rechazaba, lo asquerozeaba y no queria estar al lado de el.

-Que pasa hermana Ana porque te resistes tanto, es solo un chequeo de lo usual-

-No quiero que usted me toque, no me siento comoda-

-No te sientes comoda? Ya veo, es por el que estas asi verdad?-

- De que usted habla Obizpo?-

- No me trate de tomar el pelo, lo amas verdad, veo como se miran, el te ha tocado, te ha tocado los senos!-

- Usted se ha vuelto loco señor-

-Quieres que lo expulsen de aqui y nunca lo volveras a ver-

-Veo que lo mandaron aqui, sera porque usted hizo algo incorrecto, ya que no recibo visitas a esas horas si no son por que algo hayan hecho- Dijo la Sor mientras el joven entraba al despacho.

-Disculpeme sor Andrys-

-Esta bien, llegaste al mejor momento,  perfecto, quien te mando?-

-Me mando el obizpo-

-Cual fue la razon-

-Me encontro hablando con la hermana Ana y no le gusto la forma que hablabamos-

-Hermana Ana, hermana Ana, Anita la inocente, siemore ustedes dos juntitos, la amas?-

-Que usted me dice-

-Que si la amas?-

-Que serias capaz de hacer por el/ella!-  Preguntaron ambos al unisono, mientras ella abria las piernas de forma provocadora y el Obizpo me abria las mias de forma pecaminosa.

El jardinero y la monjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora