VI

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Desperté antes de que el sol asomara sus rayos en el horizonte; todo estaba oscuro y el barco se hundía una calma que parecía venir junto con la brisa de alta mar

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Desperté antes de que el sol asomara sus rayos en el horizonte; todo estaba oscuro y el barco se hundía una calma que parecía venir junto con la brisa de alta mar. Giré en la madera dura para incorporarme y noté que Yeosang ya no se encontraba a mi lado; era normal que él pasara la noche entrando y saliendo de la cama. Me levanté sintiendo algo de frío, el cielo estaba aún apagado y el viento adquiría las formas propias de los aires nocturnos. Caminé un rato buscando alguien sobre la cubierta pero lo único que encontré fueron algunas gaviotas madrugadoras que se posaban en la orilla del barco. 

—Buenos días — La voz de San llegó desde la cocina —Aún es temprano, pero...¿Quieres venir a desayunar? —El chico siempre sonaba amigable, cosa que me parecía inconcebible cada vez que pensaba en nuestro primer encuentro. 

Me acerqué a la puerta con algo de cautela permaneciendo recostada en el marco. Dentro del lugar San servía dos tazas de café; aun andaba descalzo y con el rostro algo adormilado. Acepté la taza que me ofrecía pero me mantuve de pie a pesar de que él me invitó a sentarme a su lado en la mesa. 

—Yeosang y Hongjoong fueron al comedor para confirmar la ruta — Comenzó a hablar rompiendo el silencio que nos rodeaba pero no la atmósfera incómoda —Jongho dice que piensan desviarse para comprar provisiones.

Solo di un sorbo a mi café mientras él servía las últimas rebanadas de pan que quedaban en el barco.  Sus ojos de vez en cuando volteaban a mirarme, y todo mi cuerpo se tensaba con miedo de que al estar solos se abalanzara sobre mí como la primera noche.  El frío de su espada volvió a sentirse sobre mi cuello haciéndome llevar una mano hasta allí para comprobar que no había nada. 

—Por favor siéntate — Los platos estaban sobre la pequeña mesa de la cocina —Quiero conversar contigo para poder dormir en paz. 

—No hay nada de qué hablar —Entré a la estancia para dejar la taza en el fregadero —Se me ha quitado el hambre —Le di la espalda para salir por la puerta; ni siquiera quería mirarle.

—Por favor —La silla donde se encontraba sentado resonó ante el brusco movimiento, su mano atrapó mi muñeca evitando que me fuera —No importa si no quieres hablarme, sólo escucha. 

Trate de forcejear con él para que me soltara, incluso maquine la idea de escupirle si no lo hacía. Pero San era un hombre fuerte y usando la misma brusquedad con la que me había sacado de la bodega me arrastró hasta hacerme sentar.

— No pienso lo que hago—Habló con rapidez — Ni siquiera después de haberlo hecho —Sus ojos temblaron un poco — Pero nunca me había visto en una situación así, eso hace que piense cosas y que no pueda dormir —Resoplé mientras giraba los ojos —Lo siento. He comentado esto con Jongho y me ha dicho que debía hablarlo contigo.

—No hay nada de qué hablar —Dejé que las sílabas se deslizaran cortantes entre mis dientes — No tienes que mentir, así que guárdate tus palabras. 

Our Desired Reliquiarium:Trust ; [ys]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora