Epílogo

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¿Crees que aquella mariposa pudo atravesar el campo? Tuvo muchos problemas de por medio pero por fin pudo avanzar. ¿Crees que llegó a su destino? Sus alas al principio estaban rotas pero poco a poco pudo sanarlas con ayuda de alguien.

¿Quién era esa persona? ¿Qué pasó con ella? ¿Por qué no está a su lado?

Al principio todo iba perfecto. Se complementaban el uno al otro aunque fuesen tan diferente a primera vista.

Los meses pasaban y todo iba a mejor. La comunicación no faltaba y mucho menos el cariño. Había días en donde alguno de los dos sentía inseguridad sobre ciertos aspectos pero siempre estaba el otro para ayudarle y seguir adelante. Juntos.

El problema fue surgiendo cuando Volkov tenía que tomar una decisión muy importante para su futuro.

Debía elegir que profesión estudiar.

Fue un tema que hablaron mucho e incluso discutieron unos meses antes. Horacio siempre le repetía que tenía que estudiar lo que más quería pero Viktor respondía con que lo que quería no era importante.

Sus padres ya tenían su futuro hecho. Uno brillante en donde no habían errores, y para empezar a recrear ese futuro, debía entrar a la Academia de policía.

Hace ya varios meses que estaba seguro de que iba a estudiar artes pero al estar tan cerca de la fecha, el miedo fue inevitable.

Tenía miedo a decirle lo que realmente quería a sus padres. Miedo a que lo corrieran de casa por sus decisiones. Así que eligió el camino más facil. Bajar la cabeza y obedecer.

Y eso, para el moreno, no era nada lindo. Odiaba ver a su novio fingir ser una persona que no era y sufrir en silencio. Solo quería lo mejor para él.

Cuando llegó el día de elegir, Volkov no tuvo más opción que callarse y seguir lo que decían. Horacio no pudo hacer nada más que aceptar la decisión de su chico y apoyarlo en todo.

Su despedida no fue la mejor. De hecho, fue en el baño de la estación de autobuses. Los padres del ruso no sabían nada de su relación por lo que para despedirse como debían, fueron a un lugar más privado.

—Llamame cuando llegues, ¿sí? —Le dijo rodeando su cuello con sus brazos.

—Lo haré. —Le aseguró el ruso bajando un poco la mirada.

En estos últimos meses, Volkov había crecido unos cuantos centímetros por lo que tenía la misma estatura que su pareja.

Horacio tomó sus mejillas y lo besó de forma apasionada. Iba a extrañar sus labios. Extrañaría todo de él, pero ahora lo único que podía hacer era apoyarlo.

—Voy a extrañarte Solntse —Susurró el ruso apoyando su cabeza en su hombro mientras lo abrazaba por la cintura.

—Yo también Ma moitié. —Acarició su espalda haciendo pequeños círculos. Con todo su esfuerzo trató de no llorar ya que no quería que fuese una despedida triste y dramática. —Seguimos siendo un poco patéticos, quiero decir, nos estamos despidiendo y besando en el baño de la estación.

El de tez pálida solo rió y le apretó a su cuerpo. El moreno revolvió su cabello y sonrió también. Estuvieron así por unos minutos pero sabían que ya tenían que salir. Antes de abrir la puerta, Horacio lo detuvo.

—Esto... quería que tuvieses un recuerdo mio y... te compré esto. —Sacó del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja alargada. Se la tendió desviando la mirada.

Volkov estaba estupefacto con eso. No se lo esperaba para nada. Rápidamente su rostro se tornó rojo. Estiró su brazo y lo tomó. La abrió como si fuese el objeto más frágil del mundo y miró el contenido.

Only flowers know about us | VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora