• Día 5 •

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"¿Cantarías para mí?"

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"¿Cantarías para mí?"

Confesiones


* * * *


Sakusa Kiyoomi estaba salteando vegetales en una sartén cuando el click de la cerradura le sacó de sus pensamientos.

No era una sorpresa —si sus cálculos no fallaban, sería ya casi la hora en que su novio llegaría a la casa. Un poco más pronto de lo normal, pero supuso que no sería nada de lo cual preocuparse.

Se apresuró en lavar sus manos con un poco de detergente y las secó sobre el delantal amarillo que colgaba de sus caderas tras retirar del fuego la sartén con la cena que ya estaba casi lista.

Unos apesadumbrados pasos vibraron por el piso de parqué con el que decidieron decorar seis meses atrás todo el suelo de la casa; les había costado un buen dineral, así como todos los arreglos y esos toques únicos para convertir ese viejo apartamento en un lugar perfecto para los dos.

Pero, ¿qué era el dinero si no una herramienta para perseguir las cosas que te gustaban?

Sakusa se dio la vuelta para esperarle. Abrió la boca para decir su nombre —con la voz ronca por haber estado en silencioso todo el día, su lengua casi pastosa mientras las letras rodaban desde sus cuerdas vocales hasta sus labios—, pero se detuvo en cuanto la silueta del otro hombre se apareció por el oscuro pasillo que daba a la sala.

La boca de Sakusa se apretó casi al instante. La imagen de Miya Atsumu, su novio, tan lúgubre y sombría le paralizó cada músculo del cuerpo; empezando, por supuesto, por su propio corazón.

No hacía falta que dijera mucho. Atsumu llevaba el pelo rubio hecho una maraña revuelta sobre la frente, su ropa todavía planchada como cuando salió de la casa; sus ojos iban cabizbajos y cansados, como si llevara largas y numerosas veladas solo observando a la oscuridad del cuarto sin caer presa del mundo de los sueños.

Pero lo que más debía llamar la atención era la tela azul que apretaba fuertemente alrededor de la muñeca derecha —aquella que Atsumu se lesionó hacía dos meses atrás y no logró recuperarse del todo.

Sakusa no necesitaba preguntar mucho; sabía perfectamente de dónde llegaba Atsumu cada tarde a esa misma hora, con el mismo gesto agobiado y desalentador hasta el infinito.

Terapia de rehabilitación.

Atsumu asistía a distintos doctores y terapeutas que le ayudaran a recuperarse de la lesión en su muñeca; y, aunque todos a su alrededor querían tener fe, optimismo y esperanza... tanto Atsumu como Sakusa sabían la verdad detrás de los intentos fallidos con cada doctor.

Atsumu podría perder la estabilidad en la muñeca para siempre, pensó. Puede operarse, pero el riesgo es igual de grande y más irreversible.

SakuAtsu Fluff Week 2021 - [HAIKYUU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora