- ¡Hola hija!- la madre estaba muy contenta de ver de nuevo a su hija.
- Hola mami.- se encontraba poniéndose los zapatos dispuesta a ir a la empresa.
- ¿Todo va bien hija? si quieres podemos ir contigo.- se puso la mascarilla.
- No hace falta mamá, todo está bien.- abrió la puerta dándose fuera de su apartamento.
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Todos estaban en el suelo exhaustos por el duro entrenamiento, se les acercaba el comeback y tenían que estar preparados.
Unos leves toques sonaron en la sala y YunHo ya se daba la idea de quién era.
Todos notaron la felicidad inmediata de YunHo, ya que pasó de una cara de cansancio a una sonrisa de oreja a oreja. Se puso de piernas de inmediato, cogiendo una toalla para quitarse el sudor y no estar mojado en el momento de dar el ya típico abrazo de ellos, uno en el que la coge a lo alto y le comienza dar vueltas o donde le aprieta fuerte hasta dejarla sin respiración.
Como pensó así fue, esa pequeña muchacha con su típica sudadera con capucha se hallaba delante de él con una bolsa que ya sabía su contenido.
- YunHo, me estoy mareando.- dijo a penas pensando por su dolor de cabeza ya que el alto no paraba de darle vueltas durante su abrazo.
- Oh si.- la bajó y le dió un beso en la cabeza- Perdón.- le dio una tierna sonrisa, la típica suya que tanto como ella como las fans adoraban de YunHo.
Apenas hablaban, era todo por puros gestos y un par de palabras que conocían los dos.
- ¿La comida?- la chica asintió mientras que YunHo le agarraba de la mano y le hacía entrar adentro.
MinGi y WooYoung, al escuchar la palabra comida, querían ir a ver qué era, mas los mayores del grupo se lo impidieron.
- Déjenlos chicos.- los dos asintieron sabiendo a lo que se refería SeongHwa.
YunHo le había llevado al sofá donde tenían todas las mochilas para darle su comida.
El día de ayer habían acordado que cada uno iba a darle su comida al otro. El más alto, le pidió ayuda a SeongHwa de como cocinar para sorprenderla al día siguiente. Todo esto sucedió cuando un día en el que YunHo iba pasando delante del apartamento de aquella chica que le había cautivado, donde olía comida rica y no se pudo contener. Cuando timbró la casa, descubrió que la menor estaba cocinando un plato típico de su país. Al darle de probar se quedó fascinado con el arte de aquella. Y así llegaron a ese acuerdo.
Los dos estaban de espaldas al resto. YunHo sacó una bolsa donde había un taper con una comida extraña para ella.
- No te preocupes, es comida típica coreana.- le dió una seña dando a entender que estaba rico y ella solo se dispuso a reír mientras se tapaba la cara.
El momento de tranquilidad se terminó cuando JongHo, ya cansado de no burlarse de ella, le agarró de la capucha atrayéndola hacia él.
Todos se quedaron boquiabiertos por el recién suceso.
La hizo girar para luego colocar sus dos fuertes manos en el cuello de la chica, apretando fuerte mientras ella rogaba ayuda con lágrimas en los ojos.
Todo fue muy rápido que nadie hizo nada durante un tiempo, no conectaban las cosas a tiempo.
Ya, ahora si que con la parálisis fuera, todos se levantaron en ayuda de la muchacha que pedía clemencia al de cabellos rojos.
YunHo ya no lo aguantaba más, que lo único que hizo fue acercarse corriendo y darle un puñetazo haciéndole partirse el labio al menor
- No la vuelvas a tocar imbécil.- dijo cabreado mientras rodeaba a su pequeña, y si, para él ya era su pequeña aunque ella no lo supiera- ¿Estas bien?- preguntó poniéndose a la misma altura que ella y acunando su cara con sus manos.
Comenzaron a aguarle los ojos al verla con una mirada vacía y llena de miedo, a parte de estas estar llenas de lágrimas.
JongHo se reincorporó del suelo con la mano en el labio y quitando la sangre que tenía. Le miró con furia y quería pegarle para quitarle lo enamorado.
Al acercarse, comenzaron a pegarse mutuamente.
- ¡Te dije JongHo que no la volvieras a tocar!- las lágrimas no paraban- No sabes la de daño que le has hecho imbécil.- no paraba de darle en el cachete del menor una y otra vez mientras que los demás miembros pedían que detuvieran la pelea, a excepción de YeoSang, que se encontraba con la chica intentando recomponer la respiración cortada que tenía gracias al ahogamiento.
Siempre le ahogaba pero esta vez sí que vio su vida pasar de un momento a otro.
San, por el desespero, se fue en busca del jefe para poder separarlos, el cual vio el tremendo desastre cuando entró por la puerta de la sala y se enfado.
Estaba que echaba humos de sus orejas.
Dos integrantes de un mismo grupo peleandose y destrozandose su cara, y a su nueva artista que estaba roja y tosiendo todo el rato.
Se preguntaba cómo llegó todo esto.
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- ¿Seguro que todo está bien hija?- su madre podía sentir a su hija mal, no sabía el porqué pero su instinto de madre se lo decía.
- Sí mamá. De hecho estoy bastante feliz, creo que voy a adoptar algún gato o algún perrito para que me haga compañía.- dijo con alegría la pequeña.
- ¡Eso es magnífico! Seguro lo cuidaras con todo tu corazón.
- Claro que si mami.- durante la videollamada se veía como iba saludando a la gente.
- Creo que ya vas a empezar a trabajar, te dejo hija. ¡Suerte y cuidate!
- Chao mamá.- comenzó a dar besitos justo en frente de la cámara para después colgar.
☆☆☆
¿Qué creen que pasará?
Por cierto, si les está gustando hazermelo saber raza.
Ya quiero que MinGi vuelva a las actividades del grupo, realmente le echo muchísimo de
