𝐌𝐀𝐃 𝐇𝐀𝐓𝐓𝐄𝐑━━━━𝖡𝖭𝖧𝖠

-O 3-

«O 3»

«Inconsciente»

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«En otro lugar»

-Maldita sea, Majiro, te dije que la trajeras y que tuvieras cuidado, que ella era fuerte y no bajaras la guardia. -le reprendió el de hebras negras al mayor, con un leve tono aterrado.

-Esa maldita me rompió el tabique. -el mayor llevó sus dedos hasta su nariz envuelta en una gasa y adhesivo.

Ambos hombres caminaban apresurados por los pasillos de aquel fuerte donde se encontraban, un lugar totalmente oculto de los héroes y enemigos no deseados.

-El jefe está furioso... No quiero ni pensar que nos va a hacer. -el de cabellos negros parecía que su alma se saldría de su cuerpo en ese instante.

-Calmate, Gai, estaremos bien, no es como si la haya intentado violar. -vociferó, aunque en el fondo de su oscura mente sabía que mentía.

-E-Eso espero, no quiero más penas de muerte a nuestra sentencia. -el mayor bufó.

-Hablas como si te estuvieras cagando de miedo. -respondió el mayor, con una sonrisa burlona.

-¡Me estoy cagando de miedo, Majiro!. -el más viejo soltó una risotada, burlándose ante la nerviosa actitud de su compañero de trabajo.

-Esa niñita es fuerte... Pero nadie me va impedir hacerla mía, la voy a hacer gritar mi nombre, y ni el jefe podrá detenerme.

-¿Ah no?.

Ambos hombres se tensaron ante la gruesa y atemorizante voz que provenía de sus espaldas.

Joder, estaban más que fritos, y ellos lo sabían.

Ambos se fueron volteando con mucha lentitud hasta quedar frente ante aquel prominente hombre que irradiaba un aura de muerte, terror, y todas las cosas malas del universo. Los hombres estaban a unas cuantas palabras de hacerme pipí encima.

-J-Jefe... E-Estábamos por ir a buscarlo. -las palabras del pelinegro fueron acalladas por el ademán que había hecho el hombre frente a él, con intención de buscar silencio de su parte.

-Majiro -el mencionado se tensó. -.Te di una sola orden, trae a Atenea completa de los pies a la cabeza... ¿Y que fue lo que hiciste? Viniste con las manos vacías, y peor, la intentaste violar.

El canoso se tensó aún más, si es que eso era posible. Joder, lo sentía, sentía la muerte tocar su puerta abierta, sabía que ese sería su cruel destino, y no estaba preparado para atenderlo.

-¿Creíste que me lo ocultarias? Pues estas muy equivocado, querido Majiro, hay que ver que necesitas una lección.

La muerte.

-S-Señor, yo...

¡CRACK!.

El sonido de las costillas del canoso rompiéndose se escuchó por todo el corredor.

Gai estaba anonadado, pudiendo presenciar la muerte de su compañero por un año entero. Fue tan simple, aterradoramente simple. El jefe solo tuvo que hacer un simple ademán y el hombre que llevaba por compañero ya se encontraba inerte en el suelo, con rastros de sangre saliendo por su boca.