El pequeño murciélago

24.- Pruebas de herencia

Lucius regresó a casa después de un día extremadamente largo en el Ministerio. Había estado esperando una rápida sesión especial de Wizengamot ya que era la fecha fijada para el cierre del divorcio de Weasley. En cambio, fue una de las sesiones escandalosas y una que alimentaría a las fábricas de chismes en los años venideros. Se dirigió directamente a su oficina. Necesitaba beber en paz antes de hablar con el Señor Oscuro y Severus. Augusta se uniría a él en una hora para esta discusión. Todavía no estaba seguro de si realmente sería capaz de transmitir todo con palabras. Pensó que sus recuerdos funcionarían, pero diez horas de ver los recuerdos tendrían que esperar a otro día.

Llegó a su oficina y se sirvió una copa. Tiró el whisky y se sirvió otro. Caminó hasta su silla favorita frente a la chimenea. Dejó su vaso y se quitó la capa. Se sentó en su silla y miró la chimenea.

- ¿Lucius? - Lucius miró hacia arriba y vio a Narcissa parada frente a él.

- No te vi -

- Soy consciente. Augusta está aquí. Parece tan conmocionada como tú. Severus y Tom la están entreteniendo. ¿Qué tan mal? - Lucius no respondió de inmediato. Se quedó mirando la chimenea durante unos segundos más.

- Nada que destruya a Dumbledore, pero las acciones de Molly Prewett me hacen preguntarme qué más nos hemos perdido en el pasado. Augusta fue la que sugirió reunirnos esta noche. Ella mencionó algo sobre lo que su hijo escribió en su diario, así como algunos informes de Auror que nunca fueron archivados -

- Ella trajo una caja de cosas con ella - Narcissa miró a su esposo. - Lucius, ¿estás bien? -

- Lo estaré. Fue mucho para asimilar hoy - Lucius se levantó. - Vamos y terminemos con esto. Estoy segura de que Augusta quiere terminar con esto. ¿Dónde están los chicos? -

- En la habitación de Draco. Cuando los revisé por última vez, estaban durmiendo en el suelo en una manta fuerte - Narcissa se había sorprendido por el grupo de cuatro amigos. Luna se había ido después de la cena, pero había pasado el día aquí. El grupo había pasado la mayor parte del día al aire libre haciendo de todo, desde nadar hasta cazar en sus jardines en busca de ingredientes para pociones. Luna pareció redondear las asperezas de todos los chicos. - Disfrutaron su día -

- Bien. Puede que tengamos que invitar a mi primo a cenar pronto - Lucius extendió el codo para que Narcissa lo tomara.

Narcissa tomó el codo de Lucius.

- Escribí la invitación hoy temprano. La enviaré mañana - Como eran más de las nueve, no le preocupaba que los chicos se despertaran. - Arreglé una habitación para Augusta. Ella pasará los próximos días aquí - Narcissa le contó a Lucius todo lo que el grupo de cuatro hizo todo el día, lo que provocó que Lucius se riera y sonriese un poco mientras caminaban.

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Narcissa preparó el té mientras Lucius se acomodaba en la sala de estar fuera de la sala principal. La habitación estaba reservada para familiares y amigos cercanos. Lucius no habló durante varios minutos. Miró a Augusta, que parecía tan inseguro como él de por dónde empezar.

- Fue una sesión larga, la mayor parte fue escuchar las largas diatribas de Dumbledore después de cada nueva revelación. La mayor parte de lo que dijo me hizo querer comprobar el color de sus ojos - Augusta negó con la cabeza. Metió la mano en su bolso y sacó un frasco. Ella lo abrió. - Lo siento, necesito algo más fuerte que té para esto - Vertió un poco del líquido en el té.

Lucius inhaló profundamente y lentamente lo dejó salir.

- Ninguna información hará que Dumbledore sea removido como director o incluso nos permitirá acusarlo de un crimen. Sin embargo, generó muchos otros problemas que comenzaron antes del final de la última guerra -