Desperté por tercera vez gracias al horrible canto de ese gallo infernal. Pude haberme levantado, pero el calor de ese hombre era lo único que me protegía del frío, Natsu seguía dormido profundamente mientras envolvía mi cintura.
Le estaba muy agradecida porque comprendió mi rechazo al no querer tener relaciones de vuelta con él, pero sabía perfectamente no sería siempre así de considerado, por eso la noche de hoy me aseguraría de tomar las malditas pastillas ya que para él de seguro fue un insulto que no cumpla la tradición de los 4 días para la concepción de un niño.
- Hace frío... - Murmure.
Guardé silencio y escuché algunos ruidos particulares en el techo.
Estaba lloviendo.
- ¡Natsu! - Golpearon la puerta - ¡Despierta tonto, debemos ir a cazar! ¡Debemos recolectar comida para la tarde más! ¡Debemos darnos prisa antes de que vengan los rayos!
Natsu despertó bruscamente por los gritos, se levantó rápidamente y salió para abrirle a su... ¿amigo? El joven que golpeaba era el que siempre estaba apegado a Natsu, siempre los veía juntos, me pregunto cómo será su nombre.
- Espérame unos minutos, debo buscar mis instrumentos de caza - Su amigo asintió y Natsu cerró la puerta ya que el viento entraba con fuerza.
- ¿Habrá una tormenta?
- Eso indica el cielo, debo ir a cazar lo más pronto posible o nos quedaremos sin nada para comer.
- Pero...
- Tú trata de no salir, no creo que aguantes el clima de allá afuera.
- Lo podría hacer si no hubieran usado mi abrigo para prender fuego.
- Si hubiera sabido que era tan importante para ti nunca se lo hubiera entregado a la mujer de Gajeel.
- ... - Nunca superaría el triste destino de mi abrigo - Bueno, solo ten cuidado.
- Claro - Sonrió - Lo bueno de este clima es que pasaremos la tarde juntos.
- ¿Y eso?
- Iremos de caza, pero con la lluvia los animales se esconden en sus refugios así que lo más probable es que lleguemos con muchas frutas y lo repartiremos entre todos.
- Entonces te esperaré aquí.
- No tardo - Se puso de pie luego de tomar su lanza y salió.
Yo suspire, volví a esconderme bajo esas pieles ya que hacía mucho frío, de hecho comencé a extrañar el cuerpo cálido de Natsu, por mi bien debía volver pronto o moriría congelada.
Era obvio que pasar dos o más horas dentro de la casa de bambú sería aburrido, pero salir no era una opción, me mojaría al instante, pero aproveché que había lluvia para llenar todas las botellas que encontré en las mochilas con agua dulce, solo las tuve que dejar en un punto donde el agua caía en línea vertical gracias a las hojas grandes que cubrían el techo.
Recordé que llevaba como dos o tres días sin "lavarme" dignamente, la idea de no estar aseada bien era asquerosa. No le di tantas vueltas al asunto y una vez que las botellas se llenaron las usé junto a las sobras de las ropas que rediseñe, moje los pedazos y comencé a pasarlos por mi cuerpo, obviamente antes me tuve que quitar todo.
Aproveché también el agua para tomar las pastillas anticonceptivas, no quería olvidarme de ellas como el día anterior.
Frote mi piel lo que más pude, y lavé especialmente, pero con cuidado, aquella zona mía que era tan delicada. Luego de estar varios minutos refregando mi piel decidí que era hora de "enjuagarse".
Lo cual no me tomó tanto tiempo como el primer procedimiento.
- No te tapes... - Pegué un pequeño brinco cuando escuché aquella voz.
- ¡¿Desde cuándo estás ahí?! - No hice caso a su orden y me cubrí con las prendas que puse sobre la piel donde dormíamos.
- Como hace media hora - Yo me morí de vergüenza.
Y lo peor, ¿Me habrá visto tomando las pastillas?
No... él dijo hace media hora... ¡Pero de igual forma me vio en una situación muy vergonzosa!
- Traje frutas como te comenté en la mañana, la tormenta va aumentar y nos imposibilita la acción de crear fuego - Se comenzó a acercar y yo aún no me vestía, solo tapaba mis pechos y entrepierna con las prendas por encima.
- Natsu... - Él agarró mi rostro con delicadeza y fue bajando por mi hombros y brazos, acariciándolos en el acto.
Luego tomó mis manos para quitarme lo único que me cubría. Yo me volví roja cuando estuve expuesta, él sonrió fascinado, de hecho, miré de reojo como se formaba aquel bulto en su entrepierna.
- Eres tan hermosa... - Me observaba sin descanso - Lucy, no puedo esperar más, quiero tocarte...
- Pero aún no anochece...
- Da igual, déjame entrar en ti otra vez... - Yo guardé silencio, no había nada que temer ¿No? De todas formas no pasaría nada como un embarazo.
- E-esta bien... - Susurre bajo, él me oyó y comenzó a quitarse lo que traía puesto.
Observé su pecho, esta vez lo analicé y no podía negar que tenía un cuerpo bien tonificado, si estuviéramos en la civilización no me cabe duda de que todas las chicas pasarían gustosas por el.
- Mmmg... - Me dejó sobre la "cama".
Para mi sorpresa esta vez hizo algo que no esperaba, me abrió las piernas y se quedó mirando lo que ocultaba. Comenzó a tocarme despacio con un dedo, ¿Qué hacía?
Actuaba como si nunca hubiera visto una vagina.
- ¿Pasa algo malo?
- Es tan hermosa como la primera vez que la vi...
Recordé que él me "examinó" cuando me salvó y aguanté un insulto, ¡Se aprovechó de que estaba inconsciente!
- Natsu... - Gemí ya que bajo su boca a ese lugar y comenzó a probarme, yo hice un gran esfuerzo para no gritar, nunca me imaginé pasar por una situación tan penosa...
El movía su lengua, incluso llegó a simular por unos momentos la penetración y eso me hizo gemir con fuerza varias veces. No soporte esa tortura y me vine, él se llevó mis fluidos a sus labios, ¡¿Pero qué estaba pasando?! ¡¿Cómo es que me metí en esto?!
- Lucy... - Volvió a ponerse sobre mi, yo me sentí diminuta por su gran tamaño - ¿Qué te ocurre?
- ¿Siempre es así?
- ¿Cómo así?
- Contigo arriba - Él sonrió divertido.
- ¿Quieres hacerlo como los animales?
- ¿Eh?
- Entonces date la vuelta - Yo me volví a sonrojar.
- ¡No quise insinuar que quería otra pose! - Expliqué nerviosa, pero él no borró esa sonrisa y me giro contra el suelo.
¡¿Por qué siempre empeoro la situación?!
.
.
.Continuará***
ESTÁS LEYENDO
Naufragio // Fanfic_FairyTail // Nalu ^^
FanfictionLucy Heartfilia es una estudiante que va a bordo de un barco rumbo a New York. Ella y sus compañeras se enteran que el barco comienza a tener fallas y ella concluye que este se hundirá y que todos morirán. Sin embargo, ella afortunadamente naufraga...