Le decían que no lo lograría, no por no creer en ella, sino por ser realistas.
Un canal de youtube anónimo que graba videos en blanco y negro no es algo que llamé la atención, sin embargo su voz si lo hizo y es lo que le trajo a este lugar.
No se esperaba recibir esos billetes de avión y ver que ya tiene apartamento en Corea, no lo quería creer.
Pensaba que todo esto era una mentira o un juego, mas no fue así.
Todo era muy enserio y ya estaba a la vuelta de la esquina en debutar.
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Se levantó la chica con pocas ganas de prepararse, tendría que grabar un par de videos para su futuro canal y tenía que arreglarse un poco, o más bien como le dijo su jefe «Tienes que ser más femenina para conseguir fanboys. Mírate, con una sudadera así no llamas la atención. Ponte un escote o algo así. Maquillate un poco más y suéltate el pelo. Que se note que eres chica»
Ese comentario le sacó de quicio. No quería cambiar su forma de ser para complacer, ella no era así y se sentía cómoda en esos trapos tres tallas más grande que ella. No le gustaba llevar maquillaje en su día a día, era alérgica a muchos cosméticos. No se soltaba el pelo por su gran melena rizada, la cual tenía que alisar cada vez que se lavaba el cabello. Es algo raro aquí los rizos y no quería recibir comentarios estando en ese estado de vulnerabilidad.
El pensamiento de dejar todo esto le azotó fuerte en su mente, ¿quien se creía él para hacerte cambiar? Su jefe era, su jefe.
Hace unos días se fue al centro comercial un poco dudosa, sin saber exactamente si quería o no hacerse ese cambio.
Caminaba de arriba a abajo en busca de alguna prenda más femenina pero ninguna de ellas le convencía, no le gustaba mostrar su cuerpo, no quería ser sexualizada. Una trabajadora se le acercó para ayudarla y le ofreció una especie de camiseta corta con un pronunciado escote, para remarcar sus grandes pechos.
Se replanteaba salir por la puerta de esa tienda pero todo fue en vano cuando salió de ella con un par de bolsas con prendas que solo usaría una vez en su vida.
Porque sí, ella decidió solo ponérselo este día, nunca más los volvería a usar.
Paso por una tienda de maquillaje en busca de algunos cosméticos aptos para su tipo de piel. Como si los astros se hubieran alineado, encontró todo lo que necesitaba.
Y ahí la veías, delante de su espejo con ese bonito top que le gustaba, le gustaba a solas, no puesto en ella, con unos jeans flojos pero marcando la cadera, con un bonito maquillaje sutil marcando sus facciones finas y con un despampanante pelo rizado recogido en una gran coleta por todo su volumen.
Tenía una sudadera en mano, pensando en ponersela o no, hasta que llegó la conclusión de que se la pondría si se siente incómoda.
Oh, pobre muchacha, si ya ella a solas se sentía incómoda.
