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9 años después.

Tengo 17 años. Debería poder contraatacar, defenderme solo o al menos correr, pero no puedo.

Patético.

Me merezco esto.

Abracé mis rodillas mientras ellos seguían pateandome como lo venían haciendo por lo que parecían ser horas.

¿Por qué carajo pensé que era buena idea conseguir una soda? ¿Por qué diablos no me di la vuelta cuando los vi? ¿Y por qué rayos creí que era buena idea de mi parte el contestarle?

Sentí otra punzada de dolor cuando uno de ellos me pateó la cabeza.

-Solo mirate. No soporto ver tu feo rostro.

-Entonces no me mires, imbécil.

Ese fue mi primer gran error.

-¿Qué mierda dijiste?

-¿Acaso eres sordo o solo eres imbécil?

Ese fue mi segundo gran error.

-Estúpido alien. -Jaló de mi cabello, manteniéndose unos centímetros alejado de su rostro.- No me hables de esa forma, alien.

-Acabo de hacerlo, estúpido. -Sonreí de forma ladina.

-Pequeña zorra. -La fuerza de su agarre en mi cabello se hizo más fuerte y luego golpeó mi rostro contra el suelo.

Cerré los ojos con fuerza debido a que el dolor era demasiado para soportarlo.

-Esto te enseñará a mantener la boca cerrada. -Su dedo trazó un camino desde mi cuello hasta mi barbilla.- Te ves lindo cuando sufres. -Sonrió mientras levantaba mi cabeza.

-No me toques, maldición. -Zafe mi cabeza de su agarre y traté de levantarme, pero rápidamente me dio un puñetazo en el estómago. Caí al suelo, mi rostro siendo recibido por el frío y solido concreto.

-Si no quieres que tu linda carita se vea de la mierda, te recomiendo que mantengas la boca cerrada.

Se arrodillo frente a mi, me tomó del cabello para levantar mi cabeza con fuerza y miró mi rostro.

-Ahora se un buen chico y haz lo que te digo.

Miré hacia donde señalaba y no era lo que me esperaba. Sonrió como estúpido. Tiró de mi camiseta con agresividad en un intento de quitarmela, pero se frustró al no poder y terminó por romperla.

-¡Detente! -grité e intenté soltarme de su agarre, pero sus amigos me sostuvieron y me mantuvieron en mi lugar.

-Callate. -Me dio una cachetada, dejando una marca roja en mi rostro.

Solté un quejido de dolor, mis lágrimas amenazaban con salir, pero las retuve.

-Joder, te ves tan ardiente cuando sientes dolor.

Se acercó a mi cuello y comenzó a dejar besos en él. Sacudí mi cuerpo en un intento de liberarme de su agarre, pero eran demasiado fuertes.

-¡D-Detente! -grité con todas mis fuerzas, esperando a que alguien me escuchara.- ¡A-Alguien ayúdame!

Mis gritos lo hicieron enojar y tapó mi boca con su mano queriendo callarme.

Fue bajando sus besos hasta mi pecho, sus manos bajaron lentamente hasta mis pantalones y comenzaron a...

-¡Hey!

Se detuvo, volteando a ver hacia donde provino la voz.

-¡Alejense de él!

-Mierda... -Dirigió su mirada hacia mí.- Tienes suerte de que él viniera a ayudarte, pero no siempre estará cerca.

Rápidamente me soltó y salió corriendo hacia la dirección opuesta, sus amigos me soltaron y lo siguieron.

Me senté en mi lugar y lleve mis rodillas contra mi pecho, abrazando estas con fuerza. Me quedé ahí sentado, oyendo las pisadas rápidamente acercarse a mí.

-Mierda... cuando les ponga mis manos encima, los mataré por lo que te hicieron.

Levanté mi cabeza y le mostré mi sonrisa cuadrada.

-Este nones momento de sonreír.

Rió ligeramente y se arrodilló para estar a mi nivel. Rápidamente me abrazó, sosteniendome con sus grandes y cálidos brazos. Enterré mi rostro en su pecho, su calidez hizo estremecer mi cuerpo entero. Acarició mi espalda con delicadeza, dibujado círculos imaginarios con sus dedos.

Ya no pude soportarlo, enterré aún más mi rostro en su pecho, ahogando mi llanto en él.

-Déjalo salir.

-É-Él... c-casi...

-Shhh, está bien. Estoy aquí y nunca te dejaré.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

-Gracias, Jin. -Sonreí leve.- Una cosa más... -Bajó la mirada hacía mi, esperando a que continuara hablando.- Por favor, no le digas.

Jin asintió, asegurándome que no diría ni una palabra.

-¿Quién carajos hizo esto?

Jin y yo rápidamente volteamos para ver al dueño de aquella voz.

Orphan •ᴷᵒᵒᵏᵛ•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora