Capítulo 3: Cheryl Blossom
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.25 años, originaria de Chicago. Nacida en una familia humilde en los suburbios del estado. Tez blanca, cabello rojizo, ojos marrones...
Acusada y encontrada culpable en un asesinato de carácter pasional.
El guardia dio unos cuantos golpes a las rejillas de la celda.
— Blossom...— murmuró.
La pelirroja se encontraba recostada cómodamente sobre su cama. Y es que Jughead no debería sorprenderse, pero la pelirroja casi tenía una habitación con decoración en aquella celda.
Ella despegó solo un poco su vista de su revista.
— ¿Quién es?— pregunto recorriendo a Jughead con la mirada.
— Ah, Jughead Jones señorita Blossom, de la revista Reedbook. — estiro el brazo a través de las rejillas.
La chica se incorporó. — ¿Reedbook? — alzo una de sus cejas. — ¿Y que puede querer un sujeto de ahí de mi?
— Vera señorita Blossom, estoy escribiendo el artículo de "El callejón de las asesinas" Y usted está en el. — explicó.
—¿Yo? ¿Por qué?— frunció el ceño.
— Bueno, usted es de estas asesinas controversiales que han admitido su culpabilidad ante las acusaciones pero se han negado a los cargos ¿cierto?— Jughead alzo las cejas.
Cheryl chasqueo los dedos y el guardia se apresuró a abrirle la rejilla.
— ¿Ahora Chicago se interesa en la vida de las chicas en prisión?— se cruzó de brazos colocándose frente al escritor.
— Me asegurare de ello. — sonrió Jughead en un intento de ganar su confianza.
Cheryl soltó un suspiro y asintió. — Bien ¿Qué necesita saber?
— Su versión de los hechos... quizá su testimonio de defensa. — asintió Jughead
— Suena bien... aunque tengo una cita. Espero no le importe ser mi compañero
— alza una de sus cejas.Jughead niega y estira el brazo. Cheryl sonrió y enredando su brazo con el de él comenzaron a caminar siendo guiado por ella.
Cheryl llegó hasta los comedores, donde un grupo de chicas la esperaba.
— Espero no les importe, he traído un amigo. Chicas, él es Jughead Jones... escritor de la revista Reedbook. — las chicas soltaron un pequeño saludo. — Solemos reunirnos aquí para jugar a las cartas. — señala. — Puede preguntarme todo lo que quiera mientras les pateo el trasero a estas.
Cheryl tomó asiento en la mesa y Jughead a su lado. Encendió la radio mientras Cheryl comenzaba a barajear y repartir las cartas.
— ¿Cómo surgió esta relación? ¿Y cómo es que llegó a tanto?
Resoplo. — Bueno... hace dos años conocí a Nick St. Claire en la ciudad de Suntex. — sonrió. — Bebia una copa en un bar cuando llegó ofreciendo a pagar mi siguiente trago y pidiendo permiso para acompañarme el resto de la noche.
Niega. — No suelo tontear con chicos, sobre todo si los conocía en un bar. La mayoría de hombres bebiendo solos, solo puede significar dos cosas. Tienes problemas en su matrimonio y buscan una amante, o tratan de aguantar su miserable vida. Los hombres buenos no pueden conseguirse en un sitio así. Ll sabía...
— Después de todo mi madre había conocido a mi padre. El inútil de mi padre en un lugar así. La vida con él fue horrible. Además de maltratar a mi madre, todavía tenía el cinismo de engañarla con mujeres. Mujeres baratas en bares como en el que conocí a Nick. — suspira. — Me prometí un millón de veces que no sería como mi madre. No lo sé, quizá quería lo más parecido a los romances de película. Ya sabes... el hombre que se enamora perdidamente de la chica y con el que vive en una pequeña, pero hogareña casa en los suburbios... sí... quería algo así para mí.
Frunce el ceño. — Pero claro, aún así fui lo suficiente estúpida para dejarme enredar por un bastardo como St. Claire. — resopla. — Pero jugo muy bien sus cartas. Desde el primer momento...
— Me dijo que era soltero. — ríe. — Y nos llevamos muy bien inmediatamente. Debí saber que al igual que mamá, esa clase de lugares me serian malditos.
— ¿Él la convencio? — pregunto Jughead, aunque imaginaba la respuesta.
Cheryl asintió burlona. — Comenzamos a vivir juntos. Una fantasía americana, sabes...
— Se iba a trabajar, yo esperaba como la perfecta "esposa" ama de casa. Regresaba, y cada noche le preparaba una copa, preparábamos la cena... siempre tan comprensivo. Nada iba mal. Todo era perfecto.
— Y supongo que mi madre me heredó su intuición, o por el hecho de reconocer aquellas actitudes de mi padre al momento de tener una nueva amante... aunque Nick sin duda no era un estúpido. Lo sabía mantener...
—¿Soltero me dijo?— río. — ¡¡Soltero mi trasero!!— coloco su sedoso cabello tras la oreja.
— ¿Estaba casado?— Jughead intuyo.
— No solo estaba casado, oh no...— negó agitando su dedo indica de un lado a otro. — Tenía seis esposas. — rodo los ojos.
Las chicas sobre la mesa resoplaron con enfado. Hasta Jughead sintió un poco de rabia contra el sujeto.
— Era uno de esos mormones, ya sabes...— le quitó importancia con un gesto de mano.
— Así que esa noche, cuando regresó del trabajo... yo... juro que intente olvidarlo. — soltó una risa sarcástica. — Me dije que a pesar de todo no me maltrataba ni nada de ello pero... cuando observe su sonrisa... su estúpida sonrisa... no pude evitarlo.
— Le serví su bebida como siempre...
Jughead alzo ambas cejas cuando ella deslizó una diabólica sonrisa en sus labios.
— Minutos después comenzó a convulsionar. Pensé en ayudarlo antes de que fuese demasiado tarde pero, supongo que verlo de esa manera fue mucho más satisfactorio que correr a por el teléfono y llamar a una ambulancia....
— ¿Usted lo...?— Jughead ladeo el rostro.
— Ya sabes... algunos hombres simplemente no soportan el arsénico. — le quitó importancia mostrando su perfecta jugada de reinas quedando como la ganadora absoluta de aquella partida.
Jughead apagó la grabadora.
Nick St. Claire había sido envenenado con arsénico. Mejor conocido como el rey de los venenos.
Y la chica culpable de ello se coronaba como reina esa tarde.
//Innocent Killers//
Espero que te haya gustado. ❤
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Innocent Killers - Jughead Jones
FanficHabía algo que despertaba en sobre manera la curiosidad de Jughead al momento de leer los expedientes sobre la mesa de cada una de aquellas chicas. Y es que, todas habían admitido de cierta manera su culpabilidad, más sin embargo, seguían declaránd...