Capítulo 20

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Norah Evans

El tal jefe entró a la oficina con 2 bolsas de sangre y algunos medicamentos como antialérgicos y esteroides, me entregó todo y junto con Michelle me dispuse a pasarle el tratamiento.

En lo que le transfundía la sangre pedí papel y lápiz para anotar ciertas cosas necesarias para la evolución del paciente, paracetamol para el dolor, un antibiótico e implementos para que le realizaran curas diarias.

Ya se estaba acercando el momento que más temía, ya el de la máscara de duende se encontraba estable y en pocos minutos despertaría, en teoría nuestro trabajo aquí había terminado así que nos deberían dejar ir, eso fue lo que nos prometieron.

Iba a hablar con el jefe pero justo sonó mi móvil y el lo atendió.

—¿Qué pesado macho? Búscate una vida chaval ¿No ves que estamos currando aquí?— dijo nada más atender la llamada por lo que supuse que era Jack.

—¿Quién está hablando aquí de soltar a alguien? ¿Qué te hace pensar que las devolveré con vida?— le escuche responder a algo que supongo Jack le dijo.

Allí mi mente hizo click y entendí que por más que salvara a su amigo ellos no tendrían intenciones de dejarnos en libertad, me ganó el pánico y solo atiné a gritar.

—NO!! Eso no fue lo que habíamos acordado!! AUXILIO JACK, AYUDA!!— intenté acercarme al jefe pero Diablo me sujetó de los brazos, patalee y grité hasta que el de la máscara de cebra tapó mi boca con su mano para acallarme.

—Ya lo veremos chaval, conocerás mi respuesta muy pronto, o no, quien sabe, a lo mejor y si te toca doblar la banderita.— volvió a decir el jefe por teléfono y colgó.

El jefe al voltear y ver la situación ordenó que me soltaran, inmediatamente me le coloqué al frente presa de la histeria.

—Usted dijo que si salvábamos a su amigo nos dejaría ir, sea un hombre de palabra.— a todas estas Michelle se había puesto detrás de mi e intentaba hacer que me calmara.

—Correcto, yo les dije que las dejaría libre y eso voy a hacer, las voy a liberar de su prisión corporal.— dijo en un tonito divertido.

No creyendo lo que estaba escuchando volteé a ver a Michelle y tenía una expresión completamente neutra, esta mujer como que no le corre sangre por las venas, yo en cambio estoy cagándome en todo porque solo a mi se me ocurre confiar en la palabra de unos mafiosos.

Yo ya me disponía a empezar a suplicar por mi vida cuando el jefe empezó a reir a carcajada limpia y me dió una palmada en la espalda.

—Tenías que ver tu cara.— siguió descojonándose —Por supuesto que las vamos a dejar libres, solo quería jugar un poco además de que joderle la existencia a Conway nunca cae mal.

Yo también empecé a reir nerviosamente del cúmulo de emociones que sentía, y mientras lo hacía lloraba al mismo tiempo.

—Tiren para la camioneta que vamos a dejar a este par de señoritas.— dijo Diablo.

—Cebralín y Evo quédense con Chino, Culebra te vienes conmigo y con Diablo.— ordenó el Jefe —Ah y tápenles los ojos.

Nos volvieron a poner la venda y nos guiaron hacia el vehículo, nos ayudaron a subir y arrancaron el coche.

El trayecto fue tranquilo, nadie decía ninguna palabra, sabía que tenía a Michelle al lado derecho por lo que estiré el brazo para tomar su mano e intentar calmarme un poco, estuvieron conduciendo como unos 20 minutos y se detuvieron.

—Bueno, hasta aquí llegamos nosotros, les hemos perdonado la vida porque han salvado a nuestro compañero y eso vale mucho, muchas gracias doctoras.— dijo Diablo.

Alguien abrió una puerta y nos ayudó a bajar, cuando nos quitó las vendas nos dimos cuenta que era el jefe, con un breve asentimiento de cabeza se despidió, se montó en el coche y arrancó.

Reparé en donde estábamos y me di cuenta que estábamos en un lugar desértico al lado de una carretera de tierra, mire a Michelle que parecía estar igual de desconcertada que yo y le di un abrazo efusivo.

—Estamos vivas Chelle, estamos vivas!!— grité eufórica.

Ella con una sonrisa escapando de su cara seria me devolvió el abrazo.

—No me vuelvas a decir Chelle, gilipollas.— me dijo risueña pero rápidamente se compuso y volvió a su estado usual de cara de culo.

—Vale vale, ahora ¿Qué nos toca hacer? ¿Cómo salimos de aquí?.— pregunté.

—Pues nos va a tocar caminar porque no tenemos manera de llamar a alguien.

Estuvimos caminando un rato hasta llegar a un lugar más transitado, nos paramos en medio de la avenida para intentar frenar algún coche, cuando se paró uno Michelle se sacó del sujetador una placa y se la mostró al conductor.

—Policía, detenga el vehículo.— habló Michelle.

—Dígame oficial ¿En qué la puedo ayudar?— dijo el sujeto, se notaba que era norteño por su forma de hablar.

—Necesitamos que nos lleve hasta la comisaría del sur.

—Por supuesto, súbanse.

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Una actualización para alegrar el día, que hoy todos quedamos con el culo un poco roto con la noticia del Biyinplay y el vistazo de que fue lo que pasó con Reborn.

Igual es un capítulo de relleno, en el siguiente veremos la reacción de Jack al ver a su querida Norah.

Ex-Novio || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora