Capitulo 9

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Pasaron la noche en el sofá. En algún momento se acomodaron inconscientemente y terminaron abrazados.

Una mujer morena y con rizos entró al departamento cansada. Había hecho horas extras así que había llegado más tarde de lo normal. Dejó su bolso en el suelo y se dirigió a la cocina a por agua. Antes de llegar vio que el televisor estaba encendido y frunció el ceño.

Se acercó a la sala de estar y se encontró con la escena de que su hijo estaba durmiendo con un chico encima de él.

Decir que estaba sorprendida era poco. Sabía que su hijo había tenido a alguna que otra pareja en el pasado pero él siempre le contaba sobre eso. Al no saber prácticamente nada sobre ese chico, sintió preocupación. Pero luego recordó de las veces que le habló de ese tal Viktor.

Cabello blanco y de tez pálida, si, coincidia con lo que le había dicho Horacio. Era el amigo que tanto hablaba él.

Suspiró y buscó otra manta para tapar a ambos. Ya hablaría con ellos a la mañana.

[...]

Era un domingo por la mañana. Sin clases ni obligaciones. Volkov abrió los ojos y unos segundos después notó de que estaba encima de una persona. Se sorprendió aún más al notar que era su amigo.

Habían dormido juntos... otra vez.

Pensó en separarse pero la verdad es que estaba cómodo junto a él y muchas ganas no tenía, así que volvió a apoyar su mejilla en el pecho del contrario y observó la sala de estar pensativo mientras escuchaba sus latidos.

Tenía muchas dudas, ¿los amigos dormían de esa manera? Podían ser amigos muy... ¿cariñosos? No podía dejar de pensar en que tal vez eran algo más que solo eso pero no sabía como llamarlo.

Estuvo unos minutos así jugando con el borde de la manta y con la mirada pérdida pensando, hasta que la persona debajo de él comenzó a moverse.

El moreno pasó una mano por su cara y abrió los ojos de forma lenta. Pero jadeó sorprendido al notar que una persona estaba encima de él.

¿Qué estaban haciendo ahí? La mente del más alto era un descontrol y no ayudaba que el ruso no dejaba de mirarlo.

—Uh, ¿b-buenos días? —Horacio fue el primero en romper el silencio y, espera... ¿estaban abrazados? ¿durmieron acurrucados y abrazados? El moreno quería desaparecer de ahí.

Volkov se levantó apresuradamente, lo que provocó que se enredaran con las mantas que tenían y con el chico. Por otro lado, Horacio también estaba tratando de levantarse por lo que la situación se volvió más difícil haciendo que ambos se cayeran del sofá.

Se miraron por unos segundos y rieron a carcajadas. A veces eran muy ridículos.

El ruso se puso de pie y le tendió la mano a su amigo para ayudarlo. El moreno lo aceptó gustosamente. Entre risillas se dirigieron a la cocina pero se encontraron con una mujer desayunando.

—Buenos días tortolos. —Se congelaron en el umbral. Se habían olvidado completamente de su madre.

—¡Mamá! ¿Qué haces aquí? —dijo nervioso Horacio con una sonrisa forzada.

—Oh Mon trésor, ¿te olvidaste que yo vivo aquí?  —Su hijo comenzó a balbucear alguna explicación pero fue interrumpido por una risa. —Es domingo así que quería tomarme un descanso. —Le explicó rápidamente.

El silencio llenó la habitación. Horacio jugueteó con sus manos pensando en algún tema de conversación, miró a Viktor que estaba en completo silencio pero sonrojado.

Only flowers know about us | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora