Capítulo 17

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La vida no siempre es justa, no puedes tener todo lo que deseas. A veces tienes que hacer las elecciones más difíciles y duele, cualquiera que sea tu decisión.

En mi caso, yo puse primero mi deber para con mi país, y aunque sienta una opresión en mi pecho, no me arrepiento de haberlo hecho. Si lo nuestro fuera correcto nunca hubiera tenido que escoger. Estoy segura de que tardaré en recuperarme, pero lo haré eventualmente.

Observo mi pálido reflejo en el espejo de cuerpo completo. Tengo los ojos hinchados y unas ojeras que, por más esfuerzo que Claire haya puesto para ocultar siguen siendo visibles.

Hago una mueca al sentir un pinchazo en mi cintura, pero no me quejo. La costurera susurra un perdón pero casi no la escucho. Por suerte el vestido me quedaba casi perfecto y no demoró mucho ajustarlo para los arreglos. No creo que hubiera soportado mucho más estar observándome vestida de novia sin ponerme a llorar. Es tan difícil.

Lo primero que vi hoy cuando desperté fue el anuncio de mi compromiso, y luego la opinión de las personas sobre ello. No quiero recordar las cosas horribles que dijeron sin saber la historia completa, pero simplemente siguen repitiéndose en mi cabeza. Al parecer soy una persona horrible que solo quiere vivir del trabajo del pueblo sin ningún tipo de responsabilidad, al poner todo el peso del cargo sobre los hombros de Christian. Sí, a él lo pintan como el bueno de la historia.

Por un momento se me pasó por la cabeza abandonar, tirar la toalla. Esas palabras son tan desalentadoras porque estoy sacrificando mi felicidad en beneficio de ese pueblo que me ve como una interesada. Luego recordé que si me rindo, solo demostraré que tienen razón, que soy una cobarde que no puede con tal responsabilidad. Por otro lado, tengo que seguir porque mi padre confiaba en mí; ningún papel va a decir lo contrario, papá me quería y sabía que algún día sería una gran reina. No pienso defraudarlo.

—Victoria, cariño— La suave voz de mi madre llena mi pecho de calidez.

Siento hundirse el colchón a mi lado y la delgada mano de mamá acariciando mi cabello.Cierro los ojos y una solitaria lágrima cae por mi mejilla.

—Lamento todolo que está pasando— Me incorporo lentamente para mirarla.

—Está bien—Sorbo por la nariz y fuerzo una sonrisa, lo que es inútil porque mi madre meconoce demasiado, sabe lo infeliz que soy y seré junto a Christian y cuanto quiero a John.

—A veces somos consumidos por la oscuridad, créeme, mi vida con tu padre fue lo más alejado a la perfección. Pero encontramos la luz de algún modo. Eres fuerte y estoy segura que lo harás, saldrás de esta y vas a ser tan feliz que no creerás que es real— Asiento asimilando sus palabras, pero es tan difícil pensar que voy a encontrar paz en momentos como este.

—Lo sé mamá, gracias— Mi voz sale tan ahogada que me sorprende que me escuche. Su abrazo me reconforta y deposita un suave beso en mi coronilla.

—John habló conmigo hoy— Escuchar su nombre se siente como si me clavaran una espina en el corazón y reprimo una nueva oleada de lágrimas. Mi silencio invita a mamá a proseguir— Él no está bien tampoco, aunque no lo diga sé que sufre igual.

Genial. La idea de John pasándola mal me pone peor a mí. Pero yo no fui la que no comprendió sus motivos y lo dejó. Entiendo que de cualquier forma no podríamos estar juntos, pero ¿era tan difícil quedarse conmigo y tener una charla como dos adultos en vez de salir corriendo?

—Mamá, si pudieras solo... no hablar de él— Pido y ella asiente.

—No diré una palabra más, pero sabes que tarde o temprano tienen que arreglar lo de ustedes. Son amigos hace tanto, no van a dejar que Christian les quite eso ¿no?

—Yo le expliqué todo a John, ni siquiera sé si me prestó atención porque no dijo ni una palabra. Me dejó sola. Fue su decisión no enfrentar la situación, no la mía. Por mí nada de esto hubiera pasado, o por lo menos no hubiese terminado de esa forma. Ya es suficiente todo lo que tengo en mi cabeza para preocuparme también por tratar de arreglar el daño aparentemente irreparable en mi relacióncon John.

Mamá me observa callada  y sin pestañar siquiera sale de mi habitación. Al instante me arrepiento de haberle hablado con ese tono,  como si ella tuviera la culpa. Estoy más irritable que de costumbre, supongo que son los nervios por la boda.

Dejo caer mi cabeza en la mullida almohada. Mi vida es horrible. Un día era la chica más feliz del mundo, y al otro estoy sola en mi habitación sin parar de llorar y espantando a todos los que quieren ayudarme. Si hasta le grité a Claire por el amor de Dios.

Soy un desastre en estos momentos. Supongo que lo que estoy tratando de hacer es soltar toda mi frustración para poder ser lo suficientemente fuerte cuando me case con Christian y tenga que evitar que ponga a todo el país arder.

Él no debería poder tener tanto poder en mí como para arruinar mi relación con John en cuestión de segundos y hacer que esté como una muerta viviente. O tal vez nunca lo ha tenido,  y yo, nosotros se lo hemos dado; lo que he tratado de evitar desde un principio, él ha logrado escabullirse y bajar nuestras defensas.

Supongo que ya es muy tarde, me caso mañana, no hay tiempo para buscar otra salida. Este es el final.

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