XII

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—¡No seas nena Wooyoung! —Gritaba el capitán desde el otro lado del barco —Mantén los malditos baldes arriba o tendrás que comenzar de nuevo —Miró hacia el cielo y luego al rubio —Solo llevas una semana trabajando y ya la cagaste

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—¡No seas nena Wooyoung! —Gritaba el capitán desde el otro lado del barco —Mantén los malditos baldes arriba o tendrás que comenzar de nuevo —Miró hacia el cielo y luego al rubio —Solo llevas una semana trabajando y ya la cagaste. Estarás bajo el sol una hora por cada tontería que hayas hecho en esos días.

El Illusion estaba destrozado y arreglarlo tomaría mucho tiempo, quizás meses. Nosotros hacíamos lo posible por recuperar los daños. Mientras el capitán se quedaba en la nave con Yunho y Mingi, todos los demás habíamos conseguido un trabajo para ayudar con los gastos. Wooyoung, San y Jongho trabajaban descargando mercancía en el puerto.

 Esa Mañana el rubio había sido casi despedido por un accidente que le costaría a él y a Hongjoong dinero que no tenían. Wooyoung debía guardar cajas de especias dentro de un almacén; pero en vez de colocarlas en fila decidió hacer torres para demostrarle a San que él podía ahorrar más espacio. El resultado fue que aquella pila de cajas se desplomó sobre el suelo esparciendo canela y otros polvos por todos lados. Cuando Hongjoong escuchó la historia lamentó fuertemente no tener cofa para castigar al chico. 

Bajo el sol del mediodía Wooyoung estiraba los brazos en forma de cruz sosteniendo un balde de agua en cada uno. Cargar esos objetos era sencillo en situaciones normales, pero el castigo de Hongjoong lo obligaba a mantenerse así hasta el ocaso. Sus brazos no soportarían, casándose eventualmente  y derramando el líquido sobre la cubierta. 

—¡Mile, ven aquí! —Gritó el capitán alzando la mano —¡Ven a ver a este tonto! 

Me acerqué hasta la popa. El sol resplandecía justo sobre Wooyoung, las gotas de sudor se escurrían por su barbilla, el cabello se le pegaba a la frente. Con amor me acerqué a mi amigo sacando un pañuelo que llevaba guardado en mi vestido y limpié su rostro. Tenía las mejillas rojas y la mandíbula apretada por el esfuerzo.

—Esto me parece demasiado —Hablé en voz baja pero audible —Wooyoung está pendejo, pero no fue su intención.

El capitán rió fuerte acompañado de Wooyoung. Los baldes cayeron esparciendo el líquido por todo el suelo mientras yo me uní al coro de carcajadas. Hongjoong llamó en voz alta a Seonghwa pero este no respondió; todos los presentes habíamos olvidado que ahora trabajaba en un restaurante. 

—Ven aquí —El capitán tomó mi mano mientras le costaba respirar debido a la risa —Quiero darte algo. 

Me llevó al camarote; por alguna razón mi corazón latía rápido y sentía que aquello podía enojar a Yeosang. Aunque el castaño estaba fuera del barco era como si sus ojos estuvieran puestos sobre Hongjoong y yo. 

—Yeosang tiene razón —Comenzó a hablar una vez estuvo cerrada la puerta —He estado arriesgado tu vida de forma egoísta —Rascó el cabello que caía sobre su nuca —¡Arg! ¡No te traje para disculparme!  —Dijo más para él que para mi resolviendo su cabello como desesperado —Toma...solo cómprate algo bonito, es tu paga por... Por todo o por lo que sea.

Our Desired Reliquiarium:Trust ; [ys]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora