• Día 4 •

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"No voy a moverme

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"No voy a moverme. Tu regazo es cómodo"

Relación falsa


* * * *


Estaba tecleando furiosamente sobre la laptop, piernas estiradas debajo del escritorio, cuando el famoso escritor Sakusa Kiyoomi sintió un repentino peso posarse en su regazo.

Le siguió un pequeño ronroneo, y una mejilla cálida frotándose contra la suya entre medio de besos sobre el mentón. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no sucumbir a las caricias.

Oye —masculló Sakusa dando un carraspeo—, no te pienses que eres muy liviano. Ya quítate.

—No quiero —lloriqueó la persona encima suyo; su voz era como la de un niño berrinchudo, y todo su cuerpo emanaba demasiado calor pese a que era un crudo invierno en la ciudad de Londres—. No me pienso mover. Tu regazo es cómodo.

Sakusa gruñó otra vez, lo cual solo hizo reír entre dientes al muchacho que se colgaba de su cuello y balanceaba sus pies cubiertos por calcetines —y unos muy ridículos de Hello Kitty, la verdad— por el apoyabrazos de su cómoda silla de escritura.

Atsumu —advirtió Sakusa tras respirar con fuerza—. Sabes que tengo una entrega mañana. Akaashi va a matarme otra vez si no termino el primer arco de la novela para la fecha pactada.

Siguió inhalando con fuerza a medida que Miya Atsumu, el chico sobre su regazo, depositaba besos suaves por todo su cuello y su mejilla.

Le había tomado un tiempo acostumbrarse a todas esas muestras de afecto. Sakusa nunca, pero nunca fue una persona que mostrara cariño a los demás...

Hasta que Atsumu regresó a su vida de manera espontánea a la misma editorial londinense para la que trabajaba.

Sakusa Kiyoomi era un respetado autor de fantasía juvenil, mientras que Miya Atsumu era un emergente ilustrador de cómics cuyo nombre comenzaba a hacerse más y más peso en la industria creativa.

—¡Bah! Akaashi, solo sabe amenazarte —rio Atsumu, y pasó la nariz por el cuello de Kiyoomi. Siempre decía que le gustaba el aroma a jabón y jazmines que desprendía—. Es mejor trabajar con Yaku, ¡él siempre es un amor!

—Repítelo ochenta veces hasta que te lo creas, Atsumu, y creo que ni así será suficiente.

El otro chico gimoteó. Sakusa tuvo que reprimir una sonrisa, ya que aquella era la verdad: Yaku Morisuke, el jefe del departamento de ilustración, tenía a Atsumu colgado de las orejas por sus constantes retrasos a la hora de hacer entregas.

—Vamos, más tarde podrás terminar ese capítulo —suspiró Atsumu, y le sujetó de las mejillas para obligarle a verlo con sus grandes ojos castaños—. ¿Cómo vas a inspirarte si no recibes tu dosis diaria de mimos y cariño?

SakuAtsu Fluff Week 2021 - [HAIKYUU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora