Capítulo 9

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Norah Evans

—Eh... con permiso yo me retiro, Conway le espero afuera.— dijo Volkov caminando hacia la puerta.

—Tu dirás.— hablo Jack una vez que quedamos solos.

—¿Donde está Claudio?.

—Ah, así que era eso.— habló sarcástico. —Querías saber cómo estaba tu amiguito.

—Hombre ¿Qué más va a ser?— pregunté. —Tu y yo no tenemos más nada de que hablar.

—¿Estás segura?— elevó una ceja.

La tensión en esta habitación se podía cortar con un cuchillo, manteníamos una batalla de miradas para nada romántica, ambos buscábamos tener dominio de la situación pero fallábamos miserablemente.

—100% segura.— hablé con la voz más segura que había podido forzar, y digo forzar porque por dentro estaba temblando más que una gelatina, hacerle frente a este cascarrabias no es tarea fácil, el siempre quiere ganar.

Abrió la boca para responderme pero una persona entrando a la habitación lo interrumpió, era Claudio, pero no venía solo, no, traía consigo un pequeño arreglo de globos azules que decían "Mejórate pronto" y un pequeño peluche de oso color café.

Creo que se dió cuenta del ambiente que había aquí dentro porque se aclaró la garganta.

—¿Interrumpo?— preguntó.

—Si.— afirmó Conway. —Como verá Norah y yo estábamos en medio de una conversación, debería usted aprender a tocar la puerta.— repitió con sorna las palabras que una vez le dijo Claudio a él.

—Lo siento superintendente no creí que Norah estuviese acompañada, yo solo venía a dejarle este presente y a cuidarla ya que ese es mi trabajo.— en parte es cierto, Claudio traía puesto su traje de médico así que debería estar de servicio.

Se acercó a mi, dejó un beso en mi mejilla y colocó el pequeño arreglo en una mesita al lado de la cama.

—Ohh!!— exclamé con ilusión. —Que bonito, muchas gracias por el detalle Claudio, me encanta!!

A ver, a todos nos gusta recibir regalos y es un detalle muy bonito por su parte tomando en cuenta que mi ex-novio se lo llevó detenido el día anterior.

—Que bueno.— dijo sarcástico. —Como puedes observar Norah, tu amiguito está aquí en perfecto estado, así que yo me retiro.— salió de la habitación con un portazo.

Viktor Volkov

Me había retirado de la habitación para que pudieran hablar con comodidad.

Llevaba unos minutos fuera cuando vi que se acercaba el doctor de ayer, el tal Claudio, con un pequeño arreglo de globos, madre mía la que se va a armar.

—Priviet.— le saludé con un leve asentimiento de cabeza.

—Buenas tardes.— me devolvió el saludo y entró a la habitación.

Apuesto lo que sea a que en menos de 5 minutos el superintendente va a cruzar esa puerta cabreadísimo.

Estaba mirando cosas en mi movil cuando escuché un portazo, y dicho y hecho, Conway estaba saliendo de la habitación como alma que lleva el diablo.

—Hijo de puta, capullo, subnormal, voy a agarrar su arreglo de mierda y se lo voy a meter por el gaznate.— murmuraba cabreado.

Me levanté y me puse a su lado mientras caminábamos hacia la salida.

—¿Todo bien Conway?.

—Volkov, necesito que me compres el arreglo de globos más grande que haya en esta puta ciudad, con un oso gigante, y que el oso tenga un puta corbata.

Me mordí la lengua en un torpe intento de aguantar la risa, vaya celoso.

—¿Quiere que le ponga una tarjeta?— pregunté  mientras entraba al patrulla.

—No, la tarjeta se la pongo yo.— dijo y empezó a conducir hacia comisaría.

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Algo más corto de lo usual, pero es que si añado la otra parte se me va a hacer muy largo.

Me reí mucho con sus comentarios del capítulo anterior, al parecer la pregunta de Norah a Conway no era nada fuera de lo común.

Sigo editando caps anteriores así que no se asusten si ven notificaciones mías por ahí. Se les quiere putos

Ex-Novio || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora